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Recelo por escala caribeña de Obama antes de Cumbre

Panamá, 8 abr .- Muchos ojos apuntan hoy desde esta capital, sede de la VII Cumbre de las Américas, hacia la visita que realizará mañana a Jamaica el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, como antesala de su asistencia a la reunión hemisférica.

En un evidente movimiento para tratar de atraer a las naciones de la Comunidad del Caribe (Caricom) antes de los debates de la cita continental, el jefe de la Casa Blanca llega a esa región con el objetivo de discutir temas de energía y seguridad, según sus voceros oficiales.

Se trata de la primera vez que un presidente norteamericano pisa tierra del caribe anglófono en los últimos 33 años, después de Ronald Reagan en 1982, y ocurre en medio de un fuerte empuje de las fuerzas progresistas en la región latinoamericana y caribeña.

El tema energético está directamente relacionado con las intenciones de Washington de romper el esquema de colaboración petrolera Petrocaribe, desarrollado por Venezuela a favor de los países del área desde 2005 e integrado hoy por 18 estados.

La formación del mecanismo obedeció a la preocupación por "las tendencias de la economía mundial y, particularmente, por las políticas y prácticas prevalecientes en los países industrializados que pueden conducir a una mayor marginación de los países del Tercer Mundo más pequeños y con economías más dependientes del exterior".

El mes pasado, Obama emitió un decreto que califica a Venezuela -eje cardinal de Petrocaribe y otros grupos de integración- como una amenaza inusual y extraordinaria para Estados Unidos, decisión que levantó una ola de rechazo en toda América Latina y el Caribe.

Por otro lado, el tremendo reclamo de esa región también forzó a Washington a admitir la invitación a Cuba para que participe en la cumbre del próximo viernes y sábado en esta ciudad, la primera asistencia desde el inicio de este tipo de encuentros en 1998.

La mayor de las Antillas también es miembro de Petrocaribe y en diciembre pasado celebró en La Habana la V Cumbre Caricom-Cuba, cuya declaración final subrayó la importancia de los nuevos mecanismos de integración en el área.

Entre ellos mencionó la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (ALBA-TCP), la Asociación de Estados del Caribe (AEC) y Petrocaribe.

Hace un mes, esa última agrupación celebró en Caracas una cumbre extraordinaria donde el primer vicepresidente cubano, Miguel Díaz-Canel, denunció los intentos de "echar por tierra con mentiras y maniobras absurdas lo que tanto esfuerzo nos ha costado construir".

Indicó que ese recurso se ha convertido, gracias a la solidaridad de Venezuela, en una poderosa herramienta para construir sociedades más justas y trabajar por la erradicación de la pobreza, la superación del subdesarrollo y la dependencia.

Datos del gobierno venezolano indican que en los casi 10 años desde su fundación, Petrocaribe ha suministrado a sus países miembros más de 300 millones de barriles de petróleo.

Díaz-Canel advirtió además que una situación de inestabilidad en Venezuela no solo afectará al gobierno y su pueblo, "sino que podría provocar una crisis energética regional de efectos devastadores en nuestras economías y en la vida de nuestros pueblos".

Una eventualidad probable en caso de continuar las nuevas acciones norteamericanas, como la escala caribeña de Obama antes de la Cumbre de las Américas. (PL)