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[:es]Bolsas hidrosolubles: Chile dará potente salto medioambiental[:]

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Santiago de Chile, 25 jul .-Dentro de unos meses Chile prohibirá el uso de bolsas plásticas en los comercios, pero una alternativa ecológica permitirá al país austral dar un potente salto amigable con el medio ambiente.

 

La radical ley, que busca terminar con plásticos que demoran cientos de años en degradarse, parece haberse cruzado hoy con el éxito de una joven empresa chilena que en una demostración en esta capital, enseñó la efectividad de bolsas hidrosolubles.

Para hacer más auténtica la velada ante varios corresponsales extranjeros, el gerente general de Solubag, Roberto Astete, colocó dentro de un recipiente de agua una bolsa semejante a las de polietileno, la cual al cabo de un rato se diluyó.

El ingeniero Astete no tuvo problema alguno en beberse el agua donde se había deshecho la bolsa para dar fe que el artículo, antes en estado sólido, se transforma en agua potable.

Pero la empresa, que lleva cuatro años trabajando en la innovación con el soporte de una compañía de China, se proyecta de forma más abarcadora. Su gerente comercial, Cristian Olivares, también ingeniero, hizo otra prueba.

Olivares se ofreció como conejillo de indias para confirmar otro valor agregado, impiden la asfixia. Con solo colocar saliva de su boca, se abre un hoyo en la bolsa.

Además, existe otra variante, también hidrosolubles que asemeja a las bolsas de tela. Estas se deshacen en agua caliente a altas temperaturas.

‘En Chile se producían más de tres mil millones de bolsas plásticas al año, que luego tardan una enormidad en degradarse. Nuestra solución es práctica y sencilla: el cliente decide cuando destruirla’, dijo Astete.

Ante la pregunta de Prensa Latina de la competencia en esta modalidad y las maneras de reacomodarse al medio ambiente, Olivares detalló que la firma nacida en Concepción, centro-sur de Chile, posee una cartera amplia.

‘De hecho estamos suministrando al Hospital Militar de Santiago cubiertas desechables para camillas; pensamos en las batas protectoras que se usan en hospitales y clínicas; y miramos alternativas en cuanto a recipientes’, anotó.

A otra interrogante de esta agencia, relacionada con la resistencia, además de vulnerabilidad ante climas hostiles (calor o frío), Astete apuntó a la elección del usuario para transportar mercancías, y al estudio de los alimentos.

‘El material base tiene distintos orígenes (piedra caliza, entre otros). Buscamos bajar costos de producción y experimentamos con distintos proveedores para garantizar la calidad y siempre ser amigables con el medioambiente’, puntualizó Astete.

‘El producto es un PVA (polivinil alcohol) y por eso es que reacciona frente al agua. Tiene oxígeno e hidrógeno. Pero al aumentar las moléculas de oxígeno que vienen dentro del agua, el material se descompone’, argumentó.(PL)

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