Primer rodeo de 2015 llenó gradas santacruceñas

Primer rodeo de 2015 llenó gradas santacruceñasEl ritmo del rodeo acompañado de la música mexicana, sigue siendo una tradición que no pierde atractivo en Santa Cruz del Sur. Aunque este evento se desarrolla cada mes mantiene un sistema organizativo digno de destacar. El primero en este año realizado en la mañana del domingo volvió a tener seguidores de todas las edades.

Muchos son los interesados porque este certamen fulgure con sus distintas exhibiciones. Aquí mantiene desempeño importante la Empresa Agropecuaria Jesús Suárez Gayol, entidad apoyada por las direcciones municipales del Partido Comunista y el Gobierno.

Quienes tienen alrededor de 50 años u otras personas con mayor tiempo sumado al calendario, no han borrado las magnificas actuaciones que Luis Corona Zaragoza, tuvo en el periodo en que los bríos “fueron mis mejores agregados en la monta de toros”

Considera debe haber subido a unos 80 animales desde el 1963. “En la década del 70 recibí un curso, y me especialicé como juez en este tipo de competencias”.

“El segundo hijo mío quiso montarse en un toro en el año 2000, sin tener apenas las habilidades necesarias… enseguida estuvo en el suelo. Eso me hizo sentir mal, decidí sacar la cara por él. Nadie por supuesto se negó, muy a pesar de los 70, que ya tenía cumplido en ese momento. Hice lo deseado, el vacuno no logró sacarme… dio bastantes brincos. Ahí está la moraleja”.

Nuevas generaciones se han incorporado. Un padre y su hijo llevan un apego distintivo hacia este acto tan peligroso. “Estoy entre las reses desde que nací, imagínese si puedo despegar. He enseñado a mi hijo. Lo subía al lomo de los terneros cuando era pequeño. Ya posee bastante juventud para alcanzar superior profesionalidad”, expone Luciano Basulto Morales.

Leonides Basulto Medina se sonroja al escuchar hablar su progenitor. Es impetuoso: “Porque quien no se arriesga no triunfa. A los animales es necesario saberlos tratar, sin dejarse llevar por la confianza, un golpe puede resultar fatal. ¡Soy vaquero!… lo podrá presenciar”.

La fortaleza ganadera percibida en el buen estado de la masa vacuna y caballar participantes en estos torneos, lleva el desafío de esos hombres interesados en perpetuar esta actividad, para mantener seguidores en la pista y en las gradas. En esa última posición se vuelven asiduos, entre la multitud, los hermanos Yaser Amed García Arias y Patrick Samir.
“Si no nos traen nuestros padres venimos con otro familiar. Nos gusta venir, pues luego hacemos comentarios en la escuela o entre los amiguitos del barrio. Eso de subirse a un toro sí nos da miedo”, indica Yaser.

Francisco Yero Mesa, fue acompañado de su nieto. “Si lo dejo en la casa forma una tremenda perreta; le ha dado por ser vaquero. El Rodeo entretiene al pueblo, es otro modo de recrearse sanamente. Mantendrá el atractivo”

Los espectadores llevaban las manos, cada segundo del espectáculo, a la boca o al pecho. Numerosas fueron las emociones durante los enlaces de terneros, y su derribo en pocos segundos, dejándoles amarradas las cuatro patas; inmovilizaron vacas con las propias manos, llevándole, a toda carrera, otro colega al juez, una pequeña muestra de leche; también derribo de reses desde las cabalgaduras y la monta de toros. Los contendientes más diestros soportaron sobre esos fornidos lomos los ocho segundos establecidos. Aferrados al rejón aguantaron remolinos y saltos excesivos. (Raúl Reyes Rodríguez/ Radio Santa Cruz)