Alerta para sus ojos frente a la computadora
La progresiva expansión de la informática en Cuba, donde ya funcionan cientos de miles de computadoras, precisa prestar atención al alerta que oftalmólogos han lanzado en relación con el llamado síndrome de la pantalla del visualizador.
De acuerdo con estadísticas internacionales, un elevado porcentaje de jóvenes universitarios y trabajadores que habitualmente utilizan computadoras durante ocho o más horas al día, están siendo afectados por diversas dolencias de los ojos, la columna vertebral, la cervical y otros malestares relacionados con hábitos y posturas incorrectas que se asumen frente a la pantalla.
Uno de los más comunes problemas se manifiesta mediante el enrojecimiento de los ojos, lagrimeo, cansancio ocular, cefaleas, mareos y otros síntomas.
Expertos del Colegio de Ópticos de Galicia y la Academia Americana de Optometría, han pronosticado que un tercio de la población juvenil será miope en el año 2020, de acuerdo con la progresión en el empleo de las pantallas de computadoras.
Entre los factores que contribuyen al surgimiento de dificultades oculares se incluye la ubicación inadecuada de equipos informáticos en sitios de trabajo o estudio, mala iluminación, e insuficiente o excesiva resolución de la pantalla del ordenador.
También reflejos, brillos o poca ventilación de la sala donde se trabaja con la computadora, así como suciedad sobre la superficie del monitor que, a juicio de oftalmólogos, debe estar inclinado hacia atrás cinco o 10 grados respecto de la vertical, y los contenidos reflejados en la pantalla deben aparecer por debajo de la línea de la mirada.
Es aconsejable trabajar con dos tubos de luz fluorescente, porque una sola produce un parpadeo, inapreciable, pero dañino a la vista.
La colocación de un vidrio protector frente a la pantalla para filtrar el exceso de luminosidad, a manera de gafas para el sol, contribuye a amortiguar efectos dañinos para la visión, pero requiere de paciencia, pues numerosos informáticos lo rechazan, alegando que necesitan visualizar mejor los elementos en el monitor.
En realidad, quienes acostumbran a prescindir de los filtros protectores, podrían estar padeciendo de miopía u otros trastornos de la visión, de los cuales no son conscientes, y que se resolverían con lentes graduados.
Los que prefieren apretar al tope los botones de brillo y contraste en el panel del monitor –en detrimento de la vida útil del equipo— debieran realizar una visita al oculista, de manera preventiva, para que les aclare, no solo la visión en sí misma, sino también riesgos que corre uno de sus principales sentidos.
Por supuesto, ante cualquier molestia o síntoma que cause enrojecimiento de los ojos o lagrimeo, lo más aconsejable también es visitar al especialista.(Roberto Pérez Betancourt/AIN)