Medio Ambiente: El tiempo se agota

Medio Ambiente: El tiempo se agotaCuando están por abrirse las puertas de la Cumbre sobre Desarrollo Sostenible programada para mediados de este junio en Brasil, se hace evidente que el cónclave podría ser de las escasas posibilidades que restan a la humanidad para enfrentar la hecatombe derivada del colapso de nuestro actual hábitat.

Desde la década de los 70 del pasado siglo, la abrumadora y siempre creciente carga de contaminación generada en altísima medida por caóticos e irresponsables modelos de desarrollo, cercenó la capacidad del planeta para auto regenerarse.

En consecuencia, suman ya casi cinco décadas de continuos destrozos sin solución, por lo cual no pocos científicos consideran que estamos al borde del caos irreversible.

Así lo estimó recientemente, por ejemplo, el panel de estudiosos ligados a la revista Nature, al afirmar de manera categórica: “el panorama desolador que se nos viene encima incluye carencia de alimentos y de agua potable, enormes sequías, extinción de especies y migraciones masivas de gente en busca de su propia supervivencia como nunca hemos visto en la historia.”

Y las causas que citan son, entre otras, “la destrucción de los ecosistemas naturales en todo el mundo y el cambio climático.”

Desde luego, ninguno de esos factores llegó por generación espontánea. Han sido precisamente los órdenes socioeconómicos ligados a la inequidad, las ansias de poder, la explotación desmedida, las guerras, las desigualdades, el saqueo y el consumismo a ultranza, los primeros culpables de la debacle.

De hecho, el citado panel de científicos asegura que actualmente 43 por ciento de los ecosistemas globales ya no existen. Que para 2025 esa cifra será de 50 por ciento, y en dos décadas más adelante (2045), el 55 por ciento del entorno será pura basura.

Se comprende entonces el carácter de urgencia que asume cada conferencia, encuentro y análisis que sobre este tema acontecen y se producirán en el futuro.

De hecho, Cuba ya lo había advertido en el propio escenario de Río de Janeiro 20 años atrás, durante la Primera Cumbre de la Tierra.

Nuestra especie, decía entonces Fidel Castro a los presentes, se encamina hacia su desaparición si no ataja a tiempo los fenómenos que están lastrando aceleradamente su hábitat.

Sin embargo, de esa fecha hacia acá, el camino no podía ser más azaroso y controvertido.

Ante todo, porque los grandes contaminadores globales, léase potencias capitalistas industrializadas, nada o muy poco han realizado a favor de evitar mayores ritmos de polución y explotación de los recursos naturales.

Su avidez incluso ha promovido costosas y criminales guerras por el orbe, destinadas en altísimo grado, y mediante cualquier pretexto, a asegurarles nuevas fuentes de recursos naturales, no importan los daños al inmediato devenir.

De manera que concretar el sueño del desarrollo sostenible, racional, sereno y verdaderamente creador, pasa indefectiblemente por frenar las desmedidas apetencias de quienes se consideran ombligos insaciables del mundo.

De lo contrario, se hará realidad el pronóstico de quienes hoy nos advierten que el tiempo se nos está acabando. (Por Néstor Núñez, Servicio Especial de la AIN)