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Cubano fabricó su bomba de aire sin conocer Física ni Matemáticas

Cubano fabricó su bomba de aire sin conocer Física ni MatemáticasGuantánamo, 3 ago .- Pablo Rodríguez García resolvió, sin conocer Física ni Matemáticas, las dificultades causadas a los neumáticos de los medios automotores, por el terreno pedregoso de Maisí, municipio ubicado a más de un millar de kilómetros de La Habana.

Los choferes en el extremo más oriental del archipiélago, califican de “científico” e “ingeniero de la vida”, al creador de la única bomba de aire en funcionamiento en la localidad, subraya Lomerío, suplemento del semanario Venceremos, órgano oficial del Comité Provincial del Partido Comunista de Cuba (PCC).

Cómo voy a ser ingeniero, si comparado con el resto de los cubanos, soy casi analfabeto, declaró este septuagenario a la publicación, dedicada a los residente en áreas del Plan Turquino en la provincia, cubierta en sus tres cuartas partes por serranías.

Precisó que solo llegó al sexto grado en la Facultad Obrero-Campesina, y al noveno en la Escuela Provincial del PCC, y que la mayor parte de su vida “he sido ponchero en el Consejo Popular de La Máquina”, cabecera de Maisí¨

A muchos les llamó la atención que me diera a esa tarea, sin estar al tanto siquiera de los principios de comprensión del aire, ni de los cálculos matemáticos y físicos que ella requería, por lo cual me tildaron de loco, rememora 20 años después.

Como los equipos del servicentro sufrían averías y no existían piezas de repuesto, en 1992 Rodríguez García ideó su compresor utilizando el motor de un limpiaparabrisas automático el cual cuando gira contacta con un platino y acciona un mecanismo que abre la válvula de aire exactamente durante 80 segundos.

El reloj procede de un camión, el transformador, de un televisor (ambos de fabricación soviética) y el tanque que lo cubre lo tomó prestado también de un convertidor eléctrico.

Pero lo más novedoso de su iniciativa reside en que esta puede trabajar sin operador, se activa mediante una moneda de 20 centavos, pesada o ligera, y es capaz, automáticamente, de una “proeza” inaccesible en ocasiones para quienes laboran detrás de un mostrador: dar el vuelto si se le echa un peso. (AIN)