Asegurar la vida con la eliminación de la amenaza nuclear

Asegurar la vida con la eliminación de la amenaza nuclearHace apenas unos días el presidente ruso, Vladímir Putin, señalaba que el Kremlin no estimula la animosidad contra ninguna otra nación, en especial contra los Estados Unidos, pero advirtió al mismo tiempo que su país no será sorprendido por aquellos que lo ven como un pretendido enemigo.

Y ciertamente, para los que vivieron los días de la Guerra Fría y de los permanentes riesgos de estallido de un holocausto nuclear que pusiera fin a toda forma de vida en el planeta, esas necesarias y forzadas advertencias de Moscú no pueden pasar por alto.

Mucho menos cuando se sabe que no parten de ilusorias suposiciones, sino de realidades muy concretas, como los planes de los sectores guerreristas estadounidenses de, por ejemplo, desplegar su titulado sistema antimisiles en torno a Rusia y China, para asegurarse la posibilidad de un golpe atómico inicial sin respuesta de los agredidos.

O cuando se confirma que los arsenales nucleares mundiales todavía acumulan no menos 23 mil artefactos de destrucción masiva, de los cuales más de la mitad están en permanente estado operativo.

O cuando naciones como Israel -con el explícito apoyo norteamericano y del resto de occidente- se desentiende de todo control global sobre armas nucleares y desarrolla sus arsenales por su libre y absoluto albedrío. De hecho, y valga reiterarlo, la propia Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos, CIA, ha dicho que el estado sionista posee más de doscientos artefactos atómicos y se coloca en quinto lugar mundial entre las naciones con ese tipo de armamento.

De manera que, a pesar de la desaparición hace dos decenios del titulado “mundo bipolar” donde dos potencias nucleares signaban la tirantez de aquellos tiempos, la humanidad no ha visto disminuir ni un ápice los peligros de perecer bajo el hongo radioactivo, rememorando los tiempos de los bombardeos atómicos norteamericanos contra las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki en 1945, y el inicio de la política imperialista de chantaje nuclear mundial que tal barbarie inició.

De ahí la trascendencia de que, a instancias de Cuba, y con el apoyo del Movimiento de Países NO Alineados, la Organización de Naciones Unidas, ONU, haya programado para fines del presente 2013 una cumbre mundial sobre desarme atómico, iniciativa que no pudo ser frenada a pesar del expreso voto contrario de los Estados Unidos, Israel, Francia y Reino Unido.

Para la mayor de las Antillas, que conoció incluso de forma directa los riesgos de una agresión nuclear imperialista en 1962, el tema del desarme y del logro de un clima internacional de seguridad, respecto y entendimiento, resulta clave en la preservación de la vida y del hombre como la especie más avanzada del planeta.

Más de una vez Cuba ha denunciado los riesgos brutales que se derivan de políticas que no vacilan en admitir el uso de las armas atómicas para imponer al mundo las estrechas miras hegemónicas de los grupos reaccionarios de poder, y ha proclamado el deber de la gente honesta de hacer fracasar tales designios que no significarían otra cosa que el suicidio de la civilización humana.

De ahí que al apoyar la iniciativa cubana, los No Alineados establecieran el principio de que “la única garantía de que las armas atómicas no puedan emplearse jamás, será su eliminación y prohibición total.” (Por Néstor Núñez, AIN)