Ciencia y Salud

Descubren primer biomarcador para diagnóstico del autismo

Washington, 21 abr.- Investigadores de la Universidad George Washington en Estados Unidos identificaron una serie de biomarcadores que facilitan el diagnóstico del autismo en niños.

El descubrimiento permite evaluar la eficacia de las distintas terapias, tanto farmacológicas como del comportamiento que se utilizan comúnmente en el abordaje de los trastornos del espectro autista (TEA).

Sin embargo, aún no puede emplearse para el tratamiento de las niñas, explicaron científicos de la Universidad de Gotemburgo en Suecia que también participaron en el estudio.

Los biomarcadores son fácilmente observables en un escáner cerebral y posibilitan la medición física de la funcionalidad de los circuitos cerebrales afectados en el autismo, sobre todo en los casos de aquellos implicados en la percepción social de las emociones.

En un artículo, publicado en la revista JAMA Psychiatry, los autores señalan que por primera vez los médicos podrán medir las formas de funcionamiento de los circuitos cerebrales de sus pacientes y prescribir la terapia más adecuada para cada caso.

Para llevar a cabo el estudio, los investigadores analizaron un total de 18 mil 696 imágenes por resonancia magnética de los cerebros de 114 niños con autismo. Cada uno de los menores aportó 164 imágenes que permitieron el diseño de un mapa de los circuitos cerebrales alterados en esta enfermedad.

Estos escáneres cerebrales posibilitan a los especialistas evaluar los cambios que se producen en los circuitos cerebrales y los progresos asociados a cada tratamiento específico.

A decir de los investigadores suecos y norteamericanos, estos marcadores de la función cerebral ofrecen las mediciones objetivas y específicas para solventar el problema de los síntomas comportamentales de los TEA. Dichos síntomas son complejos y variados; razón por la cual es difícil determinar cuándo un tratamiento está siendo efectivo.

Según aseguran los autores, el estudio seguirá ampliándose con el fin de que los escáneres sean un indicador efectivo de la función de los circuitos cerebrales en cualquier persona con TEA, con independencia de su sexo y edad.

Datos de la OMS revelan que uno de cada 160 niños tiene un trastorno del espectro autista que estos comienzan en la infancia y persisten hasta la adolescencia y la edad adulta.