Actualización migratoria en Cuba, derrota para Washington

Actualización migratoria en Cuba, derrota para Washington La Habana. -Desde enero pasado, los cubanos disponen de nuevas facilidades para viajar al exterior. Pero la actualización migratoria en la Isla es algo más que eso.

Resulta una confirmación de que, también en esa materia, Cuba ganó la batalla contra la hostilidad de Estados Unidos, cuya Ley de Ajuste ha sido instrumento de desestabilización.

Así lo considera el doctor en Ciencias Históricas Jesús Arboleya, premio Casa de las Américas 2013 con el ensayo "Cuba y los cubanoamericanos: Un análisis de la emigración cubana".

En entrevista exclusiva con Prensa Latina, el especialista opinó que la política migratoria de Washington hacia La Habana es "fallida e inviable, ha sido derrotada por la capacidad de resistencia del pueblo al que quiso doblegar".

"Las medidas migratorias en la Isla pusieron en crisis la estrategia norteamericana que mantuvo el mito de que los cubanos huían del país, no emigraban", sostuvo Arboleya, para quien Washington no tendrá más remedio que aceptar su fracaso.

Llamó la atención que sea la extrema derecha cubanoamericana quien más reclame el fin de la Ley de Ajuste. "Están tratando de demorar la inserción de los nuevos emigrados en la vida política miamense, porque esa gente votará contra ellos", aseguró.

Para el especialista eso demuestra que la nueva emigración ya no sirve para desacreditar a la Revolución, tampoco integra la base política de la contrarrevolución ni resulta un drenaje del capital humano indispensable para el país.

"En ese entorno, la Ley de Ajuste no es una prioridad porque los cubanos no han sido ilegales en Estados Unidos. Sin embargo, esa legislación, componente de la agresión a nuestro país, significa un hueco a las restricciones para el ingreso de inmigrantes ilegales en territorio norteamericano", enfatizó.

"Es común que muchos latinoamericanos se hagan pasar por cubanos para obtener asilo y otros beneficios. Ello supone una revisión al menos en la interpretación de la política de pies secos, pies mojados", consideró.

Indicó que el tema podría ser discutido dentro de lo que el presidente Barack Obama propone como reforma integral migratoria, "que no es tal porque será otra ley de ajuste para los 12 millones de indocumentados".

"Será una legislación poco compasiva, pues les tomará ocho años poder aspirar a tener un estatus legal, y tendrán que pagar como esclavos por su liberación a partir de los impuestos", añadió.

Hizo hincapié en las transformaciones que han tenido lugar entre los emigrados en Estados Unidos, que concentra el 80 por ciento de los cubanos en el exterior. "Para muchos ha sido una sorpresa que casi el 50 por ciento votara por Obama en las pasadas elecciones".

"Son mundos distintos la emigración que se autodenomina "exilio histórico", compuesta por los representantes de la oligarquía y su más cercana periferia, y los nuevos emigrados a partir de 1980, resultado de fenómenos endógenos de la sociedad cubana".

Citó como otro cambio social importante la emergencia de nuevas generaciones de hijos de cubanos nacidos en aquel país. "Son los sectores más dinámicos, mejor posicionados social y económicamente, también los más cultos, con una visión diferente".

Dijo que aunque su relación con Cuba es menos estrecha, mantienen un componente cultural e ideológico al que "no pueden escapar" aunque nunca hayan visitado la Isla".

El también profesor titular del Instituto Superior de Relaciones Internacionales aseguró que se abren nuevos espacios para los nexos con la emigración, que será positivo para el país, su economía e incluso para el prestigio de la Revolución y el desenmascaramiento de las campañas anticubanas.

Consideró que la migración de personas puede ser beneficiosa en un contexto en el que el mercado laboral interno es incapaz de absorber todo el capital humano formado.

Los intentos por resolver esta contradicción han conllevado en otros momentos a inflar las plantillas. La emigración puede resultar una de las soluciones a partir de las remesas, pero también en la inversión, acotó.

"El emigrante cubano es bien recibido por el mercado internacional del trabajo, porque es portador de un desarrollo humano que no tienen en otras latitudes" agregó.

Subrayó que la principal fuente de ingresos de Cuba proviene de la prestación de servicios profesionales en países de diversos continentes: médicos, profesores, ingenieros, asesores deportivos, etc.

"Uno de los grandes retos del socialismo cubano es cómo incorporar al emigrado en el proyecto de desarrollo nacional. Tiene que ver con que pueda invertir, con su compromiso político, cultural, que no se sienta enajenado de la realidad cubana, con una política inclusiva", sostuvo.

"Ello explica que hay todo un camino por recorrer y serán bienvenidas nuevas acciones", indicó para acotar que la actualización del socialismo cubano, incluido el trabajo por cuenta propia, apunta a nuevos escenarios en los que la emigración podría estar representada. "Hay inversiones de esas personas, un restaurante en La Habana, por ejemplo, que, por la coyuntura económica en Estados Unidos, se convierte en su principal negocio". "Eso habrá que regularizarlo", comentó.

"¿Qué impide que dentro de nuestra ley de inversión extranjera consideremos igual a un emigrado cubano que a otro potencial inversionista? Hoy día los cubanos de la Isla tenemos derecho a tener ese tipo de inversiones", acotó.

"Lo más importante es que la nueva política migratoria no responde a factores externos, sino a necesidades y reclamos de la sociedad cubana. Estamos hablando de un fenómeno interno bien evaluado y aplicado", concluyó. (PL)