Tradiciones campesinas y rigor artístico en Jornada Cucalambeana

Las Tunas, Cuba, 30 jun. – La combinación de tradiciones culturales campesinas, la entrega de premios de concursos de décimas y la presentación de una gala criolla cuyo rigor artístico fue reconocido por el público y la crítica, caracteriza hoy aquí la Jornada Cucalambeana.

Ese primer espectáculo de lujo del evento de homenaje tunero al escritor Juan Cristóbal Nápoles Fajardo (El Cucalambé, 1829-1859) en el anfiteatro de El Cornito donde él vivió, fue considerado entre los mejores en muchos años de convocatorias que este año reúne a nueve países.

El Cucalambé, principal figura cubana de esa estrofa de 10 versos surgida en España y practicada hoy día en Iberoamérica y el más importante poeta bucólico del país, fue evocado a través de recitaciones de décimas suyas y de otros autores presentes en esta 46 edición.

Repentistas que participan en la Cucalambeana como invitados o como contendientes en el Concurso Nacional de Improvisación Justo Vega, uno de los referentes históricos del género, cantaron también a las ocho Flores de Birama que representan en estos festejos a la mujer cubana.

Muchachas elegidas desde sus zonas de residencia, una por cada municipio tunero, a partir de parámetros ético-morales, culturales y de aceptación popular, su presencia concede belleza a estas fiestas y a la ciudad, cuyas calles recorren en desfiles llevadas en coches tirados por caballos.

Los organizadores y actores del proceso de elección de las jóvenes, no obstante, toman distancia de otros certámenes internacionales basados solo en la belleza física y, con independencia de la frescura de la edad, basan los méritos de las candidatas sobre todo en valores espirituales.

La directora artística Anais Ray centró su espectáculo en esas Flores de Birama (alusión poética a la flor del nelumbio o nenúfar que El Cucalambé vio en la ciénega tunera de Birama) y logró, según la crítica, un tejido de recursos dramatúrgicos, musicales y danzarios.

El grupo camagüeyano de baile Maraguán, laureado en concursos internacionales de esa manifestación, y sus similares tuneros Cueibá y Orígenes, considerados entre los mejores de artistas aficionados del país, aportaron a la gala su habitual vigor corporal, gestual y danzario.

El espectáculo empleó como recurso la tradición competitiva entre los bandos Rojo y Azul, junto a la música de los grupos locales Son del Barrio y Son del Monte, sumado a bailes como el zapateo, cantantes de tonadas como Yanny Suárez y solistas como Marelis Layana.

También fue entregado a la joven autora de la provincia de Las Tunas Liliana Rodríguez el premio del Concurso Iberoamericano Cucalambé de Décima Escrita de esta edición, ganado con su libro Crepusculares.

Rodríguez es hoy día la única mujer cubana que ha merecido los más importantes premios cubanos de improvisación de la estrofa, una vez el "Justo Vega" en Las Tunas y dos el Chanchito Pereira de Matanzas.

La parte literaria de esta Jornada Cucalambeana comprendió el Premio del Concurso Nacional de Glosas (40 décimas inspiradas en anteriores versos de otro autor) a Caridad Tatiana Sánchez, por su obra Nocturnos en ánfora de miel.

Ese segmento literario, que sesiona en un espacio llamado Catauro de la Décima en las ruinas de la antigua residencia de El Cucalambé, sirvió también para la presentación del poemario inédito La flor puede tener espinas, del intelectual cubano Adolfo Martí (1922-2002).(PL)