Trabajan por reanimar industria alimentaria en Santiago de Cuba

 Santiago de Cuba, 12 oct.- La línea de galletas de soda de la Empresa de Pastas y Caramelos de Santiago de Cuba reinició su producción, después de haber sido rescatada como parte de los esfuerzos para reanimar la industria alimentaria de la provincia.

Marino Murillo, vicepresidente del Consejo de Ministros y titular de Economía y Planificación, y Lázaro Expósito, miembro del Comité Central y primer secretario del Partido en el territorio, asistieron a un breve acto que sirvió para poner en marcha nuevamente a esta planta.

La línea detuvo sus operaciones hace nueve años por el envejecimiento tecnológico de sus máquinas, roturas y problemas con la materia prima, sin embargo en los últimos meses sus trabajadores, entidades de ese sector y empresas del territorio se integraron para rescatar esa producción.

Además de brindar un renglón que es bien recibido por la población de Santiago de Cuba y otras provincias orientales, la línea crea fuentes de trabajo, en especial para la mujer.

Murillo y sus acompañantes recorrieron la planta y otros talleres de esta empresa, donde además se producen surtidos como caramelos, bombones, galletas de dulce, mezclas para pastas, pizzas y refrescos instantáneos, sorbetos y bizcochos revestidos con chocolate (llamados africanas).

En otras unidades se fabrican pastas cortas y pastas largas, como coditos, macarrones, espaguetis y tallarines.

El dirigente reconoció el papel del colectivo y otras entidades en la recuperación del equipamiento y la instalación, en especial los innovadores que con su inventiva dieron solución a múltiples situaciones.

La planta producirá unas cuatro toneladas de galletas de soda por día, y a partir de la adquisición de nuevos quemadores podría alcanzar su capacidad de diseño de seis toneladas.

No obstante, Murillo declaró a la prensa la conveniencia de evaluar el consumo energético del proceso, así como la adopción de medidas organizativas para garantizar eficiencia en la utilización de hornos y calderas, además de aspectos del embalaje, transporte y comercialización.

Recientemente se rescató en la ciudad una fábrica de panqués que estuvo cerrada durante 23 años, se realizan inversiones en plantas de conservas, refrescos y la bebida tradicional prú, además de entidades que producen helados y renglones lácteos, entre otros. (AIN)