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Ecosistemas frágiles demandan protección del hombre

En su condición de isla, Cuba tiene en la geografía ecosistemas frágiles de montaña, algo que es común a los territorios de su tipo, debido a la poca extensión que ocupan y a la amenaza de fenómenos meteorológicos extremos y la acción del hombre.

Por eso las especies no siempre son abundantes en esas áreas, aunque sí presentan una alta diversidad y endemismo.
   
Vayamos primero a la acción de la naturaleza como son huracanes, intensas lluvias, inundaciones y sismos, cuyos
efectos son muy perjudiciales, según la magnitud de la devastación.
   
En zonas como la Sierra Maestra, los bosques tropicales pueden ser considerados frágiles porque las especies que allí habitan son únicas y ante eventos como los mencionados sufren más daños, a diferencia de lo que ocurre en los continentes.
   
El hombre  tiene una influencia en la fragmentación y destrucción de los ecosistemas insulares, y un ejemplo es la introducción de especies que no son propias de ese entorno.
   
La transformación del entorno se comporta a un ritmo mayor de lo que puede recuperarse, explicó el doctor David Maceira, investigador titular del Centro Oriental de Ecosistemas y Biodiversidad, con sede en Santiago de Cuba.
   
Nuestros bosques tardaron miles y millones de años en formarse, en madurar y establecer un equilibrio, sin embargo, actualmente son destruidos, bien de forma consciente o por desconocimiento, a lo que se añaden los efectos del cambio climático.
   
Por mencionar algunos hechos está la tala indiscriminada de especies endémicas, la presencia de especies invasoras como el marabú, de origen vegetal; en tanto de animales como la mangosta, los gatos y perros que causan estragos en la fauna local.
   
La Sierra Maestra y el macizo Nipe-Sagua-Baracoa son los dos sistemas más importantes del archipiélago cubano, por la extensión y los altos niveles de biodiversidad y endemismo en la flora y la fauna, por eso son motivo de estudio en diferentes proyectos.
   
En el caso del primero, se ha indagado en el uso que hace el hombre de la tierra y las afectaciones de su actuar mediante la minería, la construcción de viales, siembra de cultivos y también de pastos para la ganadería.
   
Sólo en los cafetales con sombra mantienen un mayor número de especies, lo cual posibilita el equilibrio con la naturaleza.
   
La Sierra Maestra atesora varias formaciones vegetales, incluidos los bosques húmedos tropicales, que son para Cuba como si fueran nuestra pequeña selva del Amazonas, por la cantidad de especies que habitan en esos predios.
   
Igualmente hay muchas plantaciones forestales para el rescate de los bosques, como parte de la reforestación en el Plan Turquino.
   
Numerosos proyectos para la recuperación de los ecosistemas existen, pero en definitiva dependerá de la conciencia del hombre la protección de esas áreas.(AIN)