5heroes

Palabras de las oradoras en la Tribuna Abierta por Los Cinco

Palabras de las oradoras en la Tribuna Abierta por Los CincoEl gobierno de Estados Unidos debe escuchar el reclamo universal de justicia

Declaracion de la Federación de Mujeres Cubanas por los Cinco

Queridas hermanas:

Bien conocemos los cubanos y cubanas las pretensiones de las administraciones norteamericanas por destruir a la Revolución y poner fin a un proyecto social que se sustenta en la fortaleza de sus ideas y su obra. Nuestro pueblo ha tenido la osadía de enfrentarse al afán dominador del imperialismo norteamericano, por ello, la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos de no revisar el caso de nuestros Cinco compatriotas injustamente encarcelados en aquel país por luchar contra el terrorismo, no nos ha tomado por sorpresa.

Avergüenza identificar la doble moral de un gobierno que quiere hacer creer al mundo que lucha contra el terrorismo, mientras lo gesta, lo ampara, lo protege; y mantiene injustamente encarcelados a hombres que con su digno comportamiento impidieron que familias cubanas y norteamericanas lloraran la pérdida de un ser querido, como resultado de un vil acto de terrorismo.  

Casi once años llevan encerrados injustamente, sin derecho a un juicio imparcial, víctimas del voraz odio de la mafia cubano-americana, que impuso sus influencias para amañar el proceso judicial que condenó fraudulentamente a Gerardo, Ramón, Fernando, René y Antonio.  

El gobierno norteamericano, enfrascado en recomponer la maltrecha imagen heredada de la anterior administración, ha desconocido el reclamo universal que le hicieran parlamentarios, abogados, destacadas personalidades políticas y académicas, 10 Premios Nobel, en favor de la justicia y la credibilidad del sistema judicial estadounidense.  

Las federadas cubanas sentimos en carne propia el dolor que produce este nuevo golpe a la dignidad humana, a la justicia, al respeto del derecho internacional.  

Es difícil consolar a las ancianas madres, que ven alejarse la posibilidad de esperarlos con suficientes fuerzas vitales a su regreso; es doloroso pensar en las esposas cuyas vidas de pareja se han truncado y solo se mantienen por ese milagro que opera en las fusiones basadas sobre todo en la identidad de principios y en la coincidencia de valores de vida. Es penoso siquiera pensar y ponerse en el lugar de Olga Salanueva y Adriana Pérez, injusta y obstinadamente condenadas a no ver a sus esposos por la reiterada negativa de visas. Sabemos que no es casual, que es un modo ilegal, cruel, de manipular el derecho a la comunicación con el fin de doblegarlos políticamente y quebrar los pilares que sostienen a tan sólidas familias.  

Las federadas cubanas llamamos a nuestras amigas en todo el mundo y en particular, a las madres, abuelas, mujeres norteamericanas, a realizar acciones de todo tipo; por pequeñas y modestas que parezcan, para quebrar el silencio sobre este caso; para informar y esclarecer; para promover solidaridad, justicia y la sensibilidad necesaria que mueva la opinión pública mundial y nos permita a las mujeres cubanas, a las familias de los Cinco, compartir y disfrutar el regreso a la Patria, que los espera orgullosa.  

¡Confiamos en que los vínculos de las mujeres en todo el planeta puedan forzar a que triunfe la verdad y se haga justicia, aún en una sociedad basada en el egoísmo y el individualismo como lo es la sociedad norteamericana!  

¡Confiamos en los muchos ciudadanos norteamericanos honestos que han defendido una relación, respetuosa con Cuba: sin bloqueo, sin presiones, ni agresiones!  

¡Hagamos todas, unidas por los valores universales de la justicia, el amor, la solidaridad, que el gobierno de los Estados Unidos y sus tentáculos del poder judicial sientan la vergüenza de una acción tan deleznable como la que acaba de tener lugar! ¡Forcemos con nuestra firmeza y convicciones a que se haga justicia!

Secretariado Nacional de la Federación de Mujeres Cubanas


 Injusto y manipulado proceso legal       

Palabras de la Licenciada Lisa García Ganoso

Hace más de 10 años que la familia de René González dejó de ser una familia completa: la injusticia, el odio y la irracionalidad han hecho que para René, Olga, Irma e Ivette queden  muchas fechas pendientes, muchos momentos que no han podido compartir juntos y que la vida, no les devolverá jamás.

Desde 1998, año en que René fue detenido en los Estados Unidos, ha sido víctima no sólo de un injusto y manipulado proceso judicial, sino de acciones de extrema crueldad que han expuesto a su familia a situaciones de violencia psicológica al utilizarla como recurso para obtener testimonios que sirvieran de fundamento para el procesamiento legal de los 5 compañeros.

Las características del proceso judicial desarrollado contra René han echado por tierra, no sólo principios establecidos en Instrumentos Jurídicos Internacionales, sino también los postulados de la propia Constitución estadounidense que estipula en su quinta y sexta enmiendas el derecho de  todo inculpado a un “juicio justo e imparcial”: de tal forma, la negativa de las autoridades judiciales a realizar el proceso fuera de Miami, ciudad permeada por el clima de grupos terroristas anticubanos; las manipulaciones realizadas en la  composición del jurado; el limitado acceso que tuvieron en todo momento la defensa y los acusados a las pruebas inculpatorias bajo el incierto argumento de que las mismas contenían información de seguridad nacional, no hicieron más que reafirmar lo que desde la detención de los 5 se había demostrado: la intención de convertir el proceso judicial en un proceso político.

Múltiples han sido las acciones que demuestran el ensañamiento con que ha sido conducido el caso de René Gonzaléz quien después de su detención fue aislado durante 17 meses, aun cuando la ley estadounidense solamente permite un máximo de 60 días para los detenidos especialmente peligrosos; esta situación de aislamiento se ha repetido en varias oportunidades en coincidencia con importantes momentos del proceso judicial obstaculizando de esta manera la debida comunicación con los abogados y la familia. Por otro lado, la severidad de la sanción impuesta a René no está en concordancia con las aplicadas en otros casos por el mismo delito lo que denota, teniendo en cuenta la importancia en este sistema legal del precedente judicial, un tratamiento absolutamente parcializado.

En el año 2000 es detenida su esposa Olga Salanueva con el fin de forzar a René a firmar un acuerdo de negociación e inculpamiento; tras la negativa de René Olga fue deportada a Cuba. Durante los tres meses de su detención Olga sólo pudo ver a su hija Ivette de 2 años de edad una vez a través del cristal, lo que demuestra el irrespeto de los más elementales derechos reconocidos en la Convención de los Derechos del niño y las normas para el tratamiento humano de los prisioneros.

Otra dolorosa violación que ha sufrido esta familia cubana ha sido la relacionada con las visitas: durante el tiempo de su reclusión a René le fue prohibida la visita de su hija Ivette de sólo un año de edad, permitiéndole con posterioridad verla sin mediar contacto físico con ella. Actualmente, en las visitas que Ivette e Irmita realizan a su padre no se les permite ningún tipo de demostración afectiva, lo que va en contra de la obligación legal de todos los Estados de proteger, en cualquier circunstancia la vida familiar además de violentar el espontáneo sentimiento de amor y cariño entre un padre y sus hijas, máxime si consideramos que Irmita, la mayor de las hijas, solamente convivió con René 8 años, 6 durante su niñez en Cuba y 2 luego del reencuentro en los EU e Ivette, la más pequeña, no ha tenido conciencia nunca de lo que es vivir con su papá.

Por su parte a Olga, luego de su deportación de los EU en el año 2000 se le ha negado en reiteradas ocasiones la entrada al territorio, sin embargo, sólo en su última petición se le informó que prescindiera de continuar presentando solicitudes pues no serían aceptadas siendo sometida durante todos estos años al angustioso y extenso trámite de solicitud de visa ante la Oficina de Intereses de los Estados Unidos, proceso que indiscutiblemente crea un alto nivel de expectativa  y desasosiego para una mujer, que no solo sufre con la lejanía de su esposo, sino también con la tristeza de sus hijas.

Igual agonía se le ha provocado a su madre Irma, combativa y revolucionaria  mujer que supo inculcarles  a sus hijos el amor a la Revolución y a la libertad con su propio ejemplo al cooperar con la lucha del movimiento 26 de julio desde los Estados Unidos e integrarse a la Revolución cubana  desde su triunfo.

Interminable sería este alegato si continuáramos exponiendo las difíciles circunstancias en las que se ha desarrollado la vida de René durante estos largos años, el maltrato psicológico del que han sido víctima sus hijas y las situaciones de violencia que ha sufrido la familia. Una familia que nunca más ha vuelto ha reencontrarse, una esposa a la que hace 9 años se le niega el derecho de ver a su compañero, una hija que se ha hecho mujer sin su padre y otra que solamente convivió con él en sus  4 primeros meses de vida.

Ahora en las actuales circunstancias, después de tantos años de injusto encierro el Gobierno de EU y la Corte Suprema de Justicia, se empeñan en maniatar la solución pronta e imprescindible que recaba un proceso, que a la luz de la opinión pública mundial, ha demostrado la injusticia que representa condenar a 5 hombres luchadores contra el terrorismo hacia Cuba.

El apoyo está entonces en todos nosotros: multiplicar este mensaje, exigir al gobierno de los EUA la liberación de nuestros 5 luchadores está en las manos de todas las parejas que conocen el dolor de estar separadas, en las manos de todos los padres que conocen el sufrimiento de no ver crecer a sus hijos, en las manos de todas las madres que se duelen en el dolor de una infancia truncada y en las manos de todas las jóvenes que pudiéramos ser, hijas de Rene González…

Palabras pronunciadas por la licenciada Lisa García Ganoso

Asesora Jurídica de la FMC.

22 de junio de 2009.

Yo no sé si los domingos brilla el día

O si el lunes, densas nubes se levantan

Yo no quiero ver si el martes, de alegría

En tropel danzan las aves cuando cantan.

 

En el miércoles no miro el sol saliendo

Ni tampoco cuando el jueves deja el cielo

Y los viernes, nadie espera que esté viendo,

Si es el clima de tristeza o de consuelo.

 

Pero el sábado, el encanto de tu risa

Trastocando del encierro su amargura

Rompe límpido en mi celda, con la brisa

Refrescante de tu amor y su ternura.

(…)

René González.


 Arranquemos como leonas la balanza a los poderosos       

Palabras pronunciadas por MsC Rufina Hernández Rodríguez, Presidente del Tribunal Popular Habana

FEDERADAS,

COMPATRIOTAS

MUJERES DEL MUNDO.

No hay privilegio mayor para una madre que subrogarse en lugar y grado de otras y emocionada por ello, alzo mi voz en representación de Ramón Labañino Salazar, de 46 años de edad, de origen campesino, muy humilde, que la Revolución lo hizo intelectual en Ciencias Económicas, graduándose con Título de Oro en la Universidad de la Habana, militante de la Juventud y del Partido Comunista, y de ejemplar conducta social.

Este heroico hombre y su familia, desde hace casi 11 años son victimas del Gobierno de los EU. y su amañado sistema de justicia penal, siendo tratado como un peligroso delincuente internacional, por el único delito de defender a su pueblo y al propio pueblo de los Estados Unidos, del Terrorismo.

No hay escenario mejor que aquí, frente a la Oficina de Intereses de ese gobierno, para denunciar ante el mundo lo injusto y arbitrario de ese proceso, pues quedó demostrado, que Miami no podía ser la sede de ese juicio, que el jurado fue manipulado y prejuiciado,  primó el racismo en su selección, que el gobierno ha tenido una mala conducta antes, durante y después del proceso, que se manejó la opinión pública clasificándolos como espías desde su detención y que sin pruebas ni evidencias suficientes resultó sancionado, insólitamente,  a una cadena perpetua y 18 años de privación de libertad.

El sistema carcelario le prohibió durante largo tiempo su comunicación con la familia, fue llevado al hueco varias veces sin justificación legal alguna, contra sus hijas han volcado el odio, con tratos crueles e inhumanos y torturas psicológicas, entorpeciendo innecesariamente los trámites legales para sus visitas.

¿Cómo puede actuarse así, contra un ser humano que lo sacrifican todo en bienestar de la humanidad?

¿Por qué hay que causarle tanto dolor, angustias y sufrimientos a esta familia, en especial a tres niñas, dos de las cuales Ramón no vio nacer y la más pequeña la conoció a los 5 años de edad?

¿Por qué Ailí después de dos años esperando la visa, tuvo que regresar sin ver a su padre, por una reyerta que se provocara en la prisión y en la cual nada tuvo que ver Ramón?

Por una sola razón compatriotas: son cubanos, herederos de una historia que les enseñó a vivir de pie y jamás de rodillas.

Esa es la única causa, eminentemente politizada, que desacredita una vez más la corrupta justicia norteamericana.

La Corte Suprema no ha querido revisar el caso de nuestros 5 compatriotas, su compromiso con el gobierno es superior, nada ha reconocido del reclamo universal de parlamentarios, juristas, destacadas personalidades políticas y académicas, dentro de ellas, 10 Premios Nobel; pero no será la corte la que dirá la última palabra, esa le corresponde a la Humanidad, protagonista de la historia, que es la que hace la verdadera justicia, como pronosticó Ramón Labañino en su alegato ante el Tribunal.

Pido a las mujeres del mundo, unan sus fuerzas junto a nosotras, en esta lucha de todas, pues en ella está el futuro de nuestros hijos, por un mundo mejor, sin violencia, donde reine la dignidad humana.

La mitología  condecoró a las mujeres como símbolo para identificar la justicia.

¡Arranquemos como leonas la balanza a los poderosos y logremos el equilibrio y la igualdad que necesita el mundo! Solo así hombres como Ramón, podrán disfrutar de su familia, acurrucar su esposa, acompañarla durante el embarazo, ver nacer a sus hijas, cambiarle el pañal, ver sus primeros pasos, oír sus primeras palabras, mimarlas, besarlas, educarlas y hasta tener el hijo varón que tanto ha deseado, todo ello le ha sido negado y sin embargo, no siente odio, solo le ha servido como fuente de inspiración en sus amorosos poemas.

No hay profesión, filiación política o credo religioso en el mundo, que no defienda estos sentimientos de amor, sin embargo por ser cubano, se encuentra tras las rejas, pero como le dijo a los jueces, vistiendo con honor y orgullo el uniforme de recluso como lo hace un soldado al llevar sus preciadas insignias.

Digamos hoy como dijo Martí: ¨ MIENTRAS LA JUSTICIA NO ESTE CONQUISTADA, SE PELEA ¨ A eso las convoco, segura de que: UNIDAS POR LA PATRIA, VENCEREMOS.


 Un crimen contra la felicidad       

Dictamen Final de las Mujeres Cubanas

Compatriotas, mujeres de todo el mundo:

Tan solo unas horas nos separan de otro aniversario de aquel histórico discurso en que el compañero Fidel nos convocara para esta batalla difícil, larga, ordenada y precisa para traer a la patria a nuestros cinco héroes, con la absoluta convicción en su regreso expresada en aquella frase que ha devenido en símbolo de esta lucha: "SOLO LES DIGO UNA COSA: VOLVERAN"

¿Qué nos motiva hoy? La Corte Suprema de Estados Unidos anunció el pasado 15 de junio, siguiendo ciega y fielmente la petición fiscal, su decisión de no revisar el caso de nuestros Cinco compañeros. Todo ello, como afirmara la Presidencia de la Asamblea Nacional cubana, a pesar de los sólidos argumentos esgrimidos por los abogados de la defensa ante las evidentes y múltiples violaciones legales cometidas durante todo el proceso, y desconociendo el universal respaldo a esta petición, expresado en una cifra sin precedentes de documentos de "amigos de la Corte", entre ellos, como ya se ha dicho, de 10 premios Nobel, centenares de parlamentarios, numerosas organizaciones de juristas internacionales y norteamericanos, de organizaciones de Derechos Humanos y de destacadas personalidades políticas y académicas.

La Corte al rechazar el caso, ha ignorado el reclamo de la Humanidad y su obligación de hacer justicia, ha desestimado un grupo de elementos que le habrían permitido actuar honorablemente y hacer justicia. No pretendemos examinar exhaustivamente, desde el punto de vista técnico, todos y cada uno de los aspectos que matizaron el proceso, sólo pincelar algunos elementos esenciales que por sí solos constituyen causa suficiente para la revisión del caso.

Resulta ilustrativo que desde el 27 de mayo de 2005 el Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas declaró arbitraria la detención de Antonio Guerrero, Fernando González, Gerardo Hernández, Ramón Labañino y René González e instó al Gobierno de Estados Unidos a adoptar de inmediato las medidas necesarias para solucionar esta situación; debiendo significarse que esta decisión constituye el primer cuestionamiento de ese Grupo sobre un juicio celebrado en Estados Unidos.

El tema de la sede judicial deviene en pieza primordial del pronunciamiento al reconocerse que “el juicio no tuvo lugar en un clima de objetividad e imparcialidad tal como es requerido”. La solicitud del cambio de sede para la celebración del juicio había sido planteada por los abogados defensores desde la primera semana de febrero del 2002, con abundantes argumentos para respaldar la petición, moción que fuera denegada de plano. Con esa posición se violaban la quinta y sexta Enmiendas de la Constitución norteamericana, que exigen la celebración del juicio ante un jurado imparcial y desprejuiciado, postulando además el derecho de los acusados a un cambio de jurisdicción cuando el Distrito no satisfaga las garantías básicas para un juicio justo e imparcial.

Igualmente, sostiene el Grupo de Trabajo que los abogados de la defensa tuvieron un acceso muy limitado a la evidencia al ser clasificado el proceso por el Gobierno norteamericano como “de seguridad nacional”,  lo que “socavó el necesario balance entre la fiscalía y la defensa y afectó negativamente su capacidad para presentar evidencia contraria”. Así como que el hecho de haberlos “mantenido en confinamiento solitario durante 17 meses” determinó que “la comunicación con sus abogados, el acceso a la evidencia y, por consiguiente, las posibilidades de contar con una defensa adecuada se vieran debilitadas”. Supuestos todos que ponen de manifiesto una franca violación del consagrado derecho al debido proceso.

La Corte Suprema obvió además la unánime decisión del Panel de 3 jueces que en el propio año 2005 declaró sobre la nulidad del juicio celebrado en Miami; ignoró en el cargo 3 de conspiración para cometer asesinato, el lógico cuestionamiento de la propia Fiscalía ante la falta de evidencias sobre tal acusación, lo cual consideraba “un obstáculo insuperable”. También en cuanto al cargo de conspiración para obtener información de seguridad nacional, se reconoce en la resentencia la carencia de los elementos que tipifican esta figura al no tratarse de información secreta, ni extremadamente protegida con la cual se proporcionara alguna superioridad. Aspectos en los que se apoyó la jueza Kravitch para en 18 páginas argumentar su opinión disidente. Tampoco llamó la atención de la Corte el criterio de otro de los jueces que insistió en que el caso debía ser analizado en el Supremo por el tema de la sede.

A estos postulados pudiéramos agregar que los amicus presentados por parte de organizaciones norteamericanas también piden a la Corte Suprema que revise la eliminación de afrodescendientes del jurado. El fiscal utilizó siete de las nueve veces que tenía derecho a pedir el cambio de algún miembro del jurado sin dar razones para eliminar a los jurados negros. Al parecer el pueblo estadounidense ha superado el estigma racial para el poder político, pero en el poder judicial lo mantiene como esquema.

Hoy quienes me han precedido en el uso de la palabra, juristas destacadas de nuestro país, han analizado cada caso en particular, han ido más allá de lo técnico, a lo humano. Nos han expuesto el inmenso sufrimiento que para las familias ha significado este proceso; la constante incertidumbre de una madre o una esposa que no puede apoyar como quisiera porque no le otorgan la visa, porque se les limita de manera arbitraria su derecho a la visita mensual. Ello también constituye una infracción flagrante de las normas constitucionales de los propios Estados Unidos, particularmente de la VIII Enmienda Constitucional que prohíbe los castigos crueles e inusuales; así como de principios e instrumentos de derechos humanos de Naciones Unidas como la Convención contra la Tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes, las Reglas Mínimas del Tratamiento de los Reclusos y, al hacerlo, violan los propósitos de la Carta de las Naciones Unidas, y de la Declaración Universal de Derechos Humanos.

Acotamos, asimismo, que los Estados Unidos de Norteamérica son de los pocos países en el mundo y el único desarrollado que no se ha adherido a ninguna de las dos Convenciones de reconocimiento prácticamente universal, entiéndase la Convención de los Derechos del Niño y la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, con lo cual violan fundamentales derechos de las niñas, los niños y las mujeres norteamericanas. En el caso específico de la Convención de la Mujer, se desentiende el Estado de la protección y garantía del derecho de sus mujeres a determinar el número y el espaciamiento de los hijos que desean tener.

Si esto es así con la propia población norteamericana ¿qué puede importarles entonces la paternidad deseada y necesariamente pospuesta de Gerardo y Adriana, o de Fernando y Rosa Aurora?

Pudiéramos seguir en una larga exposición de términos razonables, pero lo más relevante en este momento es preguntarnos, ¿por qué impera la arbitrariedad? ¿Qué podemos hacer? Esta Apelación nos permitirá a las mujeres del mundo llegar a todos los espacios de Naciones Unidas, mecanismos de comunicación y de supervisión especial, a los cuales la Federación de Mujeres Cubanas tiene acceso como organización con status consultivo.

Les pedimos a todas las personas con dignidad y decoro que se unan a nuestro reclamo al elemental sentido de justicia del Presidente Obama, que sea capaz de desprejuiciarse de los criterios imperantes en la vida política en que se desenvuelve, que sea algo tan simple como un ser humano. Esperemos también que su esposa Michelle nos apoye, pues dada su condición de jurista, está capacitada para analizar el montaje político y el peso de los prejuicios que han contaminado este juicio; y que sea más que justa, sensible, más que esposa de un político, una mujer, una madre. El Sr. Obama ha tenido la posibilidad de formar una familia, ha mostrado al mundo el respeto por ella, cuánto valora y ama a su esposa e hijas y cómo éstas lo apoyan y siguen, puede imaginar lo que significa truncar arbitraria y fraudulentamente tantos sueños. Debe saber que se ha cometido una gran injusticia y que tiene la potestad de echar por tierra tanta infamia.

Alcemos nuestras voces contra el arresto de 5 hombres que nunca debieron estar en prisión y que, a pesar de su inocencia, aún se encuentran encarcelados en Estados Unidos, confinados en cárceles de máxima seguridad, limitados y en algunos casos privados del contacto con sus familias. Este no puede ser el final. No es cuestión de esperar tranquilos, sino de ayudar a que se abra paso la luz de la verdad.

Gerardo manifestó hace un año y reiteró recientemente “que mientras quede una persona luchando fuera, nosotros seguiremos resistiendo hasta que se haga justicia”. En honor a la dignidad de los 5, sigamos combatiendo; hagámoslo, mujeres de Cuba y del Mundo, en aras de no convertirnos en testigos mudos del dolor a que han sido sometidos las madres, las esposas, los hijos, la familia toda que constituimos el pueblo de Cuba y los amigos y amigas de Gerardo, René, Ramón, Fernando y Antonio.

Continuemos esta batalla por quienes a pesar del paso de los años con sus días y sus meses, mantienen viva la esperanza del reencuentro.

Luchemos sin descanso para enfrentar este crimen contra la ternura, el amor, un crimen contra ese derecho tan humano que es la felicidad.

Hasta la Victoria,
Siempre.


 La cadena perpetua que compartimos con Gerardo       

Palabras pronunciadas por la MsC. Yamila González Ferrer, secretaria de la Junta Directiva Nacional de la Unión Nacional de Juristas de Cuba.

Mujeres dignas de la humanidad:

Gerardo Hernández Nordelo es un hombre alegre, entusiasta y creativo, lleno de planes e ideas, con una hermosa familia.  Graduado de Relaciones Internacionales, combatiente internacionalista y con un prestigio bien ganado como caricaturista con gran sentido del humor no tenía aún 30 años cuando asumió con pasión y patriotismo la misión de contribuir a  la seguridad de su pueblo. Como  expresara en reciente entrevista:   “sabemos que durante los últimos cincuenta años nuestro país ha encarado casi un ambiente de guerra… Cuando uno habla de terrorismo contra Cuba no lo hace de manera abstracta.  Hay nombres y apellidos de gente que ha muerto por esas acciones, acciones que se han planeado con total impunidad… en territorio norteamericano…”

Así lo atestiguan los 3,478 muertos, entre ellos niñas y niños, y 2,099 mutilados,  víctimas de esas acciones organizadas y financiadas desde Estados Unidos por connotados y despreciables asesinos a sueldo que hoy  se pasean libremente por las calles de Miami como el confeso Orlando Bosch, a quien Gerardo tenía la peligrosa misión de vigilar para alertar a la Patria sobre su letal accionar.

Por esas poderosas razones pospuso sueños, anhelos y aspiraciones. No hizo más que seguir el ideario martiano que expresa: “La primera cualidad del patriotismo es el desistimiento de sí propio; la desaparición de las pasiones o preferencias personales ante la realidad pública, y la necesidad de acomodar a las formas de ella el ideal de la justicia.”

Fue apresado y sometido a uno de los procesos más vergonzosos de la historia judicial norteamericana en el que le fue impuesta la sanción de 2 cadenas perpetuas más 15 años de prisión. Jamás pudieron probar su culpabilidad en los delitos por los que lo privan de por vida de la libertad. No lograron demostrar que él y sus compañeros cometieran conspiración para obtener información de seguridad nacional, cargo 2 del pliego acusatorio y  así fue reconocido posteriormente por el Pleno de los jueces del XI Circuito de Atlanta; sin embargo Gerardo fue el único que no recibió el beneficio de la re-sentencia.

Tampoco consiguieron probar  el cargo 3, "conspiración para cometer asesinato”, ni siquiera con la mala conducta del gobierno que tergiversó las evidencias para incriminarlo. La Fiscalía no pudo demostrar su culpabilidad  e intentó en una moción sin precedentes, modificar el cargo; sin embargo el Jurado, lo declaró culpable y  le impuso la  condena más cruel, ratificada por la Corte de Apelaciones, aunque con la oposición de una de sus juezas. Todo este ensañamiento  demuestra sin dudas la  politización del caso, el afán de hacer caer sobre él  toda la rabia, la impotencia y  el desprecio  que sienten  contra nuestro pueblo.

En días recientes la Corte Suprema de los Estados Unidos ha denegado la posibilidad de revisar el caso.

¿Qué hacer ante una realidad como esta? ¿Tenemos derecho a abandonar la lucha?  ¡NO!.

Es preciso romper todas las barreras para que se conozca la verdad, para que se conozca la nobleza sin límites de este hombre, víctima del mayor ensañamiento,  que al igual que su familia, no alberga el más mínimo rencor contra el pueblo norteamericano.

¿Se conoce que detrás de esta enorme injusticia está la agonía de una familia?, que Carmen,  la anciana mamá de Gerardo, está muy enferma, y no podrá ir a verlo nunca más y que si no logramos pronto que se elimine su condena, él tampoco llegará a tiempo para abrazarla y aminorar su tristeza, agravada además por la pérdida física de su hija en el mismo año en que arbitraria e injustamente lo encerraron con el intento inútil de sepultar sus ideas y su ejemplo.

¿Se conoce el desconsuelo de una mujer que hace más de 10 años no mira al rostro de su esposo, ni lo besa y abraza?

Ya muchas mujeres en todo el mundo y en los propios Estados Unidos  luchan junto a nosotras y lo harán muchas más porque les conmoverá saber  que a Gerardo con 44 años y a Adriana,  casi con 40,  se les escapa la juventud sin consumar el anhelado sueño de concebir un retoño de ese amor. Acariciada y legítima ilusión que aún no abandonan. Conmueve  la carta de Gerardo a los hijos que están por nacer en la que les dice:”Cuando lean estas líneas habrán pasado algunos años desde que fueron escritas. Ojala no sean muchos. En esta fecha ustedes no han nacido y hasta su mamá tiene dudas de si algún día nacerán. Todo se debe a que estoy viviendo momentos difíciles de mi vida, lejos de mi país y mi familia, de los que sin embargo estoy muy orgulloso y espero que algún día ustedes también lo estén.”

A Adriana Pérez O´Connor, esposa de Gerardo Hernández Nordelo, el gobierno de Estados Unidos  ha denegado reiteradamente el visado para ejercer el derecho que le asiste según sus propias leyes, para visitarlo. En el año 2002 se la otorgaron, pero al arribar a ese país fue detenida arbitrariamente por el FBI, aislada, fichada, fotografiada y sometida a interrogatorios, como si fuera una delincuente y obligada a regresar de inmediato a Cuba. El 10 de abril de este año Adriana ha realizado por décima vez el trámite de visado con la esperanza de que este nuevo gobierno revierta la situación, máxime en este momento que se ha ratificado su sentencia y la posibilidad de una inmediata libertad se aleja.

Es esta una situación de violencia extrema contra esta mujer. Estas medidas, que pueden ser calificadas como verdaderamente brutales, sin incurrir en pasión de ningún tipo, sólo pueden tener por objetivo y de hecho sólo conducen a provocar un sufrimiento adicional lo que puede calificarse como cruel tortura física, moral y espiritual.

La propia Adriana en carta elaborada hace unos años a los amigos solidarios del mundo expresaba: “Vivir con la angustia e incertidumbre diaria de qué nos deparará el futuro es la cadena perpetua que  comparto con Gerardo. No fui sancionada en una corte federal como él, ni siquiera estuve cerca, sin embargo, recibimos el castigo más cruel: la tortura sicológica y el aislamiento definitivo.”

El gobierno de los Estados Unidos no puede escudarse en su derecho a decidir quién entra en su territorio violando el principio internacionalmente aceptado de protección a la familia.  El propio Comité de Derechos Humanos, reconoció desde 1986 que cada Estado es efectivamente responsable de decidir quién podrá ingresar en su territorio, pero a continuación establece con absoluta claridad  que un extranjero puede recibir protección cuando se involucran o “salen a relucir” cuestiones referentes a la “no discriminación, el tratamiento inhumano y el respeto por la vida familiar”

Estamos en presencia de un caso humanitario apoyado por cientos de organizaciones internacionales de toda índole y personalidades de todo el mundo.  De tal modo  tiene ahora  en sus manos el gobierno de Estados Unidos y su Presidente Barack Obama la posibilidad de poner fin a esta desvergüenza y demostrar si el cambio no es sólo de imagen sino también de esencia y contenido.

Ojala comprenda que la situación que denunciamos afecta la esencia de la dignidad humana,  rebasa los marcos de consideraciones políticas, de credos o ideologías y deviene necesidad de que se restaure la justicia y cese esta situación tan dolorosa. La politización, el encono, el odio y otros bajos sentimientos que ha contaminado el proceso contra los cinco patriotas cubanos, se ciernen con toda ferocidad contra sus familias.

Cito palabras de la propia Adriana: “La confianza en el pueblo norteamericano de nobles valores y defensor de las tradiciones familiares nos hace mantener la confianza en un futuro mejor donde la verdad y la justicia levanten su voz.”

Gerardo Hernández Nordelo, junto a sus 4 hermanos,  simbolizan la Patria. Ellos representan el más genuino símbolo del pueblo de Cuba,  rebelde e indoblegable que el gobierno imperialista de los Estados Unidos ¡jamás ha podido ni podrá vencer ¡ No dejaremos de luchar un solo instante. Como afirmó nuestro Comandante en Jefe: ¡Volverán!.


 Antonio Guerrero paradigma de entereza revolucionaria       

Palabras de Msc Olga Lidia Jones Morrison que habló a las Mujeres del Mundo sobre nuestro Antonio Guerrero Rodríguez

Mujeres del Mundo: Quiero hablarles de nuestro Antonio Guerrero Rodríguez.

De niño gordito; a fuerza de voluntad y ejercicios se convirtió en un esbelto y apuesto joven, amante de la música; coleccionista de sellos y  un apasionado de la poesía.

Talentoso ingeniero decidió poner su vida incondicionalmente al servicio de la Patria, con el único y noble propósito de combatir el terrorismo. Pacifista y sensible por naturaleza se limitó a velar por el “incuestionable derecho de Cuba, como el de cualquier otro país, a defenderse de quienes intentan hacer daño a su pueblo”. Su arresto y procesamiento obedecen al valiente intento de detener el terrorismo, al que él mismo calificara como “un fenómeno inhumano, despiadado y repugnante”, quedando plenamente acreditado que nunca accedió a información secreta del gobierno norteamericano, requisito indispensable para que se configure el delito de conspiración a fin de obtener información relacionada con la defensa nacional de los Estados Unidos.

Las puertas de la Corte Suprema continúan cerradas al reclamo de las personas de buena voluntad; entre ellos, 10 premios Nobel, centenares de parlamentarios, numerosas organizaciones de juristas internacionales y norteamericanos y de destacadas personalidades políticas y académicas de todo el mundo.

También continúan herméticas ante los sólidos argumentos técnicos jurídicos expuestos por los abogados de la defensa; al dolor de los familiares y a la injusta indignación del pueblo cubano.

Más de diez años de batallar no han sido suficientes para hacer valer la justicia, un politizado proceso, impregnado de embustes, mantiene a Antonio Guerrero en cautiverio. Ha sido desoído el veredicto del panel de 3 jueces de la Corte de  Apelaciones del Onceno Circuito de Atlanta, el cual admitió que “la ola de intensos sentimientos de la comunidad de Miami y la amplia publicidad antes y durante el juicio se combinaron con las referencias inapropiadas de la Fiscalía”, y concluyó que en ningún caso había manera razonable de asegurar un juicio justo, imponiéndose un cambio de sede; decisión que hizo pública el 9 de agosto del año 2005 ordenando revocar las condenas y realizar un nuevo juicio. Ante tal disposición no cabía opción distinta, de conformidad con las más elementales normas del Derecho Internacional, que la liberación inmediata de Antonio y sus compañeros, pese a ello continuaron en prisiones de máxima seguridad.

Antonio ha declarado públicamente su respeto por el “noble y laborioso pueblo norteamericano”, país en el que nació y donde tuvo una vida austera y sencilla, obteniendo limitados ingresos económicos a través de su trabajo como ayudante en un taller de mantenimiento en Cayo Hueso. Era respetado y querido por sus compañeros de trabajo, por su buen carácter, estado de ánimo alegre, su disposición a ayudar al necesitado y la calidad como trabajador, algunos de cuyos rasgos fueron comentados por la propia prensa estadounidense.

Tony, para los cubanos y el mundo, ha pasado más de diez años de su vida en cárceles norteamericanas, sometido a un régimen carcelario de máximo rigor, Antonio Guerrero sufre hoy más de un año de ilegal retención en celda, bajo tierra, sin ver la luz del sol, lo que ha mellado su salud, pero no su temple, y lo que es mejor le ha permitido engolosinarse con la poesía y el dibujo. Comunicador por naturaleza responde las disímiles cartas de apoyo que recibe de todas partes del mundo, especialmente las de sus compatriotas.

La obra plástica de Antonio demuestra su especial respeto y admiración por el rol de la mujer en las luchas libertarias de los pueblos. Sus poemas constituyen un canto a la vida; al amor; la alegría; al optimismo; la modestia; la solidaridad y esencialmente a la Patria. Hombre de pueblo, sencillo, colmado de amor por los suyos y a la vez inclaudicable en los principios, este Héroe ha consagrado su existencia a la obra de la Revolución, en ella encontró motivos para la ternura y de ella sacó fuerzas para defenderla de sus enemigos.

Tony continua amando la vida y la libertad por sobre todas las cosas. Regresaré, ha dicho, entre tanto su voz se alza de entre los muros y hace temblar la muerte, por más que inútilmente sus enemigos se empeñen en apagarla, y continúa entregando amor y regando alegría.

Mirta, su tierna y combativa madre, su amor de siempre, ha sido víctima de las peores crueldades cada vez que pretende hacer realidad el anhelado sueño de visitar a su hijo.

¿Qué habrá sentido cuando después de más de un año de esperar el permiso para abrazarlo, y a pesar de que Tony alertó a sus carceleros, cuando llegó a la prisión le informaron que su hijo había sido trasladado para ser sometido a una intervención quirúrgica  y que no podría verlo, ni aún en esas circunstancias, porque su permiso se limitaba a ese penal?

¿Cual habrá sido su angustia, cuando en otra de las pocas visitas que ha podido efectuarle, fue testigo presencial de una tremenda reyerta, que nada tenía que ver con él? Se vio en medio de un tiroteo y  del  ruido ensordecedor  de las sirenas.  Fue evacuada del penal, sin concluir las pocas horas disponibles para compartir con Tony,  pues como castigo pasarían otra vez a un low down.

Mirta siente que el tiempo corre implacable y se consuela admirando sus pinturas, tramitando su correspondencia, releyendo sus cartas y poemas

Sus hijos Tonito y Gabriel, y toda su familia, sobreviven a su dolorosa ausencia apoyados en la fuerza y optimismo que él trasmite, y “la confianza en la historia para decidir la justicia”. Especialmente difícil han sido para ellos los años de separación, y como todos los cubanos se resisten a entender la bestial condena a un hombre que “toda la vida ha dado ternura”.

Solo pedimos que la verdad se abra paso. Antonio es hoy, para el mundo un símbolo de la resistencia de los cubanos frente a las agresiones del imperio, es una bandera de dignidad y decoro, abrazada ya para siempre a la historia por los lazos entrañables de la vergüenza y el honor.

Antonio Guerrero, paradigma de entereza revolucionaria, cada día nos demuestra, que si hay una causa que merece lucharse e ideas que merecen defenderse son las nuestras, y si hay un proceso que merece vivirse es éste.

Convocamos, una vez más, a las mujeres del mundo a unirse para apelar por el respeto a los derechos humanos, para que levanten sus voces ante el muro de silencio, y se sumen a la lucha, para que hagan suyo el dolor de Mirta y de todas las madres cuyo único anhelo es abrazar a Tony en suelo patrio, para que compartan y apoyen el justo reclamo de las mujeres cubanas que exigimos el regreso de nuestro Guerrero, libre y victorioso.

UNÁMONOS HASTA LA VICTORIA.