Al sur

Azucareros sureños dedicados por completo a sus labores primordiales

No hay lugar para el ocio cuando es indispensable crear riquezas, así piensan los trabajadores de la Unidad Empresarial Básica Cándido González (UEB), en Santa Cruz del Sur, quienes no desatienden la palabra empeñada, a fin de aprobar, junto a todos los hombres y mujeres del sector azucarero, esa asignatura, clasificada por el compañero Raúl Castro Ruz, como pendiente: la economía.

Elevar los rendimientos de la gramínea encontró oídos receptivos en los siete pelotones de corte mecanizado, las Unidades Productoras, y en todos aquellos diligentes obreros que no tiran un pestañazo mientras queden cosas por resolver en el transporte y la maquinaria, porque la optimización no puede obviarse cuando queda tanto por materializar.

Los Centros de Acopio María Luisa y El Ramón, el primero en la referida UEB, y el segundo emplazado en tierras del Central Batalla de Las Guásimas, del municipio camagüeyano Vertientes, han liberado de materias extrañas para la industria más de 40 mil 800 toneladas de la sacarosa.

Ahora las labores se desarrollan en los productivos campos que tienen las superficies de Haití y Ocujal, representadas, en el mismo orden, con el 52 y el 30 por cientos del área cañera total.

En esos predios marcan destacadas pautas los destacamentos de las Unidades Ocujal, La Polka y el pelotón número Uno estatal; mientras hacia lo individual desde las combinadas KTP2M, ocupan los primeros lugares, Adrián Martínez y Juan Miguel Cabrera, del pelotón estatal número dos y José García, operador en el Ocujal.

Otras faenas ineludibles como la siembra, preparación de suelos, las atenciones culturales, entiéndase las limpias integrales, manuales y la fertilización, van acometiéndose pese los obstáculos que en ciertos momentos se han presentado: roturas en algunos equipos, falta de una pieza de repuesto o la carencia momentánea de algún producto químico.

El capital humano en este sector del sur agramontino tiene pleno convencimiento de que el camino hacia el perfeccionamiento no tiene desvío, pues la obra revolucionaria lleva un único apellido: ¡Victoria! (Raúl Reyes Rodríguez/ Radio Santa Cruz)