[:es]Agua de mar en descargas sanitarias: ¿una solución para Cuba? (+ Video)[:]

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¿Ha pensado cuántas veces al día descarga el inodoro? ¿Ha realizado el cálculo matemático de a cuántos litros de agua equivale aproximadamente? De acuerdo con la ONG británica Waterwise, los usos sanitarios representan cerca del 30 por ciento del consumo de un hogar en el mundo, aun en un escenario donde el preciado líquido escasea. Pero, imagine por un instante qué ocurriría en Cuba, si una parte del agua de mar que nos rodea pudiera utilizarse directamente para funciones domésticas, en al menos un porcentaje de nuestras ciudades costeras.

Podría parecer un sueño, pero esta es una de las principales ideas del proyecto “Más agua para todos”, en el que participan la Universidad Tecnológica de La Habana “José Antonio Echeverría” (CUJAE), el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) y el Instituto de Educación para el Agua (IHE Delft), con sede en Delft, Holanda.

“Cuba es un país que está padeciendo de sequías cíclicas. No llueve de forma regular en todo el territorio, por lo que a esta problemática se dirige este proyecto: si tenemos agua de mar, que es una fuente inagotable, ¿por qué no usarla para descargas sanitarias en lugares donde los estudios y la factibilidad económica lo permitan?, se pregunta Orestes González Díaz, profesor del Centro de Investigaciones Hidráulicas de la CUJAE, y uno de los líderes de la novedosa iniciativa.

“Si usted usa el agua de mar, ahorra la potable, con lo que estaríamos hablando de hasta el treinta por ciento del consumo de una vivienda”, ejemplifica el también Doctor en Ciencias. “Más aún, usar el agua de mar para las descargas sanitarias resultaría más económico que utilizar agua desalada de alta calidad y mucho más costosa para producir, para una actividad tan básica pero indispensable para la salud pública como lo es el transporte de excretas”, agrega.

Cuatro años han transcurrido desde que echara a andar este proyecto, dirigido a incrementar la disponibilidad de agua en el territorio, y que es financiado por la Unión Europea y el Gobierno de los Países Bajos. Desde los laboratorios de la CUJAE, donde unas 33 tesis de ingeniería han tributado al propósito de lograr más agua para todos en Cuba, Cubadebate conoce de cerca cada detalle de esta solución, cuya potencial aplicación podría representar importantes beneficios para nuestro país, que apuesta en la actualidad por alternativas como la desalinización para un mayor aprovechamiento del agua de mar.

Ahorro vs. desperdicio

Existe una problemática global de fondo: las aguas salinas representan el 96 por ciento de las reservas del preciado líquido en el mundo; pero, de estas, solo el 4 por ciento corresponde a agua fresca, de la cual sólo el 0.08 puede ser alcanzable y utilizable.

En un escenario donde son enormes las reservas del mar, mientras que en muchas naciones crecen las dificultades ante la escasez de agua dulce, se incrementa el interés por el empleo de agua salada en sustitución de la dulce, en particular en países con un litoral tan extenso como Cuba, argumenta González Díaz.

El pionero en la demostración innovadora del uso de agua de mar en la higienización urbana es Hong Kong, donde más del 80 por ciento de sus 7,2 millones de habitantes tienen sus descargas sanitarias abastecidas con agua salada.

En Hong Kong, el 80 por ciento de sus habitantes tienen sus descargas sanitarias abastecidas con agua salada. Foto: Arcadis.

En Hong Kong, el 80 por ciento de sus habitantes tienen sus descargas sanitarias abastecidas con agua salada. Foto: Arcadis.

Según explica Carlos López Vázquez, profesor asociado de tecnología de tratamiento de aguas residuales en IHE Delft y coordinador del proyecto “Más agua para todos”, esta práctica comenzó hace más de cinco décadas debido a la falta de agua, y desde entonces la experiencia se ha convertido en referencia internacional.

Allí, cerca de 5,75 millones de personas utilizan agua salina para descargas, a partir de una infraestructura compuesta por 35 estaciones de transmisión y 1.500 kilómetros de tuberías. La isla tiene dos sistemas de plomería, uno para el agua dulce y otro para la salada y cerca del 25 por ciento de su alcantarillado se compone de agua de mar.

“El proyecto nuestro parte precisamente de la tecnología ya desarrollada en otros países, y básicamente ha estado estudiando de qué manera se podría adaptar a las condiciones cubanas”, aclara el profesor López Vázquez, quien considera un lujo extremo utilizar agua limpia en descargas de inodoro.

profesores de la CUJAE vinculados a proyecto Más agua para todos

Carlos López Vázquez junto a otros profesores de la Universidad Tecnológica de La Habana del Proyecto “Más agua para todos”. Foto: Fidel Alejandro Rodríguez/ Cubadebate.

“Lo que está detrás de esto es muy fácil de entender”, dice por su parte Orestes González: “Usted va al baño, usa el inodoro, y cuando descarga esa agua, que está clorada y es de buena calidad, lo único que hace es conducir un residuo. No es sostenible la utilización de agua limpia, clorada, para descargar inodoros. De un total de 200 o 300 litros de agua dulce por persona consumidos diariamente en un hogar, solo unos 2 o 3 litros son utilizados para funciones como beber, mientras que hasta 40 o 50 litros por día son empleados en labores de saneamiento”, comenta este ingeniero hidráulico.

“Si en la actividad de descargar los inodoros se usara el agua de mar en las zonas donde los análisis beneficio-costo-efecto lo permitieran, se podría reducir el consumo de agua dulce entre un 15 y 25 por ciento en Cuba”, asegura a Cubadebate López Vázquez.

Por otra parte, explica que utilizar agua de mar en descargas representa no sólo una forma de preservar agua, sino también energía, pues requiere la mitad de la energía utilizada en la producción de agua potable y cien veces menos que el proceso de desalinización. Además, el agua salada necesita de 35 a 50 por ciento menos de energía para ser enfriada, lo que resultaría un beneficio aplicable en sistemas de aire acondicionado.

¿Son viables las descargas con agua de mar en Cuba?

¿Sería viable llevar una experiencia como la de Hong Kong a Cuba? Esta interrogante ha sido hoja de ruta del proyecto “Más agua para todos”, con el propósito de apoyar la estrategia nacional hidráulica de cara al 2030.

Entre los elementos analizados, López afirma que se ha valorado la amplia población que vive en zonas costeras del territorio, pues Cuba cuenta con cinco ciudades costeras, donde habitan unos 3 631 377 habitantes y confluyen alrededor de 1 millón de turistas al año.

Población cubana que habita en zonas costeras del país. Tabla: Proyecto Más agua para todos.

Población cubana que habita en zonas costeras del país. Tabla: Proyecto Más agua para todos.

No obstante, aseveran estos expertos, poner en funcionamiento una decisión de este tipo llevaría transformaciones a nivel de infraestructura. Por ejemplo, sería necesario que las edificaciones tuvieran dos líneas de transmisión de agua, así como dotarlos de nuevas instalaciones de tubería, como la de Hong Kong.

“La red dual consiste en tener una red convencional que suministre el agua potable para que la gente pueda llevar a cabo sus actividades normales y otra más pequeña enfocada solamente para tomar el agua de mar y llevarla a los inodoros”, precisa López Vázquez.

“Hay que hacer una valoración económica respecto a qué distancia de la costa la doble red es más o menos factible; pero pienso que, cuando no hay agua, a cualquier trayecto de la costa es viable”, considera el profesor González Díaz.

El costo de construcción y mantenimiento de la segunda tubería es una de las problemáticas que entraña este tipo de proyecto, pues implicaría usar conductos más resistentes a la corrosión provocada por la sal presente en el agua.

“Lo que causa la corrosión es, sobre todo, el concreto de materiales tradicionales. Esta ocurre porque los sulfatos que están presentes en el agua son reducidos a sulfuro de hidrógeno, este compuesto al estar expuesto en las tuberías, si se llega a poner en contacto con oxígeno, se convierte en otro ácido mucho más dañino, el sulfúrico, que es el que empieza a corroer y deshacer las tuberías”, ilustra López Vázquez.

Para evitarla, agrega que hay muchas opciones desde el punto de vista ingenieril. “Uno de ellos es utilizar para las tuberías materiales altamente resistentes, que pueden ser de PVC, básicamente plásticos, o tuberías de alto grado de acero inoxidable, con una vida útil de entre 25 y 30 años sin que se corroan”.

Respecto a ello, el profesor Orestes González aclara: “Los materiales que se han utilizado últimamente para la construcción de los inodoros: el polietileno, el PVC, el teflón, minimizan mucho esta acción de la corrosión, porque ya prácticamente usted puede poner todo el herraje plástico”.

Valorando el impacto en Cuba

Desde el punto de vista de su impacto, los estudios realizados por este proyecto corroboran que, si se pudiera llevar esta tecnología al 20 por ciento de la población que habita en zonas costeras cubanas (926 275 habitantes) y tomando una dotación de 30 litros diarios para la descarga de inodoros (5 descargas diarias/persona), se lograría un ahorro cada día de 27 788 262 litros, lo cual equivale al consumo de una población de 185 255 habitantes o el equivalente al abasto de 27 798 habitaciones en instalaciones turísticas.

El proyecto ha encontrado igualmente otros resultados alentadores, si de contrarrestar los nefastos efectos de la sequía sobre el territorio se trata.

De acuerdo con López Vázquez, su implantación reduciría el impacto de hasta tres meses de sequía, o lo que equivale a compensar alrededor de tres días por semana sin la presencia del vital líquido.

En sectores como el industrial y el turístico, los beneficios también podrían ser interesantes. Según el profesor Orestes González, en el sector turístico cubano se ha evaluado esta tecnología, y se ha comprobado que podrían registrarse ahorros de hasta el 5 por ciento.

Ahorrar cuidando el medio ambiente

El profesor que ha llevado la tecnología SANI a Hong Kong impartió conferencias en Cuba, como parte del proyecto. Foto: Fidel Alejandro Rodríguez/ Cubadebate.

El profesor que ha llevado la tecnología SANI a Hong Kong impartió conferencias en Cuba, como parte del proyecto. Foto: Fidel Alejandro Rodríguez/ Cubadebate.

Aquí no terminan las novedades. El proyecto “Más agua para todos” también estudió la transferencia a Cuba de una tecnología conocida como SANI por sus siglas en inglés (Sulfate and Autotrophic Nitrogen removal Integrated system), pensada para el tratamiento de aguas residuales con alto contenido salino. Desde la Planta Hicacos, en Varadero, se evaluó el novedoso equipamiento.

Este componente de la tecnología es indispensable, pues si bien es importante pensar en cómo llevar el agua a los inodoros, lo es igualmente qué hacer con la que se generará al descargar los residuos.

“En comparación con otros sistemas convencionales, el SANI — desarrollado por la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong (HKUST, por sus siglas en inglés) en conjunto con la Universidad Tecnológica de Delft— permite tratar las aguas residuales salinas de una manera innovadora, al permitir una eficiencia de remoción de materia orgánica y de nutrientes, bajos consumos de energía, menores emisiones de gases invernadero y bajas producciones de lodo”, explica López Vázquez.

Todo ello— amplía este investigador—, contribuiría a la protección del medio ambiente de una manera económica y efectiva, y proporcionaría un tratamiento eficiente para aguas residuales municipales que contienen altas concentraciones de sal debido a la intrusión salina en las redes de drenaje y alcantarillado, y a la salinización de pozos de agua dulce y del manto freático.

“Es la primera vez que este proyecto sale de Hong Kong, y en Cuba, al ser una universidad la que está detrás, los profesores y estudiantes están proporcionando guías que pueden ser utilizadas para considerar el diseño de estas unidades de tratamiento”, dice López Vázquez.

¿Una posible aplicación en Varadero?

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Varadero, Cuba. Foto: Archivo.

Llevar o no una solución tan valiosa a Cuba dependerá de una inversión; pero, por el momento, desde algunos lugares de la geografía nacional, como Varadero, se valora la iniciativa.

Según adelantó a Cubadebate el director de Aguas de Varadero, Antonio Hernández Martínez, gracias a los aportes de un proyecto como este el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos valora introducir el aprovechamiento de aguas residuales tratadas para descargas de inodoros, en un nuevo hotel que será construido en el popular polo turístico.

“No hablamos todavía de usar el agua de mar para descargas salinas, porque la inversión podría demorarse un poco, de lo que se trata ahora, en el hotel que será edificado en el actual Oasis, es de analizar la posibilidad de reutilizar las aguas residuales, producidas por el propio hotel, para las descargas de inodoros. Esto sería llevado a cabo a partir del empleo de una planta como el Biorreactor de membrana (MBR), tecnología introducida por primera vez en Cuba como parte del proyecto “Más agua para todos”, informa Hernández Martínez.

En momentos donde sabemos que el agua no es un recurso infinito, soluciones como estas despiertan el interés de muchos y siembran esperanzas en países rodeados de mar como Cuba. Mientras el tiempo dirá el momento más factible para una posible aplicación en el territorio, los impulsores de esta idea aseguran que se ha creado una sensibilidad bastante prometedora en el sector turístico nacional.

“Estos años de trabajo nos han dado la posibilidad de no solo conocer la tecnología desde el punto de vista teórico, sino también su aplicabilidad. Ya tenemos información fehaciente de que es una tecnología aplicable, y que podría introducirse en el país de la forma en que se decida”, afirma con orgullo el profesor Orestes González.

Estudiantes y profesores de la Universidad Tecnológica de La Habana tributan a este resultado del proyecto "Más agua para todos". Foto: Fidel Alejandro Rodríguez/ Cubadebate.

Estudiantes y profesores de la Universidad Tecnológica de La Habana tributan a este resultado del proyecto “Más agua para todos”. Foto: Fidel Alejandro Rodríguez/ Cubadebate.

Algunos de los integrantes del proyecto Más agua para todos. Foto: Fidel Alejandro Rodríguez/ Cubadebate.

Algunos de los integrantes del proyecto Más agua para todos. Foto: Fidel Alejandro Rodríguez/ Cubadebate.

 

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