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En ascenso sinsabores por Obama

En ascenso sinsabores por Obama La Habana, 22 jun.- Un creciente malestar comienza a desarrollarse entre los congresistas demócratas liberales y diversas organizaciones afines por el incumplimiento del presidente estadounidense, Barack Obama, de muchas de sus promesas electorales.

  La escalada militar en Afganistán, la demora en la retirada de Iraq y de un plan de reforma migratoria, la ausencia de voluntad para controlar la tenencia de armas de fuego, y su negativa a investigar las políticas de su antecesor George W. Bush son algunos de los tópicos que generan inconformidad entre los seguidores de Obama.

Aunque goza de una alta popularidad entre los norteamericanos, en ese sector la confianza comienza a debilitarse y ya se observan señales de ello.

Hay un descontento potencial entre grupos progresistas que puede aumentar en los próximos meses, estimó John Portier, del American Enterprise Institute, uno de los llamados tanques pensantes.

Según el diario The New York Times, en la bancada demócrata en el Congreso existe un creciente movimiento contra las políticas de seguridad nacional del gobernante.

De acuerdo con el rotativo, las críticas contra Obama en su propio partido son más fuertes en la Cámara de Representantes.

The New York Times comenta que algunos demócratas van más allá y exigen la retirada militar de Iraq y Afganistán.

Ejemplo de ello fueron las declaraciones del presidente del Comité de Apropiaciones de ese órgano, David Obey, quien advirtió que la formación otorgará un año a la Ofician Oval para mejorar la situación en la nación centroasiática.

Esta estrategia no tiene sentido en pleno siglo XXI, nos está costando sangre y dinero, subrayó el representante Alan Grayson.

Otros demócratas como John Murtha y Jerrold Nadle también se mostraron en desacuerdo con las políticas gubernamentales.

El malestar quedó constatado durante la votación en la cámara baja de un proyecto para destinar fondos a las guerras del Departamento de Defensa, que fue rechazado por más de 50 legisladores demócratas.

En una segunda votación, la cifra bajó a una treintena, tras las fuertes presiones de la Casa Blanca y del liderazgo del Capitolio, que amenazó con represalias y otorgó promesas.

En un intento por atraer a los rebeldes, fueron incluidos en el plan varios miles de millones de dólares para combatir el virus A (H1N1) y para dar facilidades a los compradores de autos ecológicos.

La situación llegó a tal punto que los legisladores Lynn Woolsey y Dennis Kucinich enviaron una carta a sus colegas que habían descartado antes respaldar los nuevos fondos para el Pentágono.

Pedimos que mantengan una oposición categórica a ese proyecto de ley, señalaron en la misiva.

Precisamente, Kucinich, ex precandidato a la Casa Blanca, llamó a Obama a cumplir con sus promesas electorales tras acusarlo de continuar muchas de las políticas de su antecesor George W. Bush.

El legislador demócrata por Ohio, representante del ala liberal de su partido, recordó que durante su campaña proselitista el mandatario prometió dar un nuevo rumbo al país.

Pero, recordó que el jefe de Estado reactivó los tribunales militares para juzgar a sospechosos de terrorismo e impidió la divulgación de más fotos sobre maltratos.

Aún esperamos el cambio prometido para admitir que realmente abandonamos las políticas de la era Bush, recalcó.

Mientras grupos liberales se sienten defraudados por el retraso en torno al cierre de la prisión de Guantánamo, un territorio ocupado en el sudeste de Cuba, y la falta de leyes sobre el control de armas de fuego.

Dos votaciones sobre esos temas el pasado mes exasperaron a diversas organizaciones progresistas y bases demócratas, descontentas por el trabajo del Congreso y de la Casa Blanca.

Con el apoyo de la bancada demócrata, el Senado bloqueó los planes de Obama de trasladar a los presos de Guantánamo a cárceles de máxima seguridad en la Unión.

Más tarde, la Cámara de Representantes aprobó una medida que autoriza a las personas a portar armas de fuego en parques y reservas naturales.

La decisión del gobernante de restaurar los tribunales militares para juzgar a los sospechosos de terrorismo también levantó una ola de críticas en ese sector, como la Unión Norteamericana para las Libertades Civiles.

En un intento por bajar tensión y abortar cualquier conato de rebelión interna, Obama se mostró recientemente contento por el desarrollo de su agenda, aunque no satisfecho.

Para Andrew Kohut, titular de la organización Pew Research Center, con esta política el presidente intenta mostrarse como un centrista.(PL)