Gobierno paraguayo sin encontrar salida para su aislamiento

Asunción, 14 jul . – El gobierno paraguayo impuesto tras la destitución por el Congreso del presidente constitucional, Fernando Lugo, culminó esta semana sin poder encontrar salida al aislamiento internacional en que se encuentra.

A pesar de todos sus esfuerzos, de una amplia campaña de propaganda y del claro apoyo de Estados Unidos, la actual administración, encabezada por Federico Franco, continuó sufriendo la ausencia del reconocimiento oficial por numerosas naciones y organizaciones regionales.

La posición contra el golpe parlamentario que desalojó a Lugo de su cargo y las sanciones políticas aplicadas por el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) se mantuvieron inalterables, tal como había sido acordado en las Cumbres de jefes de Estado y Gobierno de esos bloques integracionistas.

Las sedes diplomáticas de los países integrantes de esas instancias y las de muchos otros Estados, con vínculos diplomáticos con Paraguay, permanecieron vacías de embajadores que, cumpliendo instrucciones de sus gobiernos, abandonaron Asunción en otra señal de protesta por la destitución de Lugo.

Una pública expresión del actual canciller paraguayo, José Félix Fernández Estigarribia, resulto elocuente, pues se quejó en la prensa de no poder hablar con sus pares suramericanos porque, sencillamente, no atendían sus llamadas telefónicas debido a que se niegan a reconocer al gobierno de Franco.

La semana terminó sin que la Organización de Estados Americanos (OEA) fijara fecha para la nueva reunión, en la cual debe adoptarse una resolución definitiva sobre la situación en Paraguay.

Esto fue un anhelo frustrado de la cancillería paraguaya, esperanzada en el informe rendido por el secretario general, José Miguel Insulza, y respaldado por Washington, como un paso hacia un suave y blando acuerdo con la conclusión de que nada ha pasado en Paraguay.

Al contrario, debió enfrentar una propuesta de la delegación peruana en el seno de la Asociación Latinoamericana de Integración, apoyada por la mayoría de los países, según informó su presidente Carlos Alvarez, y rechazando la destitución de Lugo, hecho que aumentó el aislamiento en foros regionales.

Tal situación, prácticamente imposible de revertir, constituye un fuerte dolor de cabeza para quienes materializaron la irregular toma del poder en Paraguay.(PL)