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[:es]Cuba-EE.UU.: la necesidad de eliminar el bloqueo (+Audio)[:]

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El bloqueo es una guerra económica, comercial y financiera que Estados Unidos impone a Cuba desde hace más de medio siglo, pese al rechazo casi unánime de la comunidad internacional y sus exigencias de levantarlo.

Desde el propio 1959 comenzaron las acciones para derrocar a la Revolución cubana, que fueron escalando hasta convertirse en un bloqueo total encaminado a la asfixia económica, puesto en vigor desde el 3 de febrero de 1962.

Un año antes, el 3 de enero de 1961 Estados Unidos rompió relaciones diplomáticas con Cuba. El 31 de marzo de ese año, el Presidente John F. Kennedy suprimió totalmente la cuota azucarera cubana en el mercado norteamericano y el 3 de febrero de 1962, mediante la Orden Ejecutiva Presidencial 3447, se implanta oficialmente el bloqueo total contra Cuba.

Las acciones ejercidas contra Cuba por sucesivas administraciones estadounidenses no se enmarcan en la definición de “Embargo”. Por el contrario, trascienden éste y tipifican como “Bloqueo” al perseguir el aislamiento, la asfixia y la inmovilidad de la nación, con el perverso propósito de ahogar a su pueblo y llevarlo a claudicar de su decisión de ser soberano e independiente.

Desde la Conferencia Naval de Londres, de 1909, es un principio aceptado en el derecho internacional que: “el bloqueo es un acto de guerra”. Pero desde el 3 de febrero de 1962, cuando el presidente John F.Kennedy estampó su firma, los continuos inquilinos de la Casa Blanca, tanto republicanos como demócratas, ratificaron la ilegal política bajo el manido y falso pretexto de que es un “asunto bilateral”.

Cuba-EEUU: la necesidad de eliminar el bloqueoLa Ley Torricelli promulgada en 1992, reforzó las medidas económicas contra Cuba y brindó sustento normativo a la extraterritorialidad del bloqueo. Cuatro años después, en 1996, se puso en vigor la Ley Helms-Burton, con el objetivo esencial de obstaculizar y desestimular la inversión extranjera en la Isla, así como internacionalizar el bloqueo.

Es verdad que el Congreso estadounidense es el único que puede decir un día: se acabó el bloqueo a Cuba. Pero, solo hay cuatro aspectos del bloqueo en los que el Presidente de los Estados Unidos no puede actuar, pues requieren la acción congresional para su eliminación o modificación, por estar regulados por leyes. Ellos son:

1. La prohibición a subsidiarias de los Estados Unidos en terceros países a comerciar bienes con Cuba (Ley Torricelli).

2. La prohibición de realizar transacciones con propiedades estadounidenses que fueron nacionalizadas en Cuba (Ley Helms-Burton).

3. El impedimento a los ciudadanos estadounidenses de viajar a Cuba con fines turísticos (Ley de Reforma de las Sanciones Comerciales y Ampliación de las Exportaciones del 2000).

4. La prohibición de otorgar financiamientos para las ventas de productos agrícolas de los Estados Unidos a Cuba. (Ley de Reforma de las Sanciones Comerciales y Ampliación de las Exportaciones del 2000).

Cuba-EEUU: la necesidad de eliminar el bloqueo

Las noticias del 17 de diciembre de 2014 marcaron un antes y un después en las relaciones Cuba-Estados Unidos. Ciertamente, con la Administración de Barack Obama se dio un paso importante, pero queda por resolver lo esencial, que es el cese del bloqueo económico, comercial y financiero contra la Isla, recrudecido en los últimos años, en particular en el ámbito de las transacciones financieras, con la aplicación de enormes e ilegítimas multas contra bancos de diversos países.

En estas circunstancias, el Gobierno cubano reitera que el proceso hacia la normalización de las relaciones bilaterales transita necesariamente por el levantamiento de esa absurda, obsoleta e irracional política, la cual constituye el mayor obstáculo para las relaciones económicas, comerciales y financieras de Cuba con el norteño país y con el resto del mundo; así como para el desarrollo de todas las potencialidades de la economía cubana.

Cuba-EEUU: la necesidad de eliminar el bloqueo

Todos los datos indican que una mayoría de los ciudadanos norteamericanos, y aún más amplia de la emigración cubana, favorece la normalización de las relaciones bilaterales. En el Congreso de los Estados Unidos, que convirtió en Ley las disposiciones del bloqueo, también crece la oposición a esta política.

En ese escenario, Cuba reitera que para mejorar las relaciones con los Estados Unidos, la nación cubana jamás renunciará a las ideas por las que ha luchado durante más de un siglo y ha corrido los mayores riesgos.

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