El salario nominal y real en Cuba

La circulación de dos monedas en Cuba es objeto de frecuentes análisis por la prensa occidental que genera, en ocasiones, una absurda pero no ingenua mentira cuando se realizan cálculos acerca de cuál constituye el monto del salario llevado a su expresión en pesos convertibles cubanos (CUC).
   
Por ejemplo: asegura que quienes obtienen un ingreso mensual de 400 pesos estarán recibiendo el equivalente de 16 CUC.
   
Esa conclusión no refleja los numerosos artículos y servicios que ese trabajador puede obtener con su salario, lo cual contribuye a tergiversaciones, sobre todo cuando se compara con los salarios en otras naciones.
   
Ese trabajador y todos los miembros de su familia reciben cada mes productos de primera necesidad que paga en moneda nacional a precios inferiores a su cuantía de producción en esa moneda y en divisas. Esa diferencia que el consumidor no cubre es la llamada subvención estatal.
   
Esos productos costaron en el 2008, dado el aumento de los precios de los alimentos en el mercado internacional, 58 por ciento más, lo cual obligó a pagar 839 millones 600 mil dólares adicionales, sin que se trasladara ese aumento al consumidor.
   
La insuficiencia real de esa canasta básica para satisfacer todos los requerimientos totales en alimentos y en artículos de aseo, impide muchas veces tener en cuenta el ángulo económico favorable para el cubano.
   
Exactamente igual ocurre con otros servicios y recursos entregados al ciudadano gratuitamente o mediante el pago en moneda nacional y que tienen una parte de su costo en divisas. Ocurre con la electricidad, donde si se consume de 200 kilowatts al mes, se paga por ellos, de acuerdo con las tarifas vigentes, 44 pesos, pero la generación de esa electricidad cuesta al Estado unos 30 dólares.
   
Igual sucede con el gas licuado, el servicio telefónico y otros.
   
Quienes hacen esos cálculos y conversiones a CUC deben tener en cuenta  los servicios de salud, que en otros países consumen una parte sustancial del ingreso familiar en Cuba son gratuitos.
   
Similar puede decirse de la educación. En la mayor de las Antillas existe casi un millón de graduados universitarios, y estudian ese nivel de enseñanza el 72,7 por ciento de los que tienen entre 18 y 24 años.
   
El 78 por ciento del Producto Interno Bruto se dedica en 2009 al consumo personal y social. El primero, alcanza el 49 por ciento del PIB y el otro 29 por ciento a cubrir necesidades económicas y sociales de todo tipo.
   
Añádase a lo anterior que gracias a la Ley de Reforma Urbana más del 85 por ciento de los cubanos son propietarios de la vivienda que habitan, habiéndose librado de la renta, convertida para millones en el orbe en fuerte gravamen para la economía familiar.
   
Los cubanos se encuentran lejos todavía de satisfacer todas sus necesidades materiales, pero muestran índices de desarrollo humano que constituyen soñadas aspiraciones para millones de habitantes del planeta.
   
No siempre, como en este caso, el salario deviene el indicador más exacto para medir el nivel y la calidad de vida. (Por Ángel Rodríguez Álvarez/Servicio Especial de la AIN)