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UPEC: Retos y compromisos

UPEC: Retos y compromisosLuego de un amplio, democrático y enriquecedor proceso de asambleas .de base, provinciales y ramales, hace pocas horas concluyó el 9no. congreso la Unión de Periodistas de Cuba.

Los consejos y la convocatoria de Martí, Fidel y Raúl a la prensa estuvieron en el centro de los debates por hacer un periodismo más eficaz, que responda a los reclamos de la nación.

Más allá de las limitaciones externas e internas y de las carencias materiales de los medios de comunicación masiva en nuestro país, el análisis constructivo en el congreso contribuirá a trazar un rutero al periodismo y al desempeño general del gremio en los próximos años.

El origen de la prensa en Cuba, esencialmente, está vinculado a la ideología, a los anhelos independentistas de nuestro pueblo, a la lucha en la etapa colonial y neocolonial, y a la guerra de liberación nacional. Con el triunfo del primero de enero de 1959, fiel a esa tradición, nació y se conformó el modelo de una prensa auténtica y revolucionaria, que ha sido sujeto y objeto a la vez, protagonista de acontecimientos históricos, que atesora la obra forjada en medio de combates en defensa de la Revolución y sus realizaciones.

En el ámbito comunicacional, la prensa cubana es un sistema al servicio de los intereses del pueblo y se fundamenta en los preceptos de la Constitución de la República y la política trazada por el Partido en su condición de fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado cubanos, signada por el principio de que la información constituye un derecho ciudadano.

La experiencia histórica ha demostrado el poder de los medios de comunicación ante los más diversos acontecimientos, incluso para fines políticos y sociales opuestos. En la desaparición de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), independiente de factores históricos, políticos, económicos, sociales y de los errores que influyeron en el derrumbe de aquel poderoso Estado, los medios de comunicación masiva —al amparo del proceso de la "perestroika" (reconstrucción) y de la "glasnost" (transparencia)— apuntaron contra los pilares principales de aquella sociedad: el partido, la historia, las fuerzas armadas y las instituciones del Estado; de tal forma se sumaron y prestaron un servicio a la ideología y los objetivos enemigos, a las actitudes oportunistas y traidoras. El papel adverso que desempeñaron los más importantes medios de comunicación masiva de aquella sociedad, en el orden subjetivo, no puede desconocerse, y mucho menos ignorarse en el análisis histórico-social sobre aquellos hechos desafortunados.

En Cuba hemos vivido una experiencia diametralmente opuesta: a raíz del derrumbe del campo socialista y de la desaparición de la URSS, que nos condujo al periodo especial —el reto más grande y difícil que puso en juego la existencia de la Revolución—, resulta incuestionable que entre los factores que hicieron posible la resistencia y el de-sarrollo modesto, progresivo y sostenido en estas dos décadas, está el papel ejercido por los medios de comunicación masiva con sus argumentaciones y apelaciones permanentes, independientemente de cualquier insuficiencia, insatisfacción y crítica que pudieran hacerse.

Sin abusar en la reiteración —pero sin subestimarla tampoco—, el esfuerzo de las sucesivas administraciones norteamericanas por destruir la Revolución y su ejemplo, ciertamente han dictado una limitante en el contenido de nuestra prensa. Esa realidad no se puede ignorar, del mismo modo que, en esos intentos infructuosos, en medio de incesantes campañas mediáticas por todas las vías, la prensa cubana no ha tenido complacencia ni regodeo alguno con los reclamos abiertos o encubiertos del imperio y de quienes le sirven en franca actitud mercenaria y traidora.

Lo anterior no niega, en modo alguno, la necesidad de hacer más eficaz el periodismo cubano, en soporte tradicional y digital con su diversidad y formas crecientes de expresión, y perfeccionar el modelo existente, en consonancia con el desarrollo actual de nuestra sociedad y los códigos predominantes de la comunicación.

El VI Congreso del Partido y la Primera Conferencia Nacional de nuestra vanguardia política ratificaron y enriquecieron la línea trazada y señalaron con precisión el derrotero. En los objetivos aprobados en la conferencia se resumen los principios y exigencias esenciales a seguir en la ejecutoria periodística: reflejar la realidad cubana en toda su diversidad; informar de manera oportuna, objetiva, sistemática y transparente la política del Partido y los problemas, dificultades, insuficiencias y adversidades que enfrentamos; tener en consideración las necesidades e intereses de la población; ser una plataforma para el ejercicio permanente de la opinión y el debate; suprimir los vacíos informativos y las manifestaciones de secretismo.

En los pronunciamientos y orientaciones de Fidel y Raúl y los órganos de dirección del Partido están planteadas con riqueza las líneas presentes y futuras para nuestro periodismo. De lo que se trata ahora es de ser consecuentes con esas definiciones, sin términos medios y, mucho menos, desconocer lo que está claramente delineado, que es voluntad y mandatos supremos.

Disponemos de una capacidad no subestimable, que se puede multiplicar en la medida que se encaucen, en una misma dirección, los propósitos y esfuerzos. A la prensa le corresponde actuar de modo enérgico con la autoridad conferida, en aras de cumplir su función social, sin cortapisa, y desplegar en toda su extensión su posibilidad informativa, educativa, compulsiva y moralizadora ilimitada.

Ella ocupa un lugar distinguido en la labor de explicar, argumentar y hacer conciencia sobre las transformaciones y las medidas que adopta el país como parte de su perfeccionamiento económico y social, y contribuir a la forja de un socialismo próspero y sostenible. Para estos fines, tendrá que acceder a los contactos necesarios con los organismos, directivos y funcionarios para obtener la información requerida, sin secretismo infundado, sin rehuir al deber social y a la responsabilidad que tiene esa fuente de tributar la información que responda a los intereses del pueblo.

La crítica a través de los medios no admite evasivas, dilaciones, silencio ni justificaciones; a ella le es consustancial la respuesta argumentada, autocrítica y convincente que vaya a la raíz de los problemas y contribuya a poner coto a las insuficiencias. En rigor, no debe quedar una crítica sin la respuesta de la administración o del órgano que corresponda.

También la prensa ha sido convocada a participar, en mayor medida, de modo sistemático y más eficaz, contra la corrupción, el delito, la indisciplina social y las actitudes negativas de todo tipo, denunciados con amplitud por el General de Ejército Raúl Castro Ruz en las conclusiones de la última sesión de la recién celebrada Asamblea Nacional. Estos y otros males que hoy viven y debemos combatir con energía, mañana pueden servir de caldo de cultivo en los intentos enemigos por subvertir el orden y la seguridad del país y poner en peligro la existencia de la Revolución.

Con la divisa martiana: "Disciplina quiere decir orden, y orden quiere decir triunfo", esa batalla nos hará más fuertes y nos permitirá alcanzar, en mayor grado, los importantes resultados económicos y sociales que proyecta el país.

En esa lucha por revertir los signos negativos y crear una sociedad que se distinga por su disciplina y comportamiento cívicos, les corresponde un importante papel a los medios de comunicación, junto a la familia, la escuela, los organismos e instituciones de todo tipo. Tal propósito es congruente con la naturaleza de la sociedad que forjamos los cubanos.

Disponemos del capital humano para alcanzar esos fines, a los que se suma el destacamento de jóvenes egresados y estudiantes con talento y vocación. En los directivos y profesionales de la prensa escrita, la radio, la televisión y los medios digitales, tenemos confianza y seguridad de que cuentan con capacidad y posibilidades creadoras para responder a los retos, con arreglo al perfil de cada órgano y de los espacios dirigidos a las diversas categorías de personas.

La práctica persuade sobre la necesidad de consolidar la conjunción de ideas y la labor profesional colectiva en la proyección y planificación, la redacción y edición; de ganar en objetividad, inmediatez y riqueza de temas, géneros y lenguaje periodísticos.

Las experiencias registradas en varios territorios y medios de comunicación expuestos en el congreso, demuestran que se puede enriquecer el diálogo con la población, reflejar los temas que a ella le interesan, y alcanzar resultados superiores con los mismos recursos y fuerzas disponibles.

Bajo el eco de las proyecciones y acuerdos de su importante reunión, la Unión de Periodistas de Cuba cumplió ayer el cincuentenario de su fundación. Por encima de cualquier observación crítica e insuficiencia funcional, ha representado con dignidad a sus asociados, defendido sus derechos y contribuido a solventar necesidades en la medida de las posibilidades, incluso por encima de su responsabilidad social.

La nueva etapa demandará el perfeccionamiento de su labor, un estilo de trabajo más directo con la base, el desvelo por la superación necesaria de sus afiliados y el mejor desempeño de un sector que acaba de ratificar, una vez más, su compromiso con la Revolución y el pueblo.

(Por: Alberto Alvariño Atiénzar/ Tomado de Granma)