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Fructifica simiente del Moncada con luz de futuro

Fructifica simiente del Moncada con luz de futuroEditorial

Con renovada fuerza resuenan en nuestros días la audacia y heroísmo de la pléyade de jóvenes cubanos que el 26 de julio de 1953 asaltaron reductos militares de la tiranía en Santiago de Cuba y Bayamo.

En la Mañana de la Santa Ana, tanto en los cuarteles Moncada y “Carlos Manuel de Céspedes”, como en otros puntos del país donde se produjeron operaciones de apoyo, se puso de manifiesto la continuidad de la lucha revolucionaria y el protagonismo popular en el centro de las acciones.

Aunque ese día el bastión de la tiranía no pudo tomarse, la envergadura de los hechos conmocionó al país, tanto por el cambio cualitativo que representó la clarinada, como por el valor de aquella pujante fuerza que dio al pueblo la acción armada como método de lucha.

Identificaba a los combatientes su profunda orientación martiana y una plataforma político-ideológica bien definida, tal como expuso el “Programa del Moncada”, primero, y “La Historia me Absolverá”, después.

El trascendental alegato de Fidel Castro, en el juicio por los hechos del 26 de Julio, denunciaba: “El problema de la tierra, de la industrialización, de la vivienda, el problema del desempleo, de la educación y de la salud del pueblo; he ahí concretados los seis puntos a cuya solución se hubieran encaminado resueltamente nuestros esfuerzos junto con la conquista de las libertades públicas y la democracia política."

En la medida que transcurren los años, la fecha del 26 de Julio se agiganta y los postulados por los que ofrendara su vida aquella generación heroica, los hace realidad cada día la obra creadora de la Revolución.

No hay esfera de la vida social y económica del país que no haya sido transformada, al influjo del espíritu de justicia social y equidad que guió el pensamiento y la acción de los moncadistas, quienes empuñaron las armas, además, para conquistar el respeto a la dignidad humana, la libertad plena, la independencia y el decoro.

59 años después, en cada rincón de Camagüey los hechos demuestran que los grandes sueños de ayer son la hermosa realidad de hoy, renovada y enriquecida con el trabajo creador de un pueblo que avanza pese a las limitaciones del bloqueo y a las imperfecciones del proyecto social que, pese a todo, defendemos y preservamos.

En nuestros días, los retos son tan inmensos como alcanzables. La recuperación de nuestras potencialidades azucareras; el programa de desarrollo turístico en la cayería norte de la provincia; el desarrollo de la economía, son los combates a los que estamos convocados en las etapas por venir.

En el diario cumplimiento del deber late el mejor homenaje a los héroes y mártires de la Patria. Inspira su entrega los empeños de estos tiempos, enfocados hacia el futuro prometedor que ellos soñaron, y que estamos en el deber moral de construir, para las generaciones que nos sucederán.

Materializar los retos de hoy es nuestro compromiso con quienes ayer plantaron la simiente, y con los que mañana continuarán enarbolando nuestras conquistas por los caminos de la victoria. (Tomado de Cadena Agramonte)