Deforestación y el cambio climático

Deforestación y el cambio climáticoAmérica Latina y el Caribe contienen el 22  por ciento de la superficie forestal mundial, pero su pérdida es creciente, advierte un informe sobre la situación en 2009 de los bosques del mundo.
 
Difundido por la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el documento especifica que solo de 2000 a 2005, más de una tercera parte de la deforestación mundial tuvo lugar en la región latinoamericana y caribeña.
 
En algunos países de la zona, con una cubierta forestal relativamente alta, los bosques aún son muy vulnerables, señaló el oficial forestal de la FAO Mario Mengarelli.
 
Sin embargo, aclaró que dada su alta tasa de deforestación, presenta grandes posibilidades de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, mediante la desaceleración de la deforestación y de la degradación forestal.
 
De acuerdo con la FAO, durante el período de 2000-2005, Brasil perdió tres millones 103 000 hectáreas de bosques, el 42 por ciento de las mundiales, aunque la cifra representa el 0,6 por ciento del área boscosa total del país.
 
Para enfrentar la situación, añadió, Brasil adopta medidas a fin de mejorar la fiscalización de la producción ilegal de madera y el sistema de control del transporte en las carreteras de la nación, que ahora funciona online, y restringir el crédito a los infractores.
 
A pesar de las graves presiones que existen sobre el recurso forestal, América Latina y El Caribe es pionera en la aplicación de mecanismos de promoción de la conservación, como el pago por servicios ambientales, indicó la misma fuente.
 
Aún así, es poco probable que el ritmo de deforestación en América del Sur disminuya en el futuro próximo, pues de 2000 a 2005, todos sus países registraron una pérdida neta en la superficie forestal, excepto Chile y el Uruguay, que presentaban tendencias positivas, debido a programas de plantación industrial a gran escala.
 
El pronóstico de recuperación es sombrío para esa parte del continente por la creciente demanda mundial de alimentos, combustible y fibra.
 
Lo cierto es que continuarán perdiendo bosques a manos de la agricultura industrial a gran escala y de la ganadería.