Relaciones Cuba - EE.UU.

Advierte académico cubano sobre recientes medidas de EE.UU.

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Por Laura Becquer Paseiro*

La Habana, 4 oct.- La decisión del gobierno de Estados Unidos de retirar el personal diplomático ”no esencial” y sus familiares de su Embajada en Cuba, en respuesta a los supuestos incidentes en su contra, abre interrogantes sobre el futuro de los vínculos.

 

El profesor del Centro de Estudios Hemisféricos y sobre Estados Unidos de la Universidad de La Habana (CEHSEU), Ernesto Domínguez, comentó a Prensa Latina que no hay ninguna evidencia, que se conozca, de una acción deliberada por parte de Cuba o de alguien más.

El pasado 29 de septiembre el secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, advirtió a los ciudadanos estadounidenses que no visitaran Cuba y anunció la suspensión de la mayoría del procesamiento de visas en La Habana.

La medida se tomó por ‘motivos de seguridad’, comunicó Tillerson, quien describió que los ‘ataques’ causaron pérdida auditiva, mareos, dolor de cabeza, fatiga, problemas cognitivos y dificultades para dormir.

No obstante, admitió que los investigadores ‘han sido incapaces de determinar quién es el responsable o qué está causando los ataques’, y que se mantenían las relaciones diplomáticas con Cuba, restablecidas en julio de 2015.

Reconoció también el esfuerzo y la cooperación de Cuba para investigar lo sucedido, aun cuando la isla caribeña pidió a Estados Unidos no politizar el asunto ante la falta de evidencias y de resultados investigativos concluyentes.

Sobre el tema, el profesor cubano señaló que Estados Unidos está tomando las decisiones, probablemente, a partir de criterios de política interna y por las presiones de los distintos grupos involucrados.

Incluso, es posible que estén buscando que Cuba rompa relaciones, pero eso último es pura especulación, indicó el académico, quien acotó que es temprano para hablar de ruptura de vínculos.

Aunque finalmente no lo incluyeron en el comunicado del Departamento de Estado norteamericano, Tillerson amenazó con cerrar la Embajada en La Habana, reabierta el 20 de julio de 2015 como parte del proceso de normalización de relaciones bilaterales.

En este punto, Domínguez afirmó que ‘pueden llegar a cerrar la embajada, pero la reducción de su funcionamiento es un problema, porque funcionarios cubanos encontrarán dificultades adicionales para viajar a Estados Unidos’.

Además, se reduce la posibilidad de encuentros en Cuba, agregó Domínguez.

El anuncio va en el mismo sentido del Memorando Presidencial de Seguridad Nacional sobre el Fortalecimiento de la Política de los Estados Unidos hacia Cuba, anunciado el 16 de junio por Donald Trump, afirmó.

Las nuevas medidas persiguen ‘enfriar los vínculos y colocar nuevas barreras, sin introducir necesariamente nuevas y numerosas restricciones específicas’, indicó Domínguez.

El académico del Centro de estudios sostuvo que las restricciones apuntan sobre todo al sector turístico y a los viajes de estadounidenses a la isla caribeña por las distintas vías.

Para Domínguez el comportamiento puede generar probables temores adicionales en otros actores internacionales, ‘lo cual puede ser uno de los objetivos de algunas de las partes participantes en la toma de esa decisión’.

Mientras tanto, el gobierno cubano insistió en que ‘no tiene responsabilidad alguna con los hechos’, mientras indicó que la medida era una decisión ‘precipitada’ que afectará las relaciones bilaterales.

En declaraciones a la prensa, la directora de Estados Unidos de la Cancillería cubana, Josefina Vidal, refirió que la cooperación en temas de interés mutuo y los intercambios bilaterales se resentirán con la medida.

La diplomática recordó que en el encuentro con Tillerson a inicios de la semana pasada, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, le advirtió que sería lamentable que Estados Unidos tomara decisiones apresuradas.

Vidal reiteró que la voluntad de Cuba es continuar una cooperación activa entre las autoridades de ambos países para el esclarecimiento de estos hechos y que para ello será esencial ‘la participación y el involucramiento efectivo de las autoridades estadounidenses’.

*Periodista Redacción Nacional de Prensa Latina.

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