Bombas y balas contra manifestantes en Honduras

La Habana, jul 5.- Una brutal represión con bombas lacrimógenas y balas han causado al menos dos muertos e incontables heridos entre la manifestantes hondureños.
 
Rafael Alegría, líder campesino hondureño contactado vía telefónica por la Mesa Redonda de la televisión y la radio cubanas, afirmó que corre la sangre tras la embestida del ejercito contra la población en el aeropuerto internacional.   

Dijo haber visto la caída de dos jovenes baleados en la cabeza y la acción de la Cruz Roja para atender a heridos, mientras los militares prosiguen la represión pero el pueblo no se retira en espera de su presidente Manuel Zelaya.
 
Añadió que la población está indignada porque en realidad fue engañada por los militares que inicialmente se replegaron, como se pudo apreciar en las imágenes transmitidas en directo por la cadena tele-Sur.
 
Trascendió a través del corresponsal de Prensa Latina que los francotiradores apostados hacen blanco entre las personas y confirmó las dos muertes, cuyas fotos fueron tomadas por manifestantes.
 
Ángel Palacios, documentalista venezolano, reportó que el ejercito esta en posición de ataque y los francotiradores han herido a personas.
 
Al respecto, el Presidente Zelaya lamentó la actitud de las fuerzas armadas en una tercera intervención radial desde él avión que lo conduce a Honduras.
 
“Siento cada vez más la necesidad de estar al frente del pueblo, parando ese abuso y terrible poder que está adquiriendo el mal en nuestro país”, reiteró Zelaya, quien enfatizó la necesidad de aterrizar.
 
Alertado sobre la presencia de un helicóptero militar y un pelotón listo para apresarlo si llega, Zelaya dijo que no se amedrenta y sostiene su responsabilidad y disposición de dialogar como Presidente de los hondureños.
 
A los militares apostados en el aeropuerto, una vez más, el Presidente Zelaya le pidió al general jefe del operativo que retenga la masacre e invocó el nombre de Dios para que se conjure la maldad.
 
Sobre la posibilidad de otro secuestro de su persona, Zelaya dijo que espera que el costo a pagar por la libertad no sea a base de derramamiento de sangre, y reafirmó que la razón y la moral deben probar hoy si han servido para algo, o si falta hacer más conciencia. (AIN)