Honduras y el Congreso en centro de interés guatemalteco

Guatemala, 18 jul .- Aunque corta y con breve cobertura periodística, la estancia del presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya, hizo engrandecer el panorama semanal en Guatemala y aún hoy es un acontecimiento de primer orden.

Pocas fueron las palabras de Zelaya a su llegada al aeropuerto de la Fuerza Aérea en esta capital, apenas para agradecer al gobierno local su decisión de acogerlo y al jefe de Estado, Alvaro Colom, por acceder a recibirlo.

Después de la entrevista privada con Colom, sin embargo, el mandatario hondureño sentó pautas sobre su posición ante una batería de periodistas en la sede del Ejecutivo, sobre todo al defender el derecho de su pueblo a la insurrección frente a los golpistas.

Esa afirmación fue interpretada a su manera según el medio de prensa que reportó, pero sin dudas fue la reiteración del estado de ánimo de un presidente expulsado ilegalmente sin terminar el mandato, a quien apoya la mayoría popular.

Zelaya la justificó con preceptos constitucionales, pues la carta magna define que nadie debe obediencia a un gobierno que usurpa el poder por la fuerza, según sus palabras.

Desde aquí envió un claro mensaje a sus compatriotas: primero, señaló, "que no me he rendido ni me voy a rendir, segundo que voy a regresar al país y tercero que no dejen las calles, el único espacio que nos han dejado" los protagonistas de la asonada militar.

Acerca de la justeza de su actuación, recordó que la ONU nunca antes había condenado un golpe de Estado ni recibido a un presidente que lo sufrió, y destacó el apoyo a su gobierno expresado por 192 países del mundo y el desconocimiento a las autoridades de facto.

La atención también estuvo centrada estos días en la actitud de los diputados, principalmente porque los acérrimos opositores a la administración de Colom siguieron obstaculizando temas de interés nacional, incluso de seguridad.

Esta semana legislativa concluyó con una riña entre parlamentarios en medio del hemiciclo, que aunque no llegó a los golpes fue calificada de vergonzosa, sobre todo por escenificarse ante miembros del cuerpo diplomático, visitantes nada habituales.

No obstante, para algo sirvió ese lamentable hecho pues, dicen que abochornados, los diputados trataron de enmendar el yerro y depusieron una actitud nada acorde con sus deberes.

Primero, suspendieron la interpelación al ministro de Finanzas Públicas, Juan Alberto Fuentes, causa de primer orden en la paralización de la agenda parlamentaria.

Después, juramentaron al titular de la Corte Suprema de Justicia, Carlos Chacón, un asunto primordial pendiente, y por último aprobaron la solicitud de extender por dos años el mandato a la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala.

Al parecer no les bastó y dieron oportunidad a la Comisión de Finanzas para presentar la propuesta del Ejecutivo de emitir bonos del Tesoro Nacional, otro de los puntos obstaculizados constantemente por bancadas opositoras.(PL)