Cultura

Filme garciamarquiano en concurso en Cuba, un desafío costarricense

Filme garciamarquiano en concurso en Cuba, un desafío costarricense        La Habana, 4 dic. – La cineasta costarricense Hilda Hidalgo concursa en Cuba con una versión de la novela Del amor y otros demonios, que nació casi de una provocación de su autor, Gabriel García Marquez.

Es la más cinematográfica de sus novelas, le comentó Hidalgo en uno de los talleres sobre Cómo contar un cuento, que el escritor colombiano imparte cada diciembre en la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños, donde se formó la novel directora costarricense.

¿No te gustaría hacerla?, fue su respuesta a la realizadora en cierne, quien recogió el reto con guante de seda y audacia, y le replicó: No bromée porque me atrevo.

A Gabo tal vez lo predispuso a su favor el hecho de que una mujer -a la que otorga un papel preponderante en su literatura- se atreviera a llevar a la pantalla una obra por la cual siente especial predilección, un palpito entrañable.

Ahora ambos coinciden en La Habana, adonde Gabo llegó puntual como cada diciembre a su cita con un festival que también nació como un reto y ya lleva 32 años como una aventura consolidada, ampliando cada vez más su diapasón y abriendo puertas a los jóvenes, como una fuerza impulsora. Un festival que también es suyo.

Para Hidalgo convertir en materia fílmica la novela de Gabo demandó seis años de duro bregar inmersa en el guión y en la búsqueda de un financiamiento ascendente a 2, 2 millones de dólares para cuajar tan ambiciososo proyecto, coproducido con Colombia y recibido con palmas en ese país, donde se estrenó el 26 de marzo último en un circuito independiente y con una audiencia masiva.

Su debut comercial en San José fue poco después, en abril, con reseñas agridulces de una crítica que elogió el poder avasallador de las primeras imágenes y la calidad de la fotografía, pero miró con escasa benevolevencia la construcción narrativa, la propuesta argumental y el ritmo del metraje de casi dos horas.

De todas formas es una hazaña de Hidalgo emprender su primera aventura fílmica de largo alcance con la obra de un escritor que ha navegado con poca suerte en el cine, salvo dos o tres excepciones como la María de mi corazón, del mexicano Jaime Humberto Hermosillo.

Hidalgo tenía 33 años cuando abrazó con pasión este sueño que concluyó a los 39, cautivada por la historia de amor prohibido entre una niña de la aristocracia colonial, Sierva María -estigmatizada por la iglesia católica- y el sacerdote Cayetano, a quien le confían la salvación de su alma.

El resultado está ahí y toca a cada espectador emitir su juicio, desde su conexión individual con lo que ocurre en pantalla, más allá de la opinión de críticos y cronistas.

A Hidalgo le complace, sobre todo, haber concretado un desafío artístico y personal y el hecho de que la producción y dirección estuvieran en manos exclusivamente de mujeres. De igual modo agradece la factura técnica, impecable a su juicio, de un equipo integrado por especialistas y productores de Costa Rica, Colombia, Argentina, Cuba, México y España.

Filmada en Cartagena de Indias y ambientada en el siglo XVIII, la cineasta gozó de una absoluta libertad, otorgada por Gabo, para armar su versión fílmica de la novela, que protagonizan la actriz colombiana Eliza Triana y el actor español Pablo Derqui.(PL)