Santacruceños recuerdan unidad del pueblo en los días de Girón

Glicerio Betancourt Pratt, recuerda sus años de pescador, y su contribución voluntaria, vigilando las costas para impedir las salidas ilegales de varios contrarrevolucionarios y la infiltración de otros por estas playas. “Yo siempre fui y seré un miliciano de mi patria”. La invasión mercenaria a Girón fue momento de definiciones que marcó la vida de este humilde santacruceño que tiene una teoría acerca del imperialismo, basada en la experiencia.

"Santa Cruz del Sur, más que un muro de concreto, tiene un muro de voluntades, de unidad puesta a prueba. Ahora estamos más preparados que en el 1961, cuando la invasión a Playa Girón, y mire como en menos de 72 horas acabamos con esos cobardes. A nadie le gusta que haya guerra, pero si algún día quieren atreverse otra vez, se irán de aquí con los fondillos llenos de tiros”.

“Me llegan las noticias de Girón, cuando trasladaba en el barco Frank País, del combinado pesquero, más de 70 hombres hacia San Pedro, en la costa del municipio Vertientes. Allá había otro tanto, que llevaban siete meses sin relevo. Todos milicianos, listos para entrar en combate si a esos desgraciados se les ocurría desembarcar por acá”.

Ya se cumplen 29 años del Destacamento Mirando al Mar, una de sus fundadoras es Martha Miranda Cabrera. “Hay muchas compañeras que en la actualidad  ya no están con vida”. En su conversación pausada busca hacer homenaje a Ada Calderón y Hortensia Fernández. “Ellas fueron las que en la Playa dirigieron la Unidad Femenina Revolucionaria, una de las organizaciones de ese tipo que se crearon por esa época. Éramos lo máximo, con nosotras siempre había que contar”.

Las féminas llamadas a la misión, desde el primer instante fueron hacia la vanguardia. “Lo que teníamos en nuestros hogares se lo dábamos a los milicianos. Allí estaban nuestros esposos, familiares, vecinos y conocidos. No les faltaron alimentos, agua ni aliento. Mis hijas era chiquitas, de uno y dos años, las atendía y volvía a mi deber”.

“La misma combatividad la demostramos luego en la Crisis de Octubre. Volvimos al muro, sin temor a derramar la sangre, por lo más valioso: la libertad. “Todos éramos muy jóvenes, pero responsables y nunca le fallamos a Fidel, ni le fallaremos. Hay milicianas para rato”.

El mes de abril, como bien lo definiera el canta autor cubano Silvio Rodríguez, es canto de la Patria y es nuestro canto. ¡Cuánto se vuelve a recordar! “La unidad entre los revolucionarios- expresó Raúl- y entre la dirección de la Revolución y la mayoría del pueblo es nuestra más importante arma estratégica, la que nos ha permitido llegar hasta aquí y continuar en el futuro perfeccionando el Socialismo”.

Santiago SantaCruz
Cortesía para Radio Santa Cruz