Kcho convoca; Alexander responde

Kcho convoca; Alexander respondeDesde que concibió Punto de encuentro, Alexis Leyva Machado, Kcho, sin lugar a dudas uno de los más inquietos e imaginativos artistas cubanos de nuestra época, quiso dotar a la Décima Bienal de La Habana de un espacio para la especulación sobre uno de los ejes principales del evento: la dialéctica entre integración y resistencia de las identidades en la era de la llamada globalización.

Para ello convocó a un grupo de artistas, con los que antes había coincidido en varias partes del mundo. Y estos respondieron. Algunos ya están instalando sus obras en el Convento de San Francisco, frente a la bahía, donde quedará inaugurada la exposición el próximo lunes 30, a las 8:00 p.m. Ayer mismo en la capital cubana, una de las más prominentes visitantes, la sudafricana Jane Alexander, mostraba su entusiasmo ante una propuesta que, en su opinión, "cumple con lo que el arte puede y debe hacer en nuestro tiempo".

No es esta la primera vez de la Alexander en La Habana. Ya estuvo en la Bienal del 2000. Entonces trajo Aventura africana; Cabo de la Buena Esperanza, una obra de carácter panorámico a partir de la utilización de documentos visuales como medios de comunicación, en particular, representaciones topográficas de África del Sur y de aborígenes de los siglos XVIII y XIX, así como guías turísticas sudafricanas. Los fotomontajes se basaban en localizaciones reales e incluían imágenes de sus esculturas.

De entonces a acá, ha tenido importantes participaciones en las Bienales de Sao Paulo, Singapur y Gotemburgo (Suecia), y una muy respetable exposición personal en la galería Daimler, de Berlín (2002), reseñada favorablemente por la crítica.

En sus trabajos es una constante el cuestionamiento del encuentro cultural entre los proclamados valores occidentales y aquellos de los cuales son portadores los habitantes originarios del continente africano. Conceptos como lo auténtico, lo autóctono, lo exótico y lo natural se encauzan en sus discursos instalativos a manera de ensayos donde el espectador puede formularse la vieja dicotomía entre Ariel y Calibán.