Diez premios Nobel se dirigen a la Corte Suprema de EE.UU.

Diez premios Nobel se dirigen a la Corte Suprema de EE.UU.El pasado 6 de marzo ocurrió algo sin precedente en la historia de Estados Unidos. El suceso hubiera sido noticia de primeras planas y noticiarios en el territorio de la potencia imperial y en cualquier latitud del planeta, si no estuviera relacionado con una verdad irrebatible y también inédita: el apoyo a Cuba y a cinco de sus hijos, injustamente prisioneros en cárceles norteamericanas por combatir el terrorismo contra su país y en el mundo.

Ese día fueron expuestos ante la Corte Suprema de Estados Unidos un total de 12 documentos de amigos de la Corte (amicus curiae brief), en apoyo a la petición presentada por la defensa de los Cinco el pasado 30 de enero para que la Corte reexamine el caso.

Estados Unidos calla y hace callar a la opinión pública. El gran paradigma de la libertad de expresión ha silenciado tan singular hecho. El presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Ricardo Alarcón de Quesada, expresaba que bajo los propios conceptos académicos estadounidenses, si un perro muerde a un hombre no es noticia, pero si un hombre muerde a un perro entonces sí es una gran noticia. Ahora, con este apoyo se ha producido una gigantesca reacción y, nada, se la tragó la tierra.

Constituye un hecho sin precedente, ya que representa el mayor número de amicus que se haya presentado ante la Corte Suprema de Estados Unidos para la revisión de un proceso penal.

Diez Premios Nobel, entre los que figuran el presidente de Timor Leste, José Ramos Horta; Adolfo Pérez Esquivel; Rigoberta Menchú; José Saramago; Wole Soyinka; Zhores Alferov; Nadine Gordimer; Günter Grass; Darío Fo y Máiread Corrigan Maguire. El Senado de México en pleno; la Asamblea Nacional de Panamá; Mary Robinson, presidenta de Irlanda (1992-97) y Alta Comisionada de Derechos Humanos de Naciones Unidas (1997-2002) suscribieron los amicus. A ellos se sumaron cientos de legisladores de todo el mundo, así como organizaciones de abogados y legisladores.

A continuación Granma reproduce los amicus donde los diez Premios Nobel suscriben la petición presentada por la defensa. De la misma manera, ofrece las Razones para conceder la petición, bajo la firma de Michael Ratner, abogado representante.

INTERESES DE LOS AMIGOS DE LA CORTE

Los Amigos de la Corte son diez laureados con el Premio Nobel, de ideologías políticas diversas, que han dedicado gran parte de sus vidas a la defensa de la justicia. Todos provienen de países donde la existencia de tribunales justos e imparciales ha sido tema de gran preocupación a lo largo de sus vidas.·Ellos y sus compatriotas han buscado orientación en el sistema legal de Estados Unidos, su Constitución y sus protecciones legales que garantizan la celebración de juicios justos e imparciales.· Están consternados por las condenas impuestas en este caso y consideran que si se mantienen darán un mal ejemplo a los países donde el imperio del derecho no está consolidado y denigrará la reputación del sistema legal estadounidense.

Como miembros de la comunidad internacional, los Amigos de la Corte desean subrayar las violaciones a los principios legales internacionales que dictan el derecho a un juicio justo e imparcial, principios modelados a partir de las normas estadounidenses. Los tratados internacionales ratificados por Estados Unidos y el derecho internacional tradicional reflejan el requisito constitucional estadounidense de un juicio justo.·El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos dispone que "toda persona tendrá derecho a ser oída públicamente y con las debidas garantías por un tribunal competente, independiente e imparcial, establecido por la ley".·(Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, art. 14, 19 de diciembre de 1966, 999 U.N.T.S. 171. Numerosos tratados y declaraciones in-ternacionales también lo exigen.)

Durante varios años los Amigos de la Corte han seguido atentos la evolución de este caso.·Por ejemplo, en el 2003, Nadine Gordimer escribió una carta a The New York Times donde declaraba que en "el juicio celebrado en Miami los cargos sólo fueron escuchados por un jurado prejuiciado, puesto que en el área existe una fuerte presencia de enemigos declarados de Cuba".· En el 2005 los Amigos de la Corte firmaron una carta al Fiscal General Alberto González donde denunciaron que los demandantes seguían encarcelados pese a que el Tribunal del Onceno Circuito había revocado sus condenas a causa de la imposibilidad de recibir un juicio justo e imparcial en Miami, Florida.·

En dicha carta, que posteriormente fue firmada por miles de destacadas personalidades internacionales, los Amigos de la Corte abordaron la opinión emitida en el 2005 por el Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, según la cual la detención de los demandantes era arbitraria y violaba el Artículo 14 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Esa fue la primera ocasión en que un Grupo de Trabajo dictaminó que un proceso judicial estadounidense violaba la prohibición de detenciones arbitrarias. El Grupo de Trabajo determinó que el "clima de prejuicios y parcialidad contra los acusados" era tan extremo que el proceso no cumplió "los principios de objetividad e imparcialidad requeridos para cumplir las normas de un juicio justo" y "confirieron un carácter arbitrario a su privación de libertad". Decenas de organizaciones e individuos de todo el mundo —entre las que figuran, por ejemplo, parlamentos nacionales y comisiones parlamentarias de los derechos humanos— se sumaron a la denuncia. Nunca antes en la historia moderna de Estados Unidos un juicio penal despertó tanto interés a escala internacional.

Los Amigos de la Corte expresan su preocupación sobre la intimidación de que fueron objeto los miembros del jurado, la aplicación selectiva de la ley y la atmósfera prejuiciada de la comunidad donde se celebró el juicio. Son asimismo conscientes de los actos de violencia y hostilidad contra el gobierno cubano y de los esfuerzos por silenciar a individuos, en especial aquellos que residen en Miami, calificados como "partidarios" de Cuba o interesados en un diálogo con dicha nación. Tampoco ignoran que en ocasiones los Estados Unidos se negaron a impedir y castigar acciones ilegales contra Cuba o contra individuos que manifiestan su interés en la normalización de las relaciones con dicho país y no aplicaron las leyes que prohíben y regulan la posesión de armas y explosivos a quienes apoyan el derrocamiento del gobierno cubano.

Los Amigos de la Corte consideran que, en esas circunstancias, los demandantes no pudieron recibir un juicio justo e imparcial y, por ende, sus sentencias y condenas son injustas.

RAZONES PARA CONCEDER LA PETICION

I. Los demandantes no recibieron un juicio justo e imparcial porque los miembros del jurado no pudieron fallar en el juicio sin temor a represalias de la comunidad opuesta a Castro.

II. Los demandantes no recibieron un juicio justo e imparcial porque los miembros del jurado no pudieron abstraerse de los prejuicios contra cualquier individuo asociado con el Gobierno cubano predominantes en la comunidad a la hora de emitir su fallo.

III. La sentencia de conspiración para cometer asesinato impuesta a Gerardo Hernández demuestra que la selección de un jurado libre de prejuicios contrarios a Castro y sin temor a futuras represalias, era necesaria para garantizar un juicio justo e imparcial.

IV. El hecho de que los tribunales estadounidenses no hayan rechazado el fallo de un jurado contaminado por la intimidación y el temor a la violencia estimula el que no se tenga en cuenta el derecho a un juicio justo. 

(Tomado de Granma)