Marcada por la integración regional relación de Latinoamérica y EE.UU.

Marcada por la integración regional relación de Latinoamérica y EE.UU.Caracas, 5 may.- La formación de los organismos integracionistas regionales marcan hoy la pauta de las relaciones con Estados Unidos, que continúa sin entender la proyección de unidad del continente, dijo el periodista Eléazar Díaz Rangel.

En su columna Los Domingos de Díaz Rangel, del periódico Últimas Noticias, refiere que la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, la Unión de Naciones del Sur, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América y el reforzamiento del Mercador Común de Sur no agradan a la Casa Blanca.

Precisa el exprofesor titular de la Universidad Central de Venezuela, que uno de los primeros en darse cuenta de esos cambios fue el hoy presidente norteamericano Barak Obama, desde sus tiempos de candidato a la Oficina Oval.

La creciente influencia en América Latina del presidente venezolano Hugo Chávez no debe sorprender en Washington, dada la baja asistencia económica que Estados Unidos dedica a la región, señaló Obama.

Sin embargo, se equivocó cuando lo atribuyó todo a la deficiente cooperación económica, asegura el también escritor, para argumentar que Obama no vio, ni sus asesores se los mostraron, los cambios más trascendentes en la región.

Refiere que los resultados de las elecciones y los avances por la integración y unidad, en cuyos procesos fue determinante el rol desempeñado por el fallecido presidente Hugo Chávez, escaparon a la mirada del hoy mandatario estadounidense y a su equipo de asesores.

Díaz Rangel cita un estudio del Instituto Prospectiva Internacional (IPI), tras la muerte de Chávez, que revela que la continuidad de su movimiento "cuenta con el apoyo de Bolivia, Cuba, Ecuador y Nicaragua, Argentina, Brasil, El Salvador, Honduras y Uruguay".

Recientemente, la revista Time incluyó al presidente Nicolás Maduro entre los 100 personajes más influyentes del mundo, por la ascendencia que tiene en América Latina y el Caribe, recordó.

Quiéranlo o no, dice, Estados Unidos tendrá que admitir que la selección de Maduro respondió a una evaluación de la política exterior de Chávez, marcada por sus principios y acciones, por la independencia, así como por su visión y acción integracionista, las cuales han sido heredadas y continuadas por el actual mandatario venezolano.

Esa realidad, y algo aún de mayor interés del Gobierno norteamericano como son nuestras reservas de petróleo, explican su política contra el Gobierno venezolano, enfatiza.

Recuerda las declaraciones hechas por la subsecretaria de Estado adjunta para el hemisferio occidental, Roberta Jacobson, el último miércoles, en las que dijo que esperaban que el diálogo Gobierno-oposición diera resultados inmediatos, para coincidir con las posiciones de la llamada Mesa de la Unidad Democrática opositora.

Conscientes allá que esa "demora" puede ser motivo para una ruptura, y así satisfacer las demandas de los radicales de oposición, enturbiar el clima político y alejar cualquier posibilidad de alcanzar una "relación positiva" entre ambos países, afirma.

A mi modesto parecer -dice-, esa eventual agudización de la situación política solo puede ser enfrentada eficazmente con una recuperación de la economía, el aumento de la producción y garantizar el abastecimiento, metas alcanzables según el ritmo de trabajo de las mesas con el sector empresarial. (PL) (Foto: Archivo.)