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Prueban nuevas variedades y tecnologías en campos tabacaleros cubanos

Pinar del Río, Cuba, 7 feb. -Suerte de laboratorios a cielo abierto, en los campos del extremo occidental cubano, prueban nuevas variedades de tabaco, destinadas a la obtención de capas y otros componentes de los famosos Habanos, así como tecnologías armónicas con el entorno.

Durante la primera fase de extensión agrícola el tipo C-12, variedad de tabaco negro, está presente en reducidas zonas de San Luis y San Juan y Martínez para evaluar sus características y comportamiento en el ámbito productivo, explicó a Prensa Latina la ingeniera Betty Hernández, subdirectora de la estación experimental dedicada a esas funciones investigativas.

Se trata -dijo- de espacios pequeños en los cuales se trabaja con cosecheros líderes dentro de una región donde coinciden suelos y clima idóneos para el cultivo.

Paralelamente los especialistas de la Estación Experimental del Tabaco, situada en el municipio de San Juan y Martínez, perfilan nuevos cruzamientos de variedades, los cuales pudieran estar listos en los próximos dos o tres años, adelantó Hernández.

Al referirse a otros aportes de la institución pinareña destacó la reducción de los fertilizantes químicos en los semilleros gracias al empleo de compuestos de materia orgánica, así como el fomento de la tecnología de la doble hilera y la labranza cero.

Sólo con la aplicación de la doble hilera es posible incrementar hasta en un 26 por ciento el número de plantas dentro de una misma superficie, mientras el rendimiento crece en igual proporción, son provechos indiscutibles, opinan conocedores.

De esa manera ascienden los volúmenes productivos sin necesidad de incorporar nuevas áreas a la campaña, ni más campesinos para garantizar su cuidado.

Destinada a preservar los suelos, la metodología de la labranza cero es empleada también en esta demarcación, con premisas como la utilización de los llamados abonos "verdes" (de origen orgánico) para garantizar óptimos resultados sin remover la tierra, añadió la especialista.

La realización de diagnósticos en los sembradíos figura además entre los servicios del centro investigativo, segunda estación experimental más antigua de Cuba.

Con la ayuda del equipo Spad-502 -argumentó- determinamos cuándo es necesario aplicar fertilizantes y el momento ideal para la cosecha dentro de las áreas de cultivo bajo tela, entre otras especificaciones.

Distante 140 kilómetros de La Habana, Pinar del Río aporta casi el 70 por ciento de la producción nacional tabacalera y la mayoría de las capas usadas para vestir los apetecidos Habanos.(PL)