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Robots e inteligencia artificial

Robots e inteligencia artificialCuando en 1917-21, el novelista y dramaturgo Karen Capek, utilizó por primera vez en su obra teatral Robots Universales Rossum, la palabra robots, procedente de su origen checo robota para referirse a máquinas con forma humanoide, quizás nunca pudo imaginar la trascendencia que tendría todo lo relacionado con ese asunto a través de los años.   
   
La denominación robota, es un vocablo checo que significa siervo y que es idéntico al término ruso robonitk que expresa el trabajo arduo, repetitivo y monótono.
   
Con el surgimiento del término, Inteligencia-artificial, los aspectos científico- ético-filosóficos, alrededor del tema, se han ido complicando y numerosas son las opiniones acerca de si esas máquinas, los robots, pudieran convertirse en un futuro en competidores, en igualdad de condiciones, con los seres humanos, sustituirlos.
   
En la actualidad existen múltiples criterios al respecto y entre ellos, el del catedrático de la Universidad de Málaga, Antonio Diéguez que expresa: “esta posibilidad debe ser descartada de antemano, al menos si por inteligencia (o por procesos mentales inteligentes) entendemos algo que no está sometido a reglas predeterminadas, algo que faculta a los seres humanos para reconocer rápidamente lo relevante y lo accesorio en un entorno cambiante que le permite ser intuitivos y creativos tanto en el terreno de la teoría en el del arte, algo que incluye capacidad para comprender significados (contenidos semánticos) y para usar el lenguaje haciendo referencia con él al mundo real; algo en fin, que tiene como manifestaciones singulares la conciencia y lo que habitualmente llamamos sentido común”.
   
En definitiva la Inteligencia artificial estudia como lograr que las máquinas realicen tareas que por el momento, son realizadas mejor por los seres humanos. Pero vale pensar que la definición es efímera ya que se basa en el estado actual de la informática y no incluye áreas que potencialmente tienen un gran impacto tales como los problemas que no pueden ser resueltos adecuadamente ni por los seres humanos ni por las máquinas. Si se quiere uno de los éxitos de la Inteligencia artificial se basa en la creación de sistemas expertos.
   
La Inteligencia artificial tiene aplicación en la robótica cuando se requiere que un robot “piense” y tome una decisión entre dos o más opciones, es aquí cuando principalmente ambas ciencias comparten algo en común.
   
En los ordenadores, en sus distintos tipos se utiliza la Inteligencia artificial, pues su principal aplicación es desarrollar programas computacionales que resultan problemas que implican la interacción entre la máquina y el hombre, es decir, las máquinas “aprenderán” de los hombres, para realizar mejor su labor.
   
Para el experto y neurocirujano colombiano Rodolfo Llinás la capacidad de diseñar un robot que emule con el hombre “no tiene dudas de que algún día se podrá construir un robot capaz de pensar. En su libro I of the vortex expresa al respecto “los computadores como los conocemos hoy no parecen estar listos para tener una mente, pero eso puede deberse a limitaciones en su diseño más que a cualquier restricción teórica de una mente creada artificialmente”.
   
Una opinión discordante es la del psicoanalista Simón Brainsky “no es concebible un robot que pueda moverse por afectos, porque ellos suponen un nivel de sentimientos que es exclusivo de los seres vivos”.
   
Los rasgos exclusivos del ser humano irían mucho más allá. Para Brainsky que da su opinión en su perspectiva del psicoanálisis, “el ser humano es el único animal que sueña, hace abstracciones, construye utopías y tiene conciencia”.
   
Lo que si es cierto y así lo expresó un experto en la materia Antonio Diéguez y que reproducimos a manera de cierre “todo este discurso apocalíptico sobre la exclusión competitiva de la especia humana frente a las máquinas inteligentes contribuye en mucho a desviar la atención de otros peligros más inmediatos y reales en relación con la computadora electrónica.  
   
La dependencia de las máquinas a la hora de tomar decisiones en ámbitos de especial importancia social, el carácter incuestionable con el que se asumen ciertos fines ligados a su uso y difusión, la extensión de su dominio sobre cada vez más aspectos de nuestras vidas…Creo que este es un peligro al que debemos por el momento prestarle más atención”.
(Por Germán Fernández Burguet/ Servicio Especial de la AIN)