Otro año lejos de La Habana

Dice sentirse, pese al entorno hostil y horrible de la cárcel, el hombre más afortunado del mundo, pues nunca su soledad ha sido más concurrida, por tanta solidaridad que le acompaña.

Confiesa a cada instante que Cuba siempre tendrá una voz y un hombre que la defienda, sean cuales fueren las circunstancias, aunque en ello "me vaya la propia vida", y ha sabido demostrarlo: a golpe de resistencia, dignidad e indoblegables principios.

Ramón, uno de los Cinco, cumple hoy 46 años. Nació el 9 de junio de 1963, "pesando ocho libras, si la memoria no me falla", según palabras de su padre, Holmes; pero en esta ocasión —como en tantos aniversarios anteriores— permanecerá alejado de su hogar, porque aún la justicia lleva vendas en los ojos en Estados Unidos.

En casa están preparando la visita para ir a verlo a Kentucky. Una vez más el encuentro será el mismo: en la fría prisión, los incontables chequeos, el cuño sobre la piel, el salón impersonal, las rejas…

Recuerdan que en cierta oportunidad Lizbeth, la hija menor, cuando contaba apenas con seis años, hizo un dibujo. Reflejó en sus trazos infantiles a una familia incompleta detrás de un montón de barrotes. "¿Dónde está papá en ese dibujo?", le preguntaron entonces y ella respondió "a papá ya se lo llevaron". "Y eso que se aprecia en tu mano, ¿qué es?" "Es el cuño", refirió. Así quedó grabado en la niña el ambiente donde ha tenido que ver a su padre.

Mientras, Elizabeth, la esposa, mira la última foto de la visita más reciente. Para la familia solo habrá un 9 de junio feliz cuando Ramón esté de vuelta. Y confía Elizabeth en que, finalmente, se haga la luz de la justicia. El mismo Ramón ha afirmado "hube de marchar por amor a ustedes y a todos", pero "regresaré, no lo dudes, recuperaremos todas mis ausencias".

Entretanto, hay un nuevo amanecer en Kentucky, muy distante de La Habana…