Con ternura progresan infantes santacruceños


Santa Cruz del Sur, 9 sep .- El noveno mes del año abrió en este nuevo curso escolar la campaña del saber, alternativa educativa continua, conducida por las efectivas transformaciones, donde la ciencia del aprendizaje pedagógico tiene el esencial soporte martiano.

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La escuela y la familia vuelven a hacerse indispensables en el grado preescolar. En uno de los dos grupos de la escuela “José Martí” en Santa Cruz del Sur, labora la maestra Yusnaiki Díaz Dupuy. Llena de fe en el mejoramiento humano, en la vida futura y en la utilidad de la virtud, llega muy tempranito al aula para con besos sinceros esperar a los chiquilines, a los que desde el primer momento estimula en su desarrollo sentimental, emocional e intelectual, antesalas de la enseñanza primaria.

“Hice las prácticas docentes en el círculo infantil “Luis Aldana Palomino” desde el segundo hasta el sexto año de vida, dándoles a los pequeños amor del bueno; así se consigue que puedan vencer los objetivos previstos en cada ciclo. Ellos son la grandeza del mañana, la alegría de los educadores y padres. Nos corresponde forjar en ellos al hombre ideal”.

Durante 8 años la licenciada en Educación Preescolar ha enseñado a los infantes desde los juegos de roles el apego al estudio. Retozan, viven y además aprenden. “Esos conocimientos que adquieren les son importantes antes de comenzar el primer grado”.

“Debemos los educadores, atestiguó, ser muy pacientes, ese es el método, a fin de lograr en estos alumnos el autovalidismo, buenos modales, hábitos de cortesía, valores patrios, que sean capaces realizar tareas cognoscitivas diversas en las que adquieran habilidades, así como también expresen ideas y deseos de forma correcta siguiendo un orden lógico, dominen las operaciones con conjuntos y expresen de forma verbal y desde la plástica cuentos, relatos y adivinanzas”.

Los primos Odalina Angeli Bring Villafaña y Brayan La Hera Villafaña, expresaron no haber derramado ni una lagrimita en el aula. “Mami me deja pero por la tarde viene a buscarme. No he llorado porque la maestra dijo que era nuestra otra mamita”, refirió Odalina.

“Como tengo a mi primita sentada al lado mío estoy alegre: jugamos con los demás niños. Estamos contentos”, comentó Brayan.

“A veces se confunden y nos dicen mami pero nosotros no le corregimos la equivocación. Si así pasa es que se sienten felices, creen estar en su hogar. En este proceso de adaptación algunos lloran, ya a medio mañana sonríen y se olvidan de la ausencia, por unas horas, de los padres. La maestra y yo sabemos conducirlos con una educación natural, sana, piedras angulares de la pedagogía”, señaló placentera la auxiliar pedagógica Misleida Díaz Hernández.
Todo es integridad en el programa docente-educativo de estos pequeñines: el recibimiento matinal, los juegos de roles, aseo, merienda, clases de lengua materna para enriquecer la narrativa, análisis fónicos, preescritura y nociones elementales de matemática.

En la fina sensibilidad de los progenitores y maestros se encuentra la ternura, sin la cual no podría crecer integralmente el ser humano. Familias y docentes necesitan hacer germinar la citada cualidad emocional para que en ningún tiempo la inteligencia se divorcie del corazón.