Reconoce coreógrafa rusa a Ballet de Camagüey entre los más importantes elencos de Latinoamérica
Moscú, 21 may.- La bailarina y coreógrafa rusa Olga Arutinián resaltó la calidad del Ballet de Camagüey, provincia ubicada a 570 kilómetros de La Habana, en la que trabajó entre 1982 y 1985 junto al fallecido profesor Fernando Alonso.
Fui a Cuba con mi esposo, Edik Arutinián, y tuvimos la dicha de colaborar con ese gran formador de artistas en el Ballet de Camagüey, que hoy es una prestigiosa compañía de clase internacional, recordó.
La exigencia y el magisterio de Alonso sentaron las bases para que esa compañía sea hoy una de las de más calidad en América Latina, comentó Arutinián.
Recordamos con admiración su rigor en cada clase, cómo era capaz no solo de detectar detalles técnicos y artísticos imprescindibles para impregnar de vida a cada personaje, sino también su exigencia acerca de la necesidad de darlo todo en la preparación diaria, observó.
Era un hombre muy culto e inteligente y con él también aprendimos mucho. Establecimos una gran amistad y le tomamos mucho cariño, enfatizó quien sigue vinculada a la enseñanza artística.
Mi esposo colaboró en la preparación de un concurso en 1983 en el que intervinieron talentos de América Latina y el Caribe, y yo adiestré a los muchachos que ganaron la medalla de oro con el paso a dos de El Corsario, evocó emocionada.
Otra pareja camagüeyana también resultó laureada en ese certamen por el paso a dos de Esmeralda, dijo a Prensa Latina en la sede de la embajada de Cuba en Rusia a la que acudió con recortes de periódicos, carteles y otros documentos relativos a aquel acontecimiento.
Fueron tiempos muy positivos de colaboración de Rusia y Cuba que nunca olvidamos, y nos sentimos felices del excelente momento que caracterizan en la actualidad a las relaciones entre nuestros pueblos, cuya amistad es verdaderamente indestructible, opinó.
Al referirse a los cubanos, Arutinián expresó admiración porque en su criterio "son capaces de bailar y divertirse intensamente toda una noche, y después en la mañana van al trabajo como si hubieran estado descansando".
Fiel al sentimiento de amistad hacia Cuba, la profesora Arutinián acudió a la embajada cubana con sus alumnos de nueve años Alejandro Zhuravliov y Elizabeth Prindánkina, de la región de Sarátov, quienes interpretaron una danza mexicana durante un encuentro entre niños de ambos países.
En la velada dedicada al cierre del curso escolar y a la amistad rusa-cubana, los hijos de los funcionarios de la misión de la isla en Moscú agasajaron a sus huéspedes y sus padres con un poema de Nicolás Guillén declamado en ruso.
Como colofón, fue proyectado el filme Viva Cuba, del realizador Juan Carlos Cremata, interpretado por integrantes de la compañía teatral infantil cubana La Colmenita. (Texto: PL) (Foto: Archivo)
