Consumo excesivo de vitaminas puede ser perjudicial

Washington, 25 dic.-  Un estudio clínico coordinado por la Agency for Healthcare Research and Quality (AHRQ), una de las 12 agencias de salud de Estados Unidos, demostró que la ingestión de suplementos de vitaminas o minerales puede ser perjudicial para la salud, en lugar de aportar mejorías al organismo humano.

Según los expertos norteamericanos citados por la revista Nature Science, varias vitaminas artificiales adicionales no tienen un efecto positivo en la prevención de los eventos cardiovasculares, del cáncer o de la mortalidad en población sana.

En resumen muchos suplementos vitamínicos y minerales tampoco mejoran ni la memoria ni la capacidad de pensar, como muchas personas esperan, y además el cuerpo no siempre expulsa este exceso de vitaminas que tomamos y luego se acumulan en la sangre de manera inquietante.

También las hay que pueden inducir a la osteoporosis y otras pueden generar urticaria y problemas estomacales, dijeron los especialistas de AHRQ.

La Universidad de Harvard llevó a cabo un estudio con 5000 personas mayores de 60 años del que concluyó que no había diferencias cognitivas entre los individuos que tomaron vitaminas durante la duración de la indagación y los que ingirieron un placebo.

Hay un grupo de vitaminas que son liposolubles, es decir que se disuelven en grasas y que tienden a acumularse en nuestra capa lipídica. Entre ellas están la vitamina D, la E, K1 y la K2. Es cierto que se expulsan con la orina, pero al parecer esto no ocurre de forma inmediata y se producen cúmulos temporales de estas sustancias dentro del cuerpo.

Algunas vitaminas aumentan el riesgo de padecer cáncer de pulmón, en concreto el beta-caroteno. Según algunos estudios, una suplementación con esta vitamina podría ser útil cuando vamos a la playa como filtro solar, pero aumenta en un 20 por ciento la probabilidad de cáncer de pulmón en fumadores.

Otro estudio denominado SELECT, referente a más de 35 000 hombres de Estados Unidos, Canadá y Puerto Rico, reveló que la vitamina E sintética, lejos de prevenir el cáncer de próstata incrementa su riesgo. Sus autores destacaron que algunas moléculas liposolubles acumuladas en exceso pueden tener reacciones paralelas oxidantes a pesar de ser antioxidantes.

Igualmente la hipervitaminosis por vitamina A se considera tóxica a largo plazo. Se sabe que es capaz de provocar efectos nocivos en los órganos que la metabolizan, como son ojos, los huesos e incluso el hígado. La abundancia de este componente se relaciona con visión borrosa, pérdida de peso, falta de apetito o la osteoporosis, sobre todo en mujeres postmenstruales.