Santa Cruz del Sur: ni santa ni crucificada

Santa Cruz del Sur: ni santa ni crucificada Cuánto quisiera con este calor ser un siboney-santacruceño, de aquellos que atravesaban en taparrabos la exuberante vegetación que desembocaba en el mar; porque para escribir de Santa Cruz del Sur nunca podrá evitarse el Mar Caribe y la fertilidad de las tierras donde pescaron, cazaron y recolectaron frutos y cultivos los primeros pobladores cobijados bajo el tupido bosque y en las noches –pienso yo-, hasta intentaban tocar la escurridiza luna en el agua cuando se columpiaban sobre las olas en las rústicas canoas.

Muchas leyendas aborígenes naufragaron en ese intento naif de conquistar la desconocida naturaleza con solo anzuelos de huesos, coas y endebles flechas, aunque fueron definitivamente los cambios climáticos y los excesos de sucesores humanos, los que tras siglos de explotación transformaron hasta hoy aquellas vírgenes fauna y flora. Sin embargo, el mar y la tierra -aún subutilizada-, continúan siendo fuentes de riquezas para su gente mediterránea.

En 1873, tras la caída en combate de El Mayor Ignacio Agramonte, dos mambises internacionalistas, el Generalísimo Máximo Gómez y el Brigadier Henry Reeve, al frente de 620 hombres, tomaron Santa Cruz del Sur.

Paradójicamente, por ese mar entraron un julio como este de 1898, buques yanquis y lanzaron más de mil cañonazos sobre la población, para matar dos españoles colonialistas y un lugareño.

También por el Caribe, pero en noviembre de 1932, la muerte solapada penetró de golpe al frágil caserío de pescadores desamparados y lo diezmó casi totalmente –tres mil ahogados y desaparecidos. La ayuda de salvamento gubernamental jamás llegó, por eso y muchas más razones, las columnas rebeldes cruzaron el territorio bajo la guía del Movimiento 26 de Julio y sembraron de heroísmo esos lares del sur que se repletaron de vida asegurada después del Primero de Enero.

Fidel y Raúl siempre han estado al lado de toda Cuba, pero en Santa Cruz del Sur hay recuerdos imborrables de los líderes junto al pueblo santacruceño: en el auge que convirtió el olvidado paraje en sitial económico integral del país, y en las catástrofes meteorológicas. Cuando el devastador huracán Paloma, también un noviembre aciago pero sin víctimas, la Revolución allí a nadie dejó desamparado.

La estrechez económica provocada por el bloqueo, la crisis mundial y el acoso imperial, ha dejado huellas en esta geografía hoy inyectada de solidarias ayudas para un 26 de julio que pese a las limitaciones, reverdece laureles en la fértil tierra y en el rico manto marino, sustentos de una comunidad crecida en los beneficiosos años de una Cuba distinta e irrepetible a las precedentes por propio convencimiento popular.

Resta solo que se sumen muchas más manos locales para transformar y preservar esta tierra que no es santa pero tampoco está crucificada, porque desde el mar a la llanura hay una fuente inagotable de riqueza que solo se extraen con las perlas del trabajo. (Foto: Otilio Rivero)

Pescadería de Santa Cruz del Sur, obra del joven artista Igor Lachicott inspirada en el pescador local Héroe Nacional del Trabajo, Gervasio Anaya.

Plaza 28 de Septiembre donde se celebrará el acto provincial.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Combinado Deportivo del Consejo Popular Haití

Por Rolando Sarmiento Ricart/ Colaborador de Radio Cadena Agramonte.