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Líder Supremo iraní exhorta a apoyar damnificados de seísmo

Teherán, 9 abr. -El Líder Supremo iraní, Ayatola Alí Khamenei, exhortó a las autoridades y a la nación a ayudar a las víctimas y los damnificados del seísmo que asoló hoy la ciudad meridional de Kaki.

Hasta las 21:25 hora local el número de víctimas fatales reportadas ascendía a 33 y los heridos a 800, acorde con reportes de fuentes oficiales citadas por la televisora Presstv.

"Pido a Dios que tenga a los fallecidos en su gloria", dice el mensaje de Khamenei, quien confió en que "una vez más el pueblo iraní desempeñe un papel destacado a la hora de paliar los sufrimientos de las víctimas".

Irán es un país situado en una zona de grandes fallas geológicas y sufre con frecuencia de fuertes movimientos telúricos, algunos de los cuales resultan devastadores, como el experimentado hace una década por la ciudad de Kerman, el cual causó a muerte a 31 mil personas y extensos daños materiales.

El movimiento telúrico, de 6,1 grados en la escala abierta de Richter, según el Instituto de Sismología de la Universidad de Teherán, ocurrió a las 16:22 hora local y tuvo siete remezones, una de ellas superior a los cuatro grados, acorde con las precisiones de los expertos.

La magnitud del seísmo fue tal que se hizo perceptible en lugares tan distantes como los estados árabes de Kuwait, Catar y Dubai, ribereños del Golfo Pérsico.

Grupos de socorristas voluntarios y de la Medio Luna Roja iraní partieron de urgencia hacia la zona, colindante con el Golfo Pérsico, para emprender las labores de rescate y auxilio a los damnificados, cuyo número total es probable que aumente.

La evaluación de los daños materiales aún no ha sido emprendida.

El epicentro del fenómeno telúrico fue localizado a unos 160 kilómetros de la central nuclear de Bushehr, la cual no ha sufrido daños en su estructura y continúa funcionando, acorde con portavoces de la empresa fabricante, de nacionalidad rusa.

El peor terremoto de que haya registros en Irán fue el de junio de 1990, con una intensidad de 7,7 grados en la escala de Richter en las provincias de Gilan y Zanjan, que dejó una estela de 37 mil muertos, más de 100 mil heridos y 27 ciudades y mil 870 aldeas destruidas. (PL)