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Espíritu de guerra importada recorre Haití

Espíritu de guerra importada recorre Haití Puerto Príncipe, 21 ene .- Con una sonrisa irónica, y luego un movimiento de manos pidiendo nos alejáramos, respondió hoy a Prensa Latina uno de los soldados de la 82 División Aerotransportada de Estados Unidos, ante la pregunta de en cuál guerra participaría en Haití.

  El militar viajaba en una de las caravanas del Pentágono en las cercanías del aeropuerto internacional Toussaint LÂ�Overture, armado, al igual que los miembros de su unidad, con fusil M-16, tal como si su presencia en el devastado país estuviese motivada por un conflicto bélico y no por un terremoto.

El convoy, con destino desconocido, lo integraban varios camiones y vehículos Hummer, tradicionalmente utilizados por las fuerzas armadas norteamericanas en sus despliegues ofensivos ultramarinos.

¿"Qué hacen ustedes aquí, a cuál guerra se dirigen con esas armas?, le preguntamos, aprovechando que nuestro vehículo se cruzó con el camión militar en uno de los tantos congestionamientos viales que por estos días imponen a Puerto Príncipe una mayor imagen de inamovilidad.

La interrogante, aunque no provocó respuesta verbal alguna, si generó un evidente malestar entre los uniformados, cuya presencia en esta ciudad ataviados con fusiles y ametralladoras es cada día más cuestionada.

Dos helicópteros de Estados Unidos descendieron este martes en los jardines del desplomado Palacio Nacional, maniobra que generó expectativas entre los miles de personas que permanecen en la plaza Champ de Mars, pues llegaron a pensar que las naves venían cargadas de ayuda.

Según testigos, de los helicópteros descendieron varios soldados que se dirigieron al hospital militar, pero con ellos no llegaron suministros para ser repartidos del otro lado de la cerca.

Moise Desir, uno de los guardias de seguridad del palacio, comentó a Prensa Latina el desolador panorama que presencia cada día en la plaza.

"Todos esperan ayuda, muchos permanecen días enteros asidos a la cerca del palacio, en señal de que necesitan ayuda gubernamental, a pesar de que saben que todo esto está destruido", manifestó el agente.

Otro centinela, Vital Pie Desses, manifestó que no se encontraba de turno cuando aterrizaron los helicópteros, no obstante consideró que debieron traer alimentos, pues "bien saben la situación que se vive a unos metros de las ruinas de la casa de gobierno".

Según divulgaron medios noticiosos, el 15 de enero el portaaviones Carl Vinson llegó a las costas de Puerto Príncipe con un cartel de ayuda humanitaria, cual si Estados Unidos no dispusiera de otras naves de gran porte para transportar cargas de envergadura.

Sus pasos fueron seguidos por otros buques de guerra, el Underwood y el Normandy, con capacidad para el lanzamiento de cohetes cruceros, incluso el portahelicópteros Bataan.

Aproximadamente dos mil efectivos de la Segunda División de Infantería de Marina, con sede en Camp Lejeune, y unos tres mil de la élite 82 División Aerotransportada también viajaron a Haití dos días después del movimiento telúrico.

El abultado expediente de esta unidad incluye experiencias en invasiones a países pequeños, como a la isla de Granada en 1983, de ahí el mal sabor que generan entre muchos haitianos sus despliegues en esta maltrecha tierra.