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Frente a las importaciones, cultura exportadora

En la entrega del Premio Nacional al Exportador 2008 a entidades en la capital, Rodrigo Malmierca, ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, alertó que el predominio de los volúmenes de importaciones respecto al de las exportaciones, obliga a dar un verdadero salto.
   
Basta recurrir a las estadísticas del primer trimestre de 2009 para comprender cuán distantes estamos de la anhelada eficiencia en este estratégico sector: el 80 por ciento de los intercambios de Cuba con otras naciones correspondieron a importaciones, según precisó el titular de ese organismo.
   
Si al cierre del 2008 a los nocivos efectos del bloqueo norteamericano el país sumó las afectaciones derivadas de tres grandes huracanes, la situación que enfrentamos hoy es más tensa como consecuencia de la crisis económica mundial.
   
Varios renglones cubanos como níquel, tabaco, mariscos, sufren ya el impacto de esta recesión por el descenso de los precios en el mercado internacional, mientras aumentan los de alimentos básicos, algunos de los cuales el Estado se ha visto obligado a comprar para beneficio del pueblo en medio de severas limitaciones.
   
Precisamente si el pasado año el intercambio comercial cubano creció de manera significativa en 30 por ciento, se debió en lo fundamental al incremento de las importaciones. De lo que ahora se trata es de aumentar y diversificar los productos y servicios exportables.
   
La dirección de la Revolución ha insistido en la urgencia de buscar eficiencia y competitividad en el comercio exterior, lo cual presupone ser racionales en cada territorio, actividad, rama y centro laboral, adquirir en el mercado internacional lo estrictamente necesario y encontrar alternativas para producir en Cuba lo que sea factible.
   
Si algún sector merece también alta dosis de integración es el del comercio externo, a partir de la estrategia nacional que aúne los esfuerzos de todas las instituciones, organismos y empresas que participan en este proceso: desde la producción hasta la comercialización o distribución.
   
Vale mencionar, como ejemplo positivo en esa dirección, las rondas de negocios que organiza la Corporación CIMEX con decenas de empresas, en aras de promover y reconocer la calidad y el intercambio de una amplia gama de productos y servicios que pueden sustituir importaciones y, por consiguiente, ahorrarle divisas al país.
   
También en esos encuentros periódicos y territoriales se estimula la integración entre las entidades con vistas a satisfacer buena parte del  mercado interno en divisas, tanto para el turismo como para la población, e incrementar la producción, la calidad, el ahorro y las exportaciones.
   
“Estamos llamados a cambiar de manera radical la actitud y la cultura exportadora de nuestras empresas” ha reiterado el ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera.
   
Acotaba Malmierca que “debemos sentir vergüenza cuando importamos algo que sabemos es factible producir en Cuba con la calidad requerida. Hay que rechazar el facilismo y ser más exigentes… Es necesario desarrollar la iniciativa, enfrentar las dificultades y resolver los problemas”.