Procederes quirúrgicos prestigian hospital santacruceño

La nobleza resplandeciente, que hace sentir bien a pacientes y familiares, tiene el compromiso engrandecido en la profesionalidad, suficientemente intensa para obtener resultados óptimos en cada intervención quirúrgica, hechos que evidencian responsabilidad y conocimientos, plenos de sensibilidad humana.

Lo que los equipos de cirugía del Hospital José Espiridón Santiesteban Báez, en Santa Cruz del Sur, logran, prestigian la institución, cuyo primordial objetivo es garantizarle al pueblo un servicio de excelencia, cumpliendo así con los lineamientos 154 y 155 de la política económica y social del Partido Comunista de Cuba (PCC) y la Revolución.

El temor aflora a la piel de cualquier persona cuando un galeno le indica, debe someterse a una operación. Vienen los desvelos sujetos a preocupaciones, algo que sin dudas es normal. Pero todas esas inquietudes desaparecen, al entrar el paciente en contacto directo con el anestesiólogo y el cirujano. Cada uno de ellos se encarga de transmitir confianza, una prosa de la vida afirmada en promesa veraz.

Odilio Bejerano Molina, se recupera en la sala establecida para los pacientes recién intervenidos. “Fui operado de vesícula. Usted debe apuntar cuánto agradezco sentirme mejor… Padecía de dolores en la región abdominal y vómitos: crisis estas que fueron intensificándose. Cuando el médico lo oriente, volveré a la casa junto a mi familia. Estoy contento, pues el esmero del personal que me operó; enfermeras y pantristas, ha sido magnífico”.

“Entré muy nerviosa al salón de operaciones, sin embargo, el trato afable de los especialistas me permitió relajarme. Todo salió bien. Llegué con una apendicitis: urgencia que requirió atenderme sin un minuto de retraso. Es cierto que son óptimos en su labor”, expuso Danae Araújo Lara.

Un mioma uterino le comprimía al mismo tiempo, la vejiga a Doleisi Barbán Méndez. “Cuando iba a orinar sufría bastante. Así llevaba dos años, hasta que decidí acudir a los médicos, ya las molestias no me dejaban vivir. Agradecida es poco para como me siento. A esta gente maravillosa de la Salud, le debo ahora mi felicidad”.

Dos hombres muy jóvenes llevan el dominio del bisturí. La constancia en los deberes los hace estudiar cada patología desde la raíz. Los doctores en cirugía Juan Carlos Quintana Reyes y Yusbel Periche Villalobos, se comparten las tareas de lunes a viernes; los miércoles apoyan los procederes quirúrgicos programados por la especialidad de Ortopedia, y los fines de semana se encargan de todo lo relativo a urgencias.

Estos médicos realizan minuciosamente, los pases de visitas establecidos en la sala de ingresos, a fin de seguir la evolución de los atendidos por ellos. Algunos se inquietan por retornar enseguida a los domicilios, al sentirse despojados de aquellos malestares, pero no les es permitido hasta transcurrir siete días.

De cómo logran impedir el “disparo” nervioso de los previstos a traspasar los umbrales del área quirúrgica, nos demostró Quintana en su respuesta. Les ofrecemos desde la mirada mucha familiaridad. Ningún paciente debe ver el instrumental, sólo se exhibe cuando el paciente se encuentra bajo la influencia de la anestesia. De suceder lo contrario lo alteraría y eso éticamente no puede ocurrir”.

La resistencia, por el mucho trabajo a ejecutar, de las enfermeras y el anestesiólogo, en ese vital servicio, es constantemente grande. “Entre todos colegiamos la técnica quirúrgica a emplear, aunque al salón se debe entrar con varias opciones, ya que no se sabe cuál va ha utilizarse hasta que no se le realiza la incisión al paciente. Por ejemplo, en el caso de un tumor de colón izquierdo, si resulta imposible extraerlo por estar demasiado adherido al retroperitoneo, podemos decidir ejecutar la colostomía transversa”, señala Periche.

“Puede presentarse otro caso: un paciente con una invasión total, puede ser carcinosis peritoneal, entonces acometemos el cierre de éste, y le informamos a los familiares que él o ella no tienen solución quirúrgica, tras encontrarse en etapa cuatro de su enfermedad, derivándose a tratamiento oncológico (radiaciones y quimioterapia) para aliviar los síntomas. Deseamos no suceda nunca, porque somos humanos sobre todas las cosas”.

Ambos son del criterio que nadie asistido por ellos, ni los seres queridos de estos, tienen que darle dádivas, ni otras cosas en agradecimiento. “No las aceptamos”, afirma Juan Carlos. El Estado revolucionario nos convirtió en lo que somos, por tanto nos debemos a nuestra profesión. Nuestra mayor alegría es ver a cada persona bien recuperada”.

El doctor Yusbel, resume el diálogo con una máxima: “El que trabaja con las manos es un artesano, el que labora con las manos y la mente es un artista, el que se atarea con las manos, la mente y el corazón es un cirujano”.

Vital en el equipo

Una persona con entrenamiento máximo es el anestesiólogo. “Anestesista puede ser un profesional de la salud que haya recibido adiestramiento básico. La especialidad de la anestesiología conlleva a conocer, en profundidad, los anestésicos y analgésicos, incluidas la medicina interna, cardiología, pediatría, obstetricia, entre otras. Tenemos que saber de todo para atender a cualquier paciente”, explica el doctor Randy Rodríguez Arias, especialista de primer grado en Anestesiología.

Cuando se requiere estimular al paciente con sueros y sangre, “junto a los cirujanos acometemos la labor. De existir una parada respiratoria se toman las medidas de soporte vital avanzado: entubación, abordaje venoso profundo, masaje cardiaco externo (compresiones toráxicas) y hasta el uso del desfibrilador, en caso necesario”.

En la primera hora del postoperatorio el anestesiólogo no se separa del paciente. Si se manifestara una cefalea por administración de anestesia raquídea, entonces se procede a hacérsele un parche hemático, es decir, se le toma sangre en la misma zona (raquídea) donde se le inyectó la anestesia y enseguida el malestar desaparece.
Este tipo de especialista no sólo se encuentra en un salón quirúrgico, asimismo pueden aliviar dolores en hombros congelados, saben cómo erradicar la molestia aguda; otros se consagran a la terapia intensiva o laboran como fisioterapeutas.

Los anestesiólogos cubanos cuentan con una red digital a nivel nacional, donde aparece la lista de distribución. “Podemos analizar los temas sugeridos a debates, asuntos, que puedan estar en conflicto en un proceder o forma de actuar ante una patología determinada. Llevamos cualquier contenido a análisis si resulta necesario y buscamos un consenso para elevar la eficiencia y eficacia”, puntualizó Rodríguez Arias

Ser Anestesiólogo cubano, incluye alto honor de haber tenido un padre ilustre, al iniciador de la especialidad en Cuba, el médico Vicente Antonio de Castro y Bermúdez, quien como patriota estuvo revestido de un profundo sentimiento patriótico; a la vez que se destacó en varios campos de la medicina.

Resultados

Durante el primer semestre del 2014, se acondicionó el área quirúrgica del hospital José Espiridón Santiesteban Baéz, en otro local de la institución, por no poseer las condiciones vitales exigidas por Higiene y Epidemiología. El salón de operaciones se sometía a una intensa reparación y mantenimiento.

“En todo ese tiempo sólo atendimos casos de urgencia, ocasionándole escasa resolutividad al municipio”, evocó el Doctor José Manuel Loyola Estrada, director del referido centro.

Los seis primeros meses del calendario anterior registraron 616 operaciones, 99 de las cuales recaen en las mencionadas urgencias. El segundo semestre acumuló 385, mientras el trimestre inicial del actual 2015, totaliza las 244.

“Nuestros especialistas en cirugía intervienen hernias, vesículas, fibromas, apendicitis, quiste de ovarios, folículos… Auxilian la Ortopedia con el quiste de Beker, lipomas, ganglios, quistes sebáceos, entre otros. Ellos honran esta bella institución”. (Raúl Reyes Rodríguez/ Radio Santa Cruz)