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No hay lágrimas, sino coraje…

No hay lágrimas, sino coraje...Septiembre está marcado en la historia por el terrorismo. Hace 14 años, el joven turista italiano Fabio Di Celmo, “El Muchacho del Copacabana”, fue víctima de una bomba terrorista. Aquel 4 de septiembre de 1997, La Habana, una de las más bellas y tranquilas ciudades del mundo, amaneció resplandeciente.

Era jueves, y desde muy temprano, las calles se llenaban con el bullicio de la vida cotidiana. Los niños y los jóvenes marchaban a sus escuelas; los hombres y las mujeres acudían a sus centros de trabajo; y miles de turistas disfrutaban las bondades de Cuba, del espíritu solidario y franco de su gente, de su clima…

“Nada parece augurar la tragedia que avanza en la mochila de un mercenario, con disfraz de turista”, dice Acela Caner en su libro-testimonio sobre los sucesos de aquel bárbaro atentado terrorista.

Poco después del mediodía, en un segundo, la muerte pinta el rostro del joven Fabio Di Celmo, con el estallido de una bomba. Al llegar a la Clínica Cira García, la más cercana al hotel, Fabio ha dejado de existir, y Giustino, el padre del joven turista, no puede creerlo.

Una Nota del Gobierno Cubano, informa sobre los sucesos:

“Los hoteles capitalinos Copacabana, Chateau y Tritón, fueron víctimas en la tarde de este jueves, 4 de septiembre de 1997, de nuevos actos terroristas, similares a los denunciados por el Gobierno Cubano recientemente, los cuales esta vez provocaron la muerte del ciudadano italiano Fabio Di Celmo, comerciante de 32 años de edad, quien se encontraba en el Hotel Copacabana”.

Detrás del hecho brutal que costó la vida del joven italiano, una larga historia de agresiones contra Cuba, financiadas y organizadas por la CIA, con la anuencia del gobierno de los Estados Unidos.

Desde aquel día, hace 14 años, Giustino Di Celmo, el padre del joven Fabio, no ha tenido un momento de consuelo; pero se mantiene como un activo luchador por la paz y contra el terrorismo.

El asesinato de Fabio Di Celmo, en el habanero hotel Copacabana, conmueve al pueblo cubano y a la opinión pública internacional. La prensa se hace eco del suceso: el nombre del joven italiano aparece en las páginas de todos los periódicos del mundo; y el gobierno imperial de los Estados Unidos no puede ocultar la verdad, a pesar de sus poderosos medios, que intentan manipular y tergiversar la información.

La muerte de Fabio demuestra, fehacientemente, cómo Estados Unidos y la mafia cubano-americana, radicada en Miami, no dudan en financiar y organizar las más sucias e inhumanas acciones criminales contra Cuba.

Las investigaciones preliminares ofrecen indicios sobre la participación de extranjeros en el crimen: es identificado el ciudadano salvadoreño Raúl Ernesto Cruz león, como autor material del hecho, quien confiesa haber sido contratado por “el señor Luis Posada Carriles, con el dinero de la Fundación Cubano Americana, de Miami… Me pagaron para que pusiera las bombas en los hoteles de La Habana”.

Más recientemente, otro mercenario, Francisco Chávez Abarca, detenido en Venezuela y extraditado a Cuba, reconoce también, que detrás de estos y otros atentados terroristas, de los planes de asesinato de los dirigentes de la Revolución y de actos de sabotaje a instalaciones cubanas, está la mano de la mafia, radicada en los Estados Unidos.

Graciela Ramírez, Coordinadora del Comité Internacional por la Libertad de Los Cinco, comenta sobre el hecho de que Cuba y Venezuela fueron principales focos de agresión del asesino, quien dirigido por uno de los terroristas más connotados del mundo, Luis Posada Carriles, hizo detonar bombas en distintos centros de la capital de la nación caribeña y acaba de reconocer que planeó asesinar al presidente Hugo Chávez, además de tratar de desestabilizar las elecciones parlamentarias, y cometer otros hechos terroristas .

“Ese hombre, fue el que pagó dos mil dólares por cada bomba, a otro terrorista que vino a La Habana y las colocó, y por la cual murió el joven italiano Fabio Di Celmo. Ese terrorista internacional está preso aquí en Cuba y ha reconocido tales hechos en sus declaraciones; y lo más terrible, es que no son planes del pasado, sino que se actualizan al día de hoy, con el proyecto de hacer volar los buques cargados de petróleo de Venezuela a Cuba, y además, atentar contra nuestros Presidentes de la región.

“Y este hombre, no es más que un agente de Posada Carriles, quien está libre; y a pesar del testimonio que hay en su contra, sólo fue juzgado por haber mentido a emigración, en los Estados Unidos”.

Giustino Di Celmo, el padre de Fabio, como veterano de la Segunda Guerra Mundial, y luchador contra el fascismo, es un hombre progresista, que quiere la paz para el mundo, por lo que mantiene lazos solidarios con el pueblo cubano y apoya la causa de Los Cinco patriotas, hoy injustamente detenidos en cárceles norteamericanas, sólo porque desde las entrañas del monstruo, luchaban para impedir que actos terroristas como el que costó la vida de Fabio Di Celmo, continuaran contra el mayor archipiélago de las Antillas.

“La única arma que nosotros tenemos es la solidaridad, para que el mundo conozca la injusticia que se comete con Los Cinco; cómo los asesinos de mi hijo y de más de tres mil personas víctimas del terrorismo están libres, mientras Los Cinco, sin armas, sin nada, que defendían a su pueblo, están presos, sin que se vislumbre la manera de encontrar justicia”.

Y refiere Giustino: “Yo conozco también lo que es estar preso en una cárcel norteamericana. Cuando la Segunda Guerra Mundial, en el año 1944, yo era un muchacho de 24 años, me mantuvieron detenido durante siete años, sin haber hecho nada; y al cabo de ese tiempo, las presiones del Secretario del Partido Comunista de Italia, de aquella época, permitieron que me liberaran. Por eso, yo sé lo que significa el injusto encierro”.

No hay lágrimas, sino coraje…

Por Miozotis Fabelo Pinares/ Colaboradora de Radio Cadena Agramonte.