Clima vs. planeta

Si el clima enferma… podemos enfermar también. Surgen las epidemias cuando hay exceso de calor, y las neumonías con el frío intenso.

La Organización Mundial de la Salud, OMS, reconoce: “Los efectos del cambio climático sobre la salud pueden ser, tanto directo (bajos rendimiento de cultivos por altas o bajas temperaturas o precipitaciones desacostumbradas), como indirectos (sequías o inundaciones costeras)”.

Ningún científico puede predecir cuáles serán las epidemias. No obstante, alertan “que el aumento global de la temperatura desatará consecuencias nefastas, sobre todo, en las zonas agrícolas”.

Un estudioso del tema vaticinó que, de subir la temperatura entre cuatro y siete grados a lo largo del siglo, “será suficiente para que enfermedades tropicales, como la malaria o el dengue, empiecen a ser un problema en pleno primer mundo”

Otros especialistas admiten que las alergias y las depresiones aumentarán, influenciados por la poca o mucha luminosidad atmosférica, y por el drástico cambio de la temperatura ambiental. Y aportó un psiquiatra: “Estadísticamente se identifican más casos de trastornos mentales, pero las neurociencias no han sido todavía capaces de explicar cómo influye el clima en ellos.”

Por tanto, la OMS resumió: “Todos los seres vivos (y no somos la excepción) ven su salud influenciada por las condiciones ambientales y meteorológicas del nicho biológico que ocupan. Una temperatura alta, por ejemplo, disminuye el metabolismo y propicia la aparición de trastornos digestivos. La baja, acarrea problemas respiratorios; se tiende a hacer menos ejercicios y a comer más, lo que trastorna muchas veces el peso corporal”.

“La lluvia empeora los padecimientos reumáticos y la sequedad ambiental aumenta las infecciones. En las regiones costeras, la presión atmosférica es más baja y la tensión sanguínea disminuye; la luz del sol combate las depresiones, la osteoporosis y el raquitismo; los días fríos, húmedos o nublados propician los trastornos nerviosos, crisis epilépticas, insomnio y embolias; la niebla agudiza las bronquitis aunque mejora el asma”.

Concluyamos con una reflexión: en este último medio siglo, la humanidad aumentó, pero el Planeta…no.

¿Podrá la ciencia compensar la diferencia?