En el año 40 del Ejército Juvenil del Trabajo

La Habana, 3 ago .- Fundadores del Ejército Juvenil del Trabajo (EJT) se reencontraron este jueves en la capital cubana para desandar en minutos décadas de historia, poco antes de empezar a vivir el año 40 de esa fuerza combativa y productiva.

Forja de trabajadores, combatientes y de revolucionarios ha sido siempre el EJT, nacido el tres de agosto de 1973 de la fusión de la Columna Juvenil del Centenario, las divisiones de infantería permanente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el Destacamento Seguidores de Camilo y Che.

De este último, fruto del II Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas y constituido en septiembre de 1972, se reconocen fundadores quienes este jueves se juntaron en el Museo de la Revolución, no sin nostalgia, pero también con infinito orgullo y la alegría de saberse entre amigos, en familia.

Por compañeros en este viaje atrás en el tiempo tuvieron a soldados del EJT, tan jóvenes como eran ellos entonces y que con idéntico entusiasmo, confianza en el futuro y deseos de hacer, cumplen importantísimas misiones en apoyo a la producción, el desarrollo socioeconómico del país y la defensa.

Más que para nosotros, este taller histórico juvenil “Fundadores del futuro” es por ustedes, los “pinos nuevos” y los que vendrán después, para entre todos preservar por siempre las tantas gloriosas páginas escritas por la juventud cubana en cualquier época, aseguró el coronel ® Reynaldo González Millares.

Como él, Rosa María López, Marcos Stuart, Lino Luben Pérez y otros fundadores del Destacamento Seguidores de Camilo y Che y del Ejército Juvenil del Trabajo desempolvaron remembranzas y anécdotas, alentados por el nada vanidoso afán de reconstruir y entregar como legado la historia de aquellos años primigenios.

Recordaron la llegada a la otrora Isla de Pinos, una travesía por mar que devino odisea, el aprendizaje y duro bregar en la construcción, la satisfacción al ver terminada una secundaria en el campo u otra obra, las semanas y los meses lejos del hogar, la segunda familia que cada quien halló en los demás…

Hermandad, solidaridad, eran el “santo y seña” en cada campamento, rememoraron unos, mientras otros llamaron la atención sobre la vigencia del “¡No tenemos derecho a esperar!“, lema de los Seguidores, porque como entonces, estos son tiempos de luchar, trabajar y hacer Revolución.

Juntos, vamos por más, a la conquista del futuro, enfatizó el soldado del EJT Miguel Núñez, y agradeció la oportunidad de conocer y reconocerse en esta historia de jóvenes que supieron crecerse, estar a la altura del desafío y cumplir colosales tareas y su compromiso como generación.

El coronel Lorenzo Mateo Moya, jefe del organismo político de ese mando militar, aseguró en el resumen que no faltarán en los meses venideros ocasiones para el reencuentro, la reflexión y el repaso, y exhortó a los fundadores del EJT a seguir hurgando en la memoria y aportando retazos hasta completar un fiel retrato de la epopeya.

De todas las maneras posibles honraremos esa historia que ustedes comenzaron a escribir y que continúan escribiendo los combatientes de esta fuerza, herederos de su entusiasmo, entrega y heroísmo en el trabajo, añadió. (AIN)