Cepal apunta países desarrollados en problema de drogas

Cepal apunta países desarrollados en problema de drogas Santiago de Chile, 2 jul .- La secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, insistió que en materia de narcóticos se necesita que los países desarrollados jueguen su rol, para combatir un mal que lesiona el desarrollo de América Latina y el Caribe.

Se necesita trabajar allí donde se genera el grueso de la demanda de drogas ilegales, y se fabrican y venden la mayoría de las armas de las que disponen las organizaciones delictuales que operan en nuestra región, enfatizó Bárcena, quien reconoció que Latinoamérica debe hacer su parte.

Al presentar al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, en su conferencia El problema de las drogas en las Américas, la funcionaria de Naciones Unidas abogó por un compromiso y colaboración más efectivos entre todos los países involucrados en el círculo de la criminalidad.

Sobre la violencia y el tráfico de armas en la frontera de Estados Unidos con México, Bárcena dijo que la OEA debe ser el foro donde se debe abordar esa problemática, y abogó porque "ojalá algún día nuestros jefes de Estado tengan la valentía de llevar este tema a la discusión".

La secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) precisó que la inseguridad en la región, tan influida por el narco, ha conducido a la fragmentación del tejido social, a la segregación y a la exclusión.

Bárcena recordó que sobre la base de la información disponible de 2006, la Cepal estimó que los costos económicos de la violencia en Centroamérica, azotada con protagonismo por la presencia de narcotraficantes, alcanza el 7,7 del Producto Interno Bruto (PIB) subregional.

En estos costos se consideraron los relacionados con las pérdidas de salud, costos institucionales, seguridad pública, justicia, gastos privados en seguridad y pérdidas materiales, subrayó.

La funcionaria señaló que el gasto de Centroamérica en defensa, seguridad y justicia en 2010 fluctúa entre el 1,7 y el 3,3 por ciento del PIB.

"Comprometer recursos tan cuantiosos para países donde las necesidades sociales esenciales son tan extensas imponen un lastre que no se mide solo en números, sino que tiene un costo con nombres y apellidos, hombres y mujeres de nuestro continente a los que se hipoteca la posibilidad de construir proyectos de vida satisfactorios", apostilló.

Bárcena comentó que así como la industria del narcotráfico, la violencia y la delincuencia son causa y consecuencia de la pobreza, la inseguridad y el subdesarrollo, del mismo modo la delincuencia y la violencia limitan la democracia, la libertad y reducen la calidad de vida de los habitantes.

"Nuestra América Latina, con tan solo ocho por ciento de la población mundial registra más del 30 por ciento de los homicidios en el mundo (…) y un promedio de 25,6 homicidios por cada 100 mil habitantes en comparación con los 8,9 de Europa, 3,4 del Pacífico Occidental o 5,8 de Asia Sur-Oriental", reflexionó. (PL)