Lectura, opción de sano esparcimiento en verano 2011

Camagüey, 12 jul.- La lectura conduce al conocimiento infinito, y a un sano esparcimiento que deberían practicar, de modo habitual, jóvenes, adultos y pequeños. Un libro transmite inefables sensaciones, como las experimentadas por todo aquel que viaja allende los mares, sin siquiera moverse del asiento escogido para transitar entre pliegos por el mundo.

Quien en sus horas libres se inclina por una obra de la literatura, ofrece un voto a la sabiduría, la sensatez, y, sobre todo, la cultura sin límites.

El verano deviene temporada idónea para socializar las lecciones que brinda cada ejemplar, y para compartirlas en familia, de padres a hijos, en franca voluntad de educar a los hombres del futuro.

Así, el ocio de los venideros meses puede resultar el momento escogido para leer, perseguir obras de talla y autores universales, y dar la mano a protagonistas de nuestras sagas preferidas.

Para los más pequeños, El Conde de Montecristo será una magnífica compañía en los días estivales, únicamente superada por singulares aventureros como los tripulantes del Nautilus, ese emblemático submarino de Julio Verne.

De igual modo, quienes han salido de la infancia y aún no arriban a la adultez, escogerán sin dudas las historias de Emile Bronté o Guy de Maupassant para administrar ingeniosamente esta época del año.

Y, para todas las generaciones, una válida sugerencia –no solo en el verano si no también durante el resto del año- son las valiosas moralejas y la exquisita sensibilidad materializada en El Principito, de Antoine de Saint Exupery. (Gretta Espinosa Clemente/Radio Cadena Agramonte).