[:es]El efecto Mozart y los poderes de la música clásica[:]

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Algunos dicen que escuchar la música es revivir recuerdos, sensaciones, imágenes que nos transportan en el tiempo y nos ofrecen sentimientos reales.

Según los científicos, esto se debe a que estimula las mismas áreas del lenguaje y el habla en el córtex cerebral, y de este modo, tiene el mismo efecto de calidez que se produce al escuchar una voz humana.

Los múltiples beneficios de la música clásica en el cuerpo han sido motivo de diversas investigaciones. Incluso, más allá del hombre, se ha demostrado su efecto positivo en el crecimiento de las plantas y el comportamiento de las mascotas.

Vehículo de expresión humana, se plantea como un fuerte lazo universal que une culturas de todo el mundo. Desde la antigüedad hasta nuestros días, la música provoca nuevas conductas y refleja el desarrollo de las épocas.

Un estudio de la Universidad de Montreal demostró que el placer provocado al oír las distintas melodías, se debe a una estructura del cerebro conocida como núcleo accumbens.

Para los neurocientíficos, este conjunto neuronal es el responsable de emociones como la risa, la adicción y el placer. Por tal motivo, escuchar una pieza maestra de grandes genios del pentagrama estimula el cuerpo con su propia química cerebral.

En otros estudios se plantea que la música incide en el fortalecimiento del sistema inmunológico, debido a la actividad del cerebro, al bienestar sentido y la disminución de los niveles de ansiedad.

Existen casos como el conocido efecto Mozart, famoso por ayudar al supuesto desarrollo de la inteligencia. Los expertos opinan que la música del genio de Salzburgo optimiza la resolución de los procesos cognitivos, aunque el efecto duraría solamente quince minutos.

También se subraya que otros sonidos clásicos pueden aliviar el dolor. Como prueba, se utilizaron algunas obras del alemán Johann Sebastian Bach en pacientes sometidos a biopsias. El resultado mostró una disminución en los niveles de presión arterial y tensión muscular.

Otra investigación en la revista The Journal of Surgery Cardiothoraic, sugirió que escuchar música clásica u ópera luego de un trasplante de corazón puede representar la diferencia entre el éxito y el fracaso.

Asimismo, diversas teorías plantean el poder de las piezas clásicas en la lucha contra el insomnio, la capacidad de quienes tocan un instrumento para aprender idiomas, el mejoramiento en los resultados académicos y la ayuda con el fin de superar la dislexia.

En lo referido al embarazo, la música clásica puede ayudar al desarrollo del feto, y durante el intercambio social contribuye a una mayor integración de los jóvenes con su entorno.

A pesar de los múltiples beneficios, también es cierto que puede afectarnos de forma negativa. Los sonidos que nos desagradan generan estrés.

No obstante, y más allá de la ciencia, las melodías logran transportarnos en el tiempo a historias empolvadas por los años y a recuerdos especiales.

Aunque no sea cuestión de milagros, la música es un alimento para el cuerpo, la mente y el alma; el lenguaje universal que convida, desde el oído, a buscar los ritmos olvidados del corazón. (Tomado PL) (Foto: Internet)[:]