¿Por qué el Moncada para el campo cubano?

¿Por qué el Moncada para el campo cubano?El Programa del Moncada para el campo cubano lo expuso Fidel Castro el 16 de octubre de 1953 en su alegato de autodefensa conocido como “La historia me absolverá”, durante el juicio por las acciones revolucionarias del 26 de Julio de aquel año.

"(…) quinientos mil obreros del campo que habitan en bohíos miserables, que trabajan cuatro meses al año y pasan hambre el resto compartiendo con sus hijos la miseria, que no tienen una pulgada de tierra para sembrar y cuya existencia debiera mover más a compasión si no hubiera tantos corazones de piedra (…)".

Una estadística de 1953 reconoció que la cuarta parte de los trabajadores rurales tenían empleo solo durante seis meses, y más de la mitad del total apenas encontraba trabajo solamente cuatro.

En 1957, el cuatro por ciento de la población rural consumía carne; el uno, pescado; el 2,12 huevos; el 11,22 leche y el 3,3 pan.

Cuando la Revolución triunfó en 1959 se encontró que en el país existían alrededor de 159 mil fincas, y el 92 por ciento abarcaba el 30 por ciento del área total; mientras, el 1,4 concentraba el 46 por ciento de la superficie.

Solo 13 monopolios azucareros norteamericanos tenían más tierra que 111 mil 278 fincas de productores cubanos.

El triunfo revolucionario de enero de 1959 y la llegada al poder político de genuinos defensores del pueblo, sentaron las bases para llevar adelante el Programa del Moncada.

Tan temprano como el 17 de mayo de ese año se firmó la Ley de Reforma Agraria, mediante la cual el latifundio fue eliminado para siempre y más de 100 mil campesinos recibieron la propiedad de la tierra que trabajaban.

El campo siguió transformándose, pues en 1963 se ampliaron las medidas a favor del campesinado con la segunda Ley de Reforma Agraria; hacia 1993 hubo otro cambio importante con la creación de las Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC), desprendimiento de las empresas agropecuarias y cañeras estatales.

En 2008 ocurrió otro nuevo paso de la Reforma Agraria con la decisión del gobierno de entregar en usufructo áreas estatales ociosas de entidades agrícolas, ganaderas y cañeras a quienes estuvieran dispuestos a hacerlas producir en bien de la alimentación del pueblo y de la economía nacional.

Años más tarde, en diciembre de 2012, se amplió esta medida con la posibilidad de incrementar los terrenos, además de otorgar facilidades mayores en créditos, recursos y ayuda técnica a los agrarios que explotaban correctamente las primeras superficies otorgadas.

En los meses iniciales de 2013 la superficie entregada en usufructo ascendía a un millón 538 mil hectáreas en manos de alrededor de 172 mil productores.

La agricultura cubana, como la vida de cada habitante del país y todos los sectores creadores de bienes y servicios, se ha desarrollado casi desde el propio triunfo revolucionario en medio de las limitaciones materiales derivadas del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de los Estados Unidos.

Debe sumársele la desaparición, a inicios de los años 90 del pasado siglo, del campo socialista europeo, con el cual Cuba mantenía relaciones de intercambio justas y recíprocas; también se han incrementado los precios internacionales de productos, equipos, piezas, agregados y sistemas, así como fallas internas en la aplicación de métodos de trabajo que incentivaran el quehacer agrario.

Falta una razón esencial: la seguridad de vida fomentada por la Revolución hizo que la población creciera sostenidamente y sea ahora más del doble de la de 1959, calculada entonces en seis millones de habitantes.

Pero la rama agropecuaria, aunque aumentó sus producciones, no ha podido satisfacer la demanda ni cubrir las necesidades de la industria conservera, por lo cual el país cada año efectúa considerables erogaciones en divisas para adquirir en el exterior alimentos necesarios como arroz, cereales y leche en polvo, por ejemplo.

Es insuficiente en cantidad, calidad y surtido lo que se sitúa en el mercado, y los precios son altos para el salario medio de los cubanos.

Ante esta realidad, el gobierno adopta y lleva adelante acciones para corregir deficiencias en la práctica agropecuaria de producción, abastecimiento de recursos y comercialización, a fin de elevar los resultados, reducir costos y con ello propiciar la disminución de los precios minoristas.

Los empeños de la Revolución desde el asalto al Moncada hace 60 años no han buscado otra cosa que el bienestar del pueblo y el desarrollo del país.

Y por ese camino transita el sector agrícola y ganadero cubano en medio de los avatares que impone la crisis económica mundial con el encarecimiento de cereales para piensos, plaguicidas, fertilizantes, maquinarias, combustible, equipos y cuanto medio sea preciso importar.

El combate sigue para mejorar siempre el bienestar del pueblo 60 años después de la gesta del 26 de Julio de 1953. (Por Lucilo Tejera Díaz, AIN)