Las vicisitudes del agua

Las vicisitudes del aguaSolo América Latina y El Caribe poseen el 15 por ciento de la superficie terrestre del planeta, el 10 por ciento de la población mundial y cerca del 42 por ciento de su agua dulce.
 
Por si fuera poco, la región recibe el 30 por ciento de las precipitaciones del orbe, donde existe suficiente líquido para satisfacer las necesidades de la población, pero el suministro no está distribuido en forma adecuada ni mucho menos para la mayoría
   
Según las proyecciones, para 2025, se estima que mil 800 millones de personas vivirán en países o regiones con absoluta escasez de agua y dos tercios de la población mundial podrían sufrir dificultades para acceder a ella.
 
Sin embargo, en las naciones desarrolladas, el 70 por ciento de los desechos industriales se eliminan sin tratamiento del agua y contaminan su abastecimiento utilizable.
   
Desde 1900, se ha perdido la mitad de las tierras húmedas del globo terráqueo, la principal fuente de agua dulce, por lo que es decisivo poner fin al deterioro de los ecosistemas de tierras húmedas transfronterizas a fin de garantizar un suministro estable para el hogar, la agricultura y la industria.
 
El cambio climático, sin dudas, repercutirá en los recursos hídricos y en su ordenación.
   
Con el aumento de la temperatura, es previsible que se modifiquen las pautas de la lluvia y que aumente en muchas zonas el riesgo de inundaciones, sequía y otros desastres relacionados con los fenómenos atmosféricos.
   
Entretanto, ya se están derritiendo glaciares y campos de hielo, los inmensos depósitos de agua dulce almacenada en las montañas y las regiones polares.
   
En la zona andina de América del Sur también se ha observado el derretimiento paulatino de algunos glaciares de la cordillera, lo que reclama una respuesta coordinada entre varios países de la zona.    
   
Las consecuencias del cambio climático también son evidentes en América Latina y El Caribe en fenómenos extremos, tales como las sequías, las inundaciones y los desastres naturales, que son frecuentes en la zona caribeña del continente, en América Central y han afectado a Ecuador y Bolivia.
   
Casi el 40 por ciento de la población mundial vive en cuencas hidrográficas comunes de dos o más países.
   
En las 263 cuencas hidrográficas transfronterizas del planeta está comprendido el territorio de 145 naciones y cubren cerca de la mitad de la superficie terrestre.
   
Los grandes depósitos de agua dulce también circulan por debajo de las fronteras en los acuíferos subterráneos transfronterizos, de los que se conocen más de 270 a nivel mundial.
   
En los últimos 60 años se han suscrito cerca de 300 acuerdos internacionales en materia de recursos hídricos, pero la inmensa mayoría de las 263 cuencas hidrográficas internacionales y sistemas acuíferos transfronterizos, carecen de marco común de gestión.
   
Es evidente que no solo se trata de firmar convenios, sino de  aplicarlos y, sobre todo, de voluntad política para impedir las vicisitudes del agua.