Ejemplaridad y honestidad caracterizan a combatiente santacruceño de la Revolución Cubana

Santo Isidro Montoya Tejeda no vive diciendo lo que hizo pero sí lo empuja el ejemplo. El obrero agrícola de la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) Los Pinos de Santa Cruz del Sur, es uno de los responsables de darle las atenciones culturales a áreas cultivadas de caña de esa estructura estatal.

En el 2001 le fue conferida la condición de Vanguardia Nacional. “Trabajar con honestidad por y para la Revolución es sagrado para mí”, afirmó.

Con igual ímpetu se mantuvo en la posición de fuego en la provincia de Huambo, ubicada al sur de la República Popular de Angola, cuando a los 18 onomásticos aceptó por convicción ser el primer radio telefonista del grupo de combate de las BM 21.

“Yo recibía las orientaciones del puesto de observación. Se me indicaba en qué coordenadas se encontraba el enemigo, la cantidad de disparos a realizar y en qué tiempo. Cada palabra la iba comunicando en alta voz, así de esa manera se cumplía eficazmente la orden”, rememoró.

Más de 300 cubanos navegaron en el buque El Jigüe hasta Angola. “Subimos a bordo del mercante casi a finales de 1980, desembarcamos en la hermana tierra en los primeros días de enero del nuevo año.

 La inmensa mayoría éramos muy jóvenes, pero estábamos claros del deber internacionalista con nuestros camaradas angolanos y su pueblo”.

Los mercenarios, narró, el entrevistado, no resistieron la metralla de los que desde las trincheras defendían la libertad. “Cuando se lucha por una causa justa, significó, las fuerzas hostiles no tienen arma alguna para destruir esa coraza moral”.

Santo Isidro mantiene destacada ejemplaridad en las tareas de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) de la comunidad de Pino Cuatro, alejada cuatro kilómetros del poblado santacruceño de Haití.

“Soy donante voluntario de sangre, tengo entregadas hasta el momento 144 aportaciones. Vuelvo y le repito… la Revolución tiene aquí un soldado más”, exteriorizó eufórico.